Habían pasado un par de semanas y por fin Jimin preparaba sus cosas para ir a casa. Lo peor había pasado y tanto él como su bebé estaban bien.
Después de haber escuchado el corazón de su cachorro, el Omega sabía cuál era la decisión que había tomado en su corazón pero que el miedo no le dejaba ver, y era que jamás podría terminar con su embarazo. No es que estuviera en contra de tal opción en otras personas, incluso la apoyaba, pero él simplemente no era capaz porque ya estaba enamorado de la idea de su hijo.
Ahora tenía 10 semanas y su bebé había mostrado un avance significativo en el último ultrasonido. Había aumentado de tamaño y su corazón latía fuerte y claro. Jimin aún tenía miedo de su futuro, de cómo lograría salir adelante con su hijo, pero, como le había dicho la consejera, ahora el miedo era un motor para seguir y no para mantenerlo estático.
Aún sentía una tristeza enorme en su pecho, sobre todo porque no había sabido nada de Jung-kook. En el tiempo que estuvo hospitalizado no le había llamado ni a él ni a sus amigos para preguntar sobre su estado y eso le hacía pensar que simplemente lo había olvidado.
Ensimismado en sus ideas no notó unos paso lentos que se aproximaban a él de manera sigilosa hasta que unos largos y delgados brazos le rodearon por detrás.
-¡Jiminshi!- gritaron en su oído.
Con asombro en sus ojos se giró para encontrar el rostro alegre de uno de sus mejores amigos, Jung Hoseok, al que le devolvió el abrazo efusivamente comenzando a llorar en el hombro de éste.
-Pero Jiminshi ¿Por qué lloras?, no dejas de ser un bebé ¿Eh? y mira que pronto vas a tener uno en tus brazos.- Pero contrario a lo que decía con palabras, Hoseok dejó escapar también un par de lágrimas.
-Vamos par de llorones, el auto está listo para llevarte a casa-. Escucharon que una voz decía detrás de ellos.
-¡Gatito!- grito Jimin con entusiasmo mientras se deshacía del abrazo de Hoseok para correr a abrazar al Omega que estaba recargado en la puerta.
Min Yongi correspondió el abrazo y besó la cabeza de Jimin.
-¡Chicos! ¡Cuándo llegaron! ¿Qué hacen aquí?- preguntó Jimin mientras jalaba a Hoseok para abrazarlos a los dos al mismo tiempo.
-Hace unos días nos llamó tu amiga In Na para avisarnos que estabas internado ¿Jimin, por qué no nos hablaste tú?-
-Lo siento Hobi, es que tenía muchas cosas en la cabeza, pero ¿por qué no me avisaron que venían?-
-Jiminshi, te enviamos miles de mensajes, pero creo que no has revisado mucho tu celular. Vamos, todo está listo para que puedas ir a casa, Hyuk está en la recepción y solo falta que firmes unos papeles.-
-¿Ya conocieron a Hyuk?-
-¿Quién crees que nos ha mantenido al tanto de ti? Me alegra saber que tienes amigos aquí Minmin- Contestó Yoongi mientras besaba la mejilla de Jimin.
-Oigan chicos ¿y Namjoon? el también vino ¿Verdad?-
Ambos chicos se miraron aprensivos antes de que Hoseok abrazara más fuerte a Jimin.
-Ese bobo que no sabe despegarse del trabajo, pero ¿No es suficiente con tus amigos favoritos?-
-Claro que sí, solo tenía muchas ganas de verlo.- dijo Jimin sin poder evitar entristecerse un poco.
-Anda ya, vamos ¿No quieres salir de aquí de una vez?-
-¡Claro que sí!-
Tras decir esto, Hoseok tomó la pequeña maleta de las cosas que, con el paso de los días, le habían ido trayendo Hyuk e In Na al hospital.
Cuando salieron a la recepción Hyuk e In Na ya estaban ahí. Jimin corrió a abrazarlos y fue recibido por los brazos de la Alfa, mientras que el Omega acariciaba su cabeza.
Después de firmar los últimos documentos salieron del hospital. Yoongi había rentado un auto apenas llegaron a Seúl en avión y había manejado hasta Bucheon. Hyuk e In Na los siguieron en el auto del primero.
Cuando llegaron a casa, mientras Yoongi bajaba el equipaje de Jimin y Hoseok le ayudaba a bajar, Jimin pudo ver que un carro que estaba estacionado unos metros más adelante, arrancaba a toda velocidad y él conocía bien ese auto.
Cuando bajó y se dirigió a su casa para abrir la puerta, se encontró con una enorme caja adornada con un listón morado, su color favorito. Cuando iba a agacharse para recogerla, fue Hyuk que se le adelantó.
-Pollito, recuerda que el doctor dijo que debes tomártelo con calma, nada de esfuerzo ni emociones fuertes.- Remarcó lo último, porque él sabía quién había dejado esa caja para irse apenas llegaron los demás, porque él mismo le había dicho por mensaje qué día salía Jimin del hospital.
Una vez que entró en su casa, Jimin no pudo evitar sonreír conmovido, dentro su casa estaba adornada para una fiesta, con un letrero de ¡Bienvenido a casa! colgando de una pared y un exquisito pastel en la mesa, además, en la cama había muchas cosas de bebé entre ropita, peluches y juguetes.
-¡Chicos! Muchas gracias, todo esto es demasiado, no debieron molestarse-
-Lamento desilusionarte, pero nosotros no fuimos- Dijo In Na.
-Jiminshi, nosotros acabos de llegar de Seúl, así que ni nos mires-
Al darse cuenta de quien había sido el responsable, Jimin no pudo evitar empezar a sollozar.
-¡Ay ese idiota! aún cuando quiere hacer las cosas bien, las hace mal. Lo voy a moler a golpes- dijo en voz baja In Na.
-¡Vamos Jiminshi!, vamos a comer de ese delicioso pastel y vamos a doblar la ropita para poder sentarnos y ponernos al día- Dijo mientras lo abrazaba Hoseok y lo llevaba a hacia la cama, mientras que Hyuk llevaba la caja al pequeño armario del departamento.
-Este lugar es muy pequeño Minmin, pronto vas a tener que cambiarte, no cabemos decentemente cuatro personas- Dijo Yoongi mientras se sentaba en la silla de trabajo de Jimin.
-Lo siento Suga, es que generalmente no hay tantas personas en mi casa... Aunque pensándolo bien, últimamente siempre hay gente, quizá tengas razón.- dijo todavía moqueando la últimas lágrimas.
Las siguientes horas, los cuatro amigos se hicieron cargo de instalar a Jimin debidamente. Hoseok y Yoongi iban a irse a un hotel pero Jimin no se los permitió. No los había visto en dos años y los extrañaba a muerte. Así que cuando Hyuk e In Na se fueron, Jimin los hizo acostarse a los tres en la pequeña cama hechos bolita y abrazados.
Estuvieron despiertos durante horas hablando de todo lo que habían hecho en todo el tiempo que no se habían visto y aunque Jimin hubiera querido seguir hasta el amanecer, Yoongi le amenazo con irse a un hotel si no descansaba, solo así lo convencieron de dormir.
Y por primera vez en muchos días, Jimin durmió feliz en los brazos (y piernas) de sus amigos.

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Mi vida sin mi
Fanfiction¿Qué pasa cuando lo vida que llevaste resultó ser una mentira? Nada ni nadie puede sacarte del remolino que te arrastra cada vez más profundo sin dejarte respirar. Jimin, un dulce pero solitario Omega, cree que ha encontrado al amor de su vida en el...