Cap. 6 ¡DIOS MÍO!

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¿Pero qué demonios estaba haciendo?, se estaba dejando tocar por una hombre que jamás había visto en su vida y que apenas conocía gracias a lo poco que le mostraba en sus mensajes y llamadas y ¿por qué aquello se sentía tan jodidamente bien?. Jimin no era inocente, ni siquiera era virgen, se había dado la posibilidad de explorar su sexualidad en la Universidad de la mano de Namjoon, pero nunca había hecho nada como eso. Además, desde que había ocurrido lo del cáncer no había tenido sexo con nadie. Aún se sentía inseguro con su cuerpo.

Se levantó de golpe de la silla y se fue a la cocina mientras subía el cierre de su pantalón, al mismo tiempo que balbuseaba a Jung-kook que seguro debía estaba cansado y querría descansar. El Alfa se acercó a él de nuevo, lo volvió a tomar por la cintura con sus grandes abrazos y se acercó peligrosamente a su rostro.

-¿Bebé, estás seguro que quieres hacer esto? Hemos hecho cosas más atrevidas por cámara pero si no estás listo lo entiendo- dijo quizá un poco más serio de lo hubiera querido.

-No es eso, es solo que... entiéndeme un poco, nos conocemos hace apenas unas semanas y yo... yo... la verdad es que tengo miedo, miedo de que me veas sin ropa y te de asco como me lo doy yo- Jimin no sabía de dónde había salido eso, no era lo que pensaba decir, simplemente abrió la boca y ahí estaban las palabras. Sintió como se comenzaba a formar un nudo en su garganta y apretó los labios intentando que no saliera nada más de esa boca suya que parecía tener vida propia.

Sin embargo, esa era la verdad, no podía concebir como alguien lo podía encontrar deseable cuando él no soportaba verse en el espejo. Se quedó inmóvil esperando una respuesta de Jung-kook que no llegaba. En cambio el Alfa le besó nuevamente mientras lo abrazaba con más fuerza.

Jung-kook acercó su boca al oído del contrariado Omega -Eres la cosa más hermosa que he visto en mi vida. Desde el primer día que vi tu foto soñé con tenerte frente a frente. ¿No puedes sentir cómo me vuelves loco?- Mientras decía lo último, tomó una de las manos del Omega y la puso sobre su propia erección. -Esto bebé, tiene esperándote mucho tiempo-.

Eso fue todo lo que necesitó el Omega para olvidarse de miedos y dudas y besar con hambre los labios de Jung-kook quien le recibió gustoso con los labios abiertos, mientras guiaba los movimientos de Jimin sobre su miembro duro y erecto.

Jimin jadeaba como si fuera su propia erección la que estaba masajeando, una erección que pedía por atención, algo que Jung-kook pareció notar pues se dispuso a masturbar al Omega por encima de la ropa, misma que comenzaba a estar de más. Jung-kook se separó de Jimin y le empezó a desvestir lentamente, apreciando cada detalle de su cuerpo, pasando las yemas de sus dedos lentamente sobre la piel desnuda y depositando besos tiernos en cada marca y huella que el cáncer había dejado en él.

Una vez que el Omega estuvo desnudo, Jung-kook lo cogió en brazos y lo depositó en la cama con cuidado para incorporarse y quitarse su ropa cuidadosamente y dejarla sobre la silla de trabajo. Jimin admiraba el cuerpo perfecto del chico del gato, era hermoso, su dorso estaba marcado por abdominales que resaltaban con la tinta que tenían sobre ellos, sus piernas eran musculosas y fuertes.

Finalmente Jung-kook llegó donde estaba Jimin y se acostó a su lado sin dejar de observar al Omega. Lo tomó en sus brazos para besarlo de nuevo, besó primero cada uno de sus párpados con sumo cuidado. Después se detuvo en su boca y la besó con anhelo y hambre. Jimin gimió cuando sintió la lengua de Jungkook entrar en su boca y jugar con su propia lengua. Aún no se recuperaba de esos besos mortales cuando sintió que Jung-kook hundió su nariz en la zona de su glándula de Omega. Sentía temor pero la reacción del Alfa le confirió confianza, el chico del gato se agito a su lado, su erección comenzó a pulsar y su pene comenzó a lubricar.

Jimin no se pudo contener y cogió con ambas manos ese pene que gritaba por su atención. Mientras con una mano lo tomó de la base, con la otra marcó movimientos acompasados en todo el largo del miembro caliente y húmedo del Alfa. Su cuerpo reaccionó como no lo había hecho en mucho tiempo. Sus pezones se pusieron duros, su propia erección se hizo insoportable y su pene se humedeció con liquido preseminal, mientras que su entrada goteaba lubricante natural. Todo su cuerpo pedía a gritos que le tomaran en ese momento.

Parecía que el Alfa podía leer las reacciones del cuerpo de Jimin y respondía a las mismas. Su respiración se había vuelto dificultosa y sus besos en la zona de la glándula del Omega eran cada vez más violentos, dejando moratones y ligeros rasguños con la punta de sus caninos. Su cadera comenzaba a moverse para penetrar las manos de Jimin que aún sostenían su falo.

-Bebé me vas a hacer terminar si sigues así, quiero hacerte mío, quiero llenarte cada centímetro de mi.- dijo Jung-kook con dificultad mientras giraba a Jimin para dejarlo de espaldas hacia él, al mismo tiempo que se ponía un preservativo que había acercado a la cama con él.

El Omega sitió como un dedo se acercaba a su culo y recogía un poco del lubricante natural que ya humedecía hasta la cama. Jimin paró el culo sin darse cuenta lo que ocasionó que el dedo que Jung-kook mantenía en la entrada le penetrara hasta el fondo.

El Omega gimió de placer y un poco de dolor, aquello le había tomado desprevenido pero había sido placentero y doloroso a partes iguales. Jung-kook quiso sacar el dedo pero Jimin lo detuvo con una mano, quería más, quería todo. El Alfa metió entonces dos dedos que comenzó a mover en círculos para dilatar su entrada y que penetrarlo fuera más fácil para ambos.

-Bebé ¿Estás listos para mi?- le susurró el Alfa al oído a lo que el Omega sólo pudo gruñir en forma de asentimiento. Jung-kook acercó su pene al culo lubricado y dilatado del Alfa y lo embistió de forma violenta una sola vez. Jimin gritó de dolor y se quedó inmóvil, su cuerpo le pedía que se alejara de aquello que le causaba esa sensación. Aquel pene era enorme y gordo, lleno de venas y le estaba empalando en la cama. El Alfa le llenó de besos mientras masajeaba su miembro para enviar placer a su cerebro y que se distrajera mientras pasaba el dolor. Poco a poco esa sensación desagradable y dolorosa se fue mitigando con la ayuda de los besos en el cuello del Omega y la forma hábil con que su miembro era masturbado, los dedos de Jung-kok tenían prisionero el glande de Jimin y con su propio líquido seminal le acariciaban de manera circular.

Cuando el Alfa sintió que el cuerpo de Jimin se relajaba y su respiración se volvía pesada y dificultosa, comenzó a moverse dentro de él, primero lentamente para después salir por completo y entrar de nuevo de un solo movimiento. Jimin sentía que le partían en dos con cada embestida pero esta vez solo podía sentir placer. Tenía sus ojos cerrados su boca abierta dejando escapar gemidos de placer incapaz de decir nada y con una mano tocaba el trasero del Alfa empujándolo para que cada embestida fuera más profunda y placentera.

Jung-kook jadeaba descaradamente y con cada embestida su miembro se ponía más duro y caliente y arremetía con más vehemencia el interior de Jimin. Justo cuando el Omega pensaba que no podía con más placer, el falo del Alfa tocó su punto P, su punto de placer. Jimin perdió todo sentido de la realidad, su cuerpo experimentaba sensaciones que jamás había experimentado y con cada arremetida se sentía más cerca de la explosión que ya no podía evitar. Sus gemidos ahora eran gritos desesperados. Jung-kook no estaba mucho mejor, había cogido al Omega del cabello con una mano y con la otra masturbaba sus pene con rapidez.

-Vamos bebé, dámelo, córrete para mi- dijo con voz ronca y gutural al oído del Omega y Jimin no pudo evitar sentir que algo dentro de él se rompía y liberaba todo el placer contenido. Su cuerpo se tensó y su pene explotó al mismo tiempo que dentro suyo el Alfa se sacudía en oleadas de placer.

Jimin cerró los ojos con fuerza y solo pudo gritar -¡DIOS MÍO!-, después todo fue oscuridad.

Mi vida sin miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora