Mi vida sin mi

Cap. 28 ¡Quema!

Aunque se había dicho que lo había superado, era mentira. En cuanto lo vio quiso besarlo, quiso hacerlo suyo con una hermosa mordida. Y cuando vio que la que tenía era apenas visible, su lobo que casi había muerto, volvió para exigirle que lo marcara, que ese Omega seguía siendo suyo.

Sin que pudiera evitarlo, comenzó a liberar feromonas tan potentes que se podían percibir desde fuera del departamento.

Jimin estaba demasiado sensible debido a su embarazo, su lobo se sentía tan solo y abandonado porque su alfa no lo había buscado y no le había hecho una marca permanente; así que cuando el cuerpo de Jimin reaccionó a las feromonas del Alfa, él solo lo dejó.

Fue el Omega quien inició el beso. Namjoon intentó alejarlo, pero los ojos de Jimin le suplicaban porque le correspondiera. Sabía que estaba mal, que no era a lo que había ido, pero no podía detenerlo. Amaba a Jimin y lo necesitaba a su lado.

Namjoon tomó el rostro de Jimin con ambas manos y le respondió el beso. Los brazos del Omega rodearon su cintura. Los ojos del Alfa brillaron de un rojo encendido y sus colmillos brotaron de su dentadura.

Jimin suspiró bajo el imponente Alfa que le cogía en brazos y gimió profundo cuando las manos de Namjoon le sujetaron por la cintura y lo acercaron a su cuerpo, permitiéndole sentir el gran bulto que se había formado bajo sus pantalones.

El Omega no pudo evitar gemir de placer por la anticipación de lo que le esperaba y el Alfa respondió con un gruñido profundo que obligaba al otro a someterse.

Jimin tembló al escuchar el gruñido y se dejó llevar sutilmente por Namjoon hasta la cama mientras le quitaba la ropa haciéndola tirones.

El lobo Alfa había tomado por completo el control de Namjoon, algo que jamás había ocurrido y que no creía que fuera posible. Él yacía en alguna parte de au cerebro, siendo un testigo mudo de lo que pasaba a su alrededor, no estaba seguro si era capaz de detenerse o si, incluso, quería hacerlo.

Cuando Jimin se encontró desnudo, su cuerpo respondió lubricando su entrada, dejando que su olor inundara la habitación y con eso, se perdió el último suspiro de autocontrol de Namjoon, quien lo tomó por la cintura, lo volteo en la cama sobre sus piernas e introdujo salvajemente su gran pene erecto.

Jimin gritó de dolor y placer mientras apretaba ese gran miembro en su interior. Aquello se sentía bien, se sentía deseado, necesitando y cuando el ritmo del Alfa aumentó, su cuerpo se estremeció, su propio miembro se tornó rojo y caliente y empezó a palpitar.

Antes de siquiera anticiparlo, chorros de semen salieron disparados hacia la cama, mientras su cuerpo se contraía, aprisionando aún más el falo caliente que lo penetraba sin compasión.

Eso fue demasiado para el lobo de Namjoon que respondió aumentando el ritmo y la profundidad de cada estocada hasta que se sintió en el límite del orgasmo cogió a Jimin por el cuello y sin considerarlo un instante, hundió profundo sus dientes, hasta que la sangre que brotó de la herida le hizo abrir los ojos, aue habían recuperado su color natural.

Jimin gritó fuerte mientras su cuerpo temblaba sin control ante las sensaciones que le recorrían por toda la espina dorsal. En un primer instante, un inmenso placer le inundo y un intenso calor se apoderó de todo su cuerpo, sin embargo esa sensación placentera, solo duró un instante, pues el calor que recorría su cuerpo, se concentró en la zona donde había recibido la mordida, mientras que el resto de su cuerpo se sentía helado y un dolor terrible se extendía desde el cuello hasta cada una de sus extremidades.

El dolor era tan intenso que, aunque hubiera querido evitarlo, no podía dejar de gritar y jadear de dolor.

Cuando pensó que no podía estar peor, su vientre comenzó a doler también, la invadieron unas terribles ganas de vomitar y cuando quiso ponerse de pie para correr al baño, sus piernas fallaron y cayó de rodillas al piso, mientras se percataba que de su parte trasera corría sangre junto con el semen que hacia solo un par de minutos le había llenado.