Notas para Asuka

20: Réquiem por un sueño

     Era una historia.
     Érase una vez una historia. Algo que no existió, ni sucedió, pero fue una vez. 
     Fue en el obscuro mundo mental de un hombre como yo; creció, y se abría el camino por prados de flores que brotaban al ritmo de un arpa en ascenso. En la historia había una chica... No, era una mujer... Una mujer joven, cuyas manos finas desembocaban en pálidas uñas quebradizas; y de sus ojos brotaban cascadas. 

     Una mujer.

     La historia de una mujer gigante, que salvó a un joven de caer al vacío.
     Esa era la historia, porque entre sus manos, atrapó a alguien que iba cayendo. No había más que sus gigantescos ojos rojizos, y una suave canción de cuna al fondo. 
     Un cántico.

     La historia de una canción, de un sonido que no habría existido si yo no lo hubiera escuchado.

     Aquella canción acompañaba el relato, paulatinamente, creciendo cuando iba llegando al final.
     Aumentando.
     Cuerda a cuerda, la tensión.
     Un dedo al traste, otro dedo al traste. Un rasgueo, un final.

     Un punto, un aparte. 

     Atrápenme.

     "¡Atrápenme! ¡Creo que voy a despertar!"

     Érase una vez, porque alguna vez fue, la historia de alguien que despertó de un sueño donde finalmente era salvado por alguien más.

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