Desear un final es muy sencillo.
Desear un final para una historia es más que sencillo. El punto no está en el final, sino en el desear que exista.
Desear un corte en la historia, y que finalmente termine como si se nos acabase el hilo del que pendía un muy tonto relato.Desear finales es muy fácil. Actuar finales también.
Vivir un final es bastante diferente.Deseé con tantas fuerzas un final para aquél cruel sueño al punto en el que terminé deseando por nada, y se me concedió todo lo que no quería.
Mi cabeza fue muy específica, aunque no solo se trataba de mí.No me gustan los sueños y las historias en las que yo aparezco.
Sé que es muy tonto, pero resultará contraproducente.Reafirmar mi estupidez una y otra vez a través de la lengua de otros es un trabajo cansado y vil que no me beneficia. Solamente me hace sentir peor.
Bajé la escalera de caracol monocromático dentro de mi sueño. Lentamente, peldaño a peldaño, se me subía la sangre a la cabeza.
El ventanal que nos cubría las paredes mostraba las nubes cercanas de un día violeta y triste.Estábamos solos, más no sé dónde.
No reconocí aquél lugar.Al llegar al primer piso, me alejé rápidamente de la roja escena brillante, sin embargo, el tormento no terminaba en ese espacio.
Sus pupilas azules, carentes de emoción alguna me seguían a dónde fuese.
Su pecho subía y bajaba agitado.No mencionaba palabra. Sus labios parecían sellados.
El charco de sangre crecía, y crecía cada vez más.
Pronto, me siguió hasta llegar al rincón en el que terminé oculto del todo.Tenía que ayudar. Tenía que hacerlo por ella.
Tenía que hacerlo por mí.
¿Por qué por mí?Salí temeroso de mi esquina en el ventanal, y di unos cuantos pasos hasta sentir con mi pie la viscosidad de su sangre.
Sus ojos helados seguían mi rastro.Dejando huellas vacías de vida sobre sus restos derramados, quedé frente a frente de sí misma, cubriéndome la boca para no gritar. Flaqueando las manos, y las piernas, mirando a todas partes.
Cubierto en pánico, me agaché y comencé a tomar la sangre con ambas manos y a acercarla a su cabeza; brotaba una cascada de tibio líquido carmesí.Ella no moría, continuaba mirándome.
Comencé a gritar, desesperado, al punto de reventar.
Seguí empujando la sangre hasta su cabeza.Y metamorfosis.
Sangre que se convertía en pétalos de rosa, y pronto, en bellas rosas rojas.Ella se encontraba recostada en una cama de rosas, y aquella sangre que se colaba de mis manos se convirtió en los suaves pétalos de una flor.
Asuka siguió observándome.Sonido hueco y sordo del vacío.
—Mátame, Shinji —me dijo sin soltar su mirar del mío.No mencionó más.
Dejé caer los pétalos, aterrado.
—N-no... No. ¡No, no soy un maldito asesino!Su voz monótona y sin emoción habló de nuevo.
—Mátame, Shinji.Miré a todas partes, buscando a alguien a quién pedirle ayuda.
—¡Cállate, jamás haría eso!—Mátame, Shinji —volvió a decir.
Negué rotúndamente con la cabeza; todo me daba vueltas y las náuseas se me agolpaban en la garganta.
Quería huir.Mi cuerpo se inclinó al frente, y me encontré sentado sobre su estómago.
Enredé mis manos en su delgado cuello, mientras su rostro inexpresivo continuaba con su trabajo.A llanto abierto, ahogándome del horror que estaba viviendo y del cuál no podía escapar, apreté su cuello con fuerza miedosa.
Apretaba, y cuando sentía la carne ajustarse, me arqueaba para vomitar.Distraído por mis reacciones, me encontré sorprendido al notar unos brillantes botones bordados donde debían haberse encontrado sus ojos azules.
Aquellas dos placas de obscuro plástico eran tan abrumadoras como las pupilas que me espinaban la consciencia.Espinar.
Espinas.
Espinas que rápidamente aparecieron enganchándose y enredándose en mis manos sobre su cuello.
Apretaban, haciéndome heridas.
Apretaban, haciéndome ahorcar a Asuka sin que yo fuera consciente de ello.Grité, pataleé; me arqueé para expulsar lo que en mi cuerpo había.
—¡No! ¡No, no, no!Negué horrorizado, como si eso pudiese tener un efecto en la atmósfera, y parar el romper de mi carne contra las espinas, el fluir de los pétalos, y el ajustar de la garganta de Asuka.
No sirvió para nada tanto querer escapar: yo ya estaba más que dentro de mi propio sueño, y nada parecía despertarme.Escuché el sonido de sirenas de policía, una radio en estática, gritos horrorizados y llantos de niños por todas partes.
Vidrios rotos quebrarse, explosiones, choques de autos, un tren a punto de pasar por encima de nosotros.Escuché todo eso, no sé de dónde, porque nadie más se encontraba.
Solo me alteré más.
—¡Ya suéltame, Asuka!Cientas de voces agudas y altas gritaron desde todas las direcciones:—¡Puedo sentir! —intenté cubrir mis oídos alzando mis hombros, pero volvieron a gritar igual de fuerte—. ¡Me siento vivo!
—Mátame Shinji.
—¡Me siento vivo! —repitieron mientras los estruendos causaban una saturación total en mi cabeza. El dolor de las espinas había adormecido mis manos, los oídos me dolían y vibraban, el estómago me iba a reventas justo frente a Asuka.
No podía más. Mi corazón iba a saltar de mi pecho, y rasgarse entre mis huesos.
La piel de mis extremidades se había tornado violeta.—¡Eres un monstruo! ¡Puedes sentir!
—¡Me siento vivo!
—Mátame, Shinji.
Todo se quedó en negro cuando solté un grito del que jamás creí ser capaz de emitir.
Un profundo y desgarrado grito que no tenía fin, ni llevaba eco. Un sonido solamente que regresaba a mí para emitirse de nuevo sin parar.Sí, el grito de un idiota débil.
El miedo apoderándose de mí, haciendo uso de mi frágil garganta para avisarle al mundo que yo me encontraba siendo tan patético como siempre.
Justamente eso.Ya despierto, el universo obscuro y silencioso de mi cuarto me dio la bienvenida.
Me llevé las manos a la cara por inercia, y cada rincón me parecía una tortura.
—Déjame en paz, déjame en paz, déjame en paz... —al borde de un ataque de ansiedad, me mordí el puño, susurrando eso una y otra vez.Mi padre apareció en la puerta.
—¿¡Qué diablos fue eso!? ¿¡Por qué gritaste así!?En mi estado de shock, me levanté para quedar sentado y explicar mi horrible final.
No terminé de acomodarme cuando me encontraba vomitando hasta el último pedazo de entraña que me quedaba en el cuerpo....
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Notas para Asuka
FanfictionShinji ha soñado con la muerte de una de sus compañeras de clase, y, se siente culpable por ello. #1 en #asukalangley 👉 15/09/2021.