No me di cuenta de que todos los días eras muy similares desde que sucedió el incidente de Rei. Como cualquier culpable, le llevé flores cuando pude, y no hablé con ella casi nada. Mi padre siguió golpeándome, o gritándome. Siendo sincero, no veía diferencia entre ambas afectaciones.
Se veía tan cansado.
Toda su apariencia me hacía sentir muy culpable. Su caminata, su falta de hambre, su enojo, o como apenas me dirigía la palabra a la hora de la comida... Todo me reprochaba que yo ya no era parte de él, y yo estaba dejando que él también dejara de ser parte de mí.
Mi padre siempre fue una persona extraña. No recordaba mucho de su infancia, pero tampoco la ignoraba del todo. Tenía recuerdos de sus primeros días de vida, pero parecía que de golpe se había vuelto un adulto.
Nadie le preguntó si quería serlo, parecía que él mismo tomó ese papel de manera inconsciente.Lo recordé de manera abrupta. Eso me mantenía despierto por las noches.
Aunque no lo quisiera, seguí yendo a la escuela. Ya casi nadie notaba mi existencia ahí.
Ysi alguien mencionaba mi nombre, quería morirme ahí mismo. No soportaba la mirada de los demás.Nadie sabía de todo lo que yo había hecho, y eso comenzaba a pudrirme.
Y todos me trataban de una manera tan amable, como si sintieran lástima por mí... Me volvía a golpear dentro de los baños. Después, sentí culpa, ira, pena, y una mezcla completa de emociones paradójicas.Como cualquier otro día, le llevé un montón de flores a Rei. Comenzaba a sentirse mejor.
Sus padres no querían verme, pero ella no tenía la misma visión.Su piel estaba más pálida que de costumbre, y estaba reseca. Tenía ojeras bien marcadas, y el cabello despeinado.
De vez en cuando sonreía, porque parecía entender que de verdad estaba arrepentido... Pero no importaba cuanto dijera yo a ella, y cuanto ella lo aceptara... Yo seguía sintiendo que la culpa del primer día permanecía hasta el fondo de mi tórax, y era imposible sacarla de ahí.
La culpa y yo éramos un mismo ser, y nuestra carne estaba compartida.Ese día llegué más temprano. No quería toparme con nadie en el camino.
La enfermera ya sabía a qué iba y con quién era el asunto.
Caminé por el largo pasillo de suelo vinílico con un ramillete de rosas blancas, girasoles y flores cuyo nombre desconocía. Lo apreté con mis manos sudorosas; se resbalaba de ellas una y otra vez.
Al llegar al final del pasillo, di un leve giro a la izquierda.
Entre las paredes, colindando hacia el pasillo, se encontraban pequeñas bancas de plástico mal pintado. Podías ir arrancando pequeñas tiras de pintura azúl, y verías un suave color menta debajo.Ahí fue cuando lo vi.
Era el último estudiante que vi salir de la escuela el día del incidente.
Me miró, levantando sus cejas. Su rostro era muy suave; parecía tener facciones femeninas, pero era claramente un muchacho tal vez un poco más grande que yo.
Paré en seco de caminar, y me hice el idiota, desviándome hacia una máquina expendedora hasta el otro extremo del pasillo.Sentí como si me hubiera asaltado un maldito fantasma.
Vi los dulces, los envoltorios coloridos y las bebidas. Me dieron ganas de vomitar.
Por detrás de mí se apareció, estudiándome con la mirada. Me giré porque no tenía otra opción. Lo encaré, y sí, sus facciones eran muy finas, pero en su mirada había algo que me sacaba de quicio.
—¿Vienes con Rei todos los días? ¿No es así? —me preguntó, sin despegar su mirada de mi frente,
Yo parpadeé.
—Te he visto. Vienes aquí todos los días. ¿Te gusta?
Fruncí el ceño con asco, pero mi garganta estaba completamente cerrada, así que no pude responder.
—¿Por qué no hablas?
Me encogí de hombros, y me reí tan forzadamente que sentí que todo el hospital colapsó después de que retumbase el eco de mi carcajada.
Él giró la cabeza con curiosidad.
Era como si estuviera asimilando todo mi rostro, y volviéndolo un montón de figuras geométricas unidas.—Soy Kaworu.
Su nombre me dio frío.
Sonaba blanco.
Mis ojos se abrieron.
Llegué a casa. Papá me traía noticias. No eran buenas, ni eran malas.
La maestra Misato me ayudaría después de la escuela. Ella sería mi tutora por un tiempo.
O lo suficiente.Ése fue el último día que le llevé flores a Rei Ayanami.
...
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Notas para Asuka
FanfictionShinji ha soñado con la muerte de una de sus compañeras de clase, y, se siente culpable por ello. #1 en #asukalangley 👉 15/09/2021.