Día 20

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Promesa

Estaba en shock. Había sido brutalmente golpeado y no había sido capaz de defenderme. Maldita sea. El cabrón de Kirishima me la ha jugado. ¿Pero siempre ha sido así?¿Todo ha sido una maldita mentira? Imposible.

O eso había pensado cuando, en el punto más crítico de la batalla contra la liga de villanos, Kirishima golpeó por la espalda a Midoriya, dejándolo inconsciente, para unirse a Shigaraki y al resto.

—Nos ha traicionado. —Murmuró Kaminari.

—¿Kirishima era el traidor? —dijo Mina entre lágrimas.

—Hay que acabar con él. —Exclamó algún extra.

Imposible. Debía haber alguna explicación. Ha sido manipulado, chantajeado o cualquier mierda así. Pero no puede traicionarnos.

No puede traicionarme a mí.

El me ama. Se que lo hace. Lo se joder, no tengo dudas sobre ello.

Entonces, ¿por qué cuando fuí a hablar con él me golpeó?¿por qué me dijo todas esas cosas?

—¡Prometiste que siempre estarías a mi lado! —le grité desde el suelo. Mi nariz había empezado a sangrar y mi cabeza dolía como mil demonios. Kirishima se rió, una risa tan horrible que jamás pensé que podría escucharla de él.

—Eso te lo prometió el Kirishima que tú creías conocer. El que yo fingí durante meses. Esa promesa no vale nada. —Esas palabras fueron más dolorosas que cualquier golpe recibido durante esa noche.

—¿El que yo creía conocer? ¡No digas tanta mierda! Nadie te conoce mejor que yo. Y tú nunca rompes tus promesas.

Otra risa salió de Kirishima para acto seguido ponerse totalmente serio, realmente parecía una persona totalmente distinta, alguien malvado. Sus labios que siempre estaban curvados formando una amplia sonrisa ahora formaban una firme línea. Sus ojos, que siempre contagiaban felicidad, habían perdido todo su brillo, y sus cejas, que siempre parecían formar un arco, ahora estaban completamente rectos, hacía abajo.

—Prometí estar a tu lado. Prometí quererte. Incluso prometí ser un héroe. Prometí tantas cosas para poder engañarte que incluso a veces llegué a creerme esas promesas. Pero no eran más que mentiras. Ahora somos enemigos. Y acabaré contigo.

Entonces empezó a alejarse de mí, para volver a unirse a los villanos, a esos que una vez prometimos derrotar juntos. Mientras, yo estaba tumbado en el suelo, incapaz de moverme, viendo como la persona que amaba se llenaba de oscuridad y sintiéndome impotente por no poder hacer nada al respecto.

Me quedé ahí un buen rato, mientras mi cuerpo se bañaba en mi sangre y escuchaba como el resto seguía luchando por la victoria.

Yo solo podría pensar en Kirishima.

"Prometo salvarte Kirishima, aunque no quieras, lo haré. Lo juro" me prometí a mí mismo.

Y tienes suerte Eijiro, yo sí cumplo todas mis promesas.

#kiribakumonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora