#kiribakumonth

Día 29

Senderismo

Kirishima leía su manga favorito cuando su teléfono empezó a sonar. En su pantalla se visualizó el selfie que su pareja le mandó hacía meses con la opción de colgar o aceptar la llamada. Aceptó al instante, pero esperó. Siempre se mantenía callado ya que le gustaba oír la frustrada voz de Bakugo tras la otra línea.

—¿Pelos de mierda?

—Aquí estoy, Blasty. —utilizó el tono más encantador que pudo. Parecía sacado de una película de los 60. —¿Ocurre algo?

—Deja de hablar así, maldita sea. —Kirishima empezó a reír mientras la frustración de Bakugo crecía, en especial en ese momento. Le había costado mucho llamar a su novio. Es más, aún no se había preparado para lo que le tenía que decir.

—Vale, guapo. —El pelirrojo sabía que estaba poniendo nervioso al rubio, y estaba disfrutando con ello. Le costaba aguantarse la risa.

—¡Tómatelo en serio, Eijiro Kirishima! —gritó exasperado. La risa del pelirrojo se acrecentó. —Estaba pensando que... Tu y yo... No sé, podríamos...

—¡Sí, quiero! —exclamó Kirishima saltando de su cama, totalmente emocionado.

—¡Pero si todavía no he dicho nada, idiota!

—Pero vas a pedirme que me case contigo, ¿verdad? —parecía realmente feliz ante ese pensamiento.

—¿Qué demonios, Kirishima? Claro que no. —Bakugo escuchó un gemido triste de parte de su novio. —De momento no. —murmuró para tranquilizarlo. —Déjame hablar de una vez. —el nerviosismo ya se le había pasado. Kirishima siempre conseguía distraerlo cuando algo le frustraba. —El sábado, si quieres, nos podemos ir de senderismo y...

—¡Sí, quiero! —volvió a exclamar, está vez con más ganas.

—¡Pero si no me has dejado terminar!

—No hace falta. Contigo haría lo que fuera cuando fuera, sin importar que.

Bakugo sonrió débilmente. Se había preocupado tanto cuando en verdad no era necesario, porque sabía de sobra que Kirishima aceptaría. Pero para él, el senderismo era una parte esencial en su vida. Es una de las actividades que más disfruta hacer, por eso quería compartirla con la persona más especial de su vida. Y para eso, el plan del sábado debía salir bien.

De eso ya se encargaría Bakugo.