Atrapado en un momento

Cajita negra.

Dolor, dolor es lo único que sentía Misaki entre su cuerpo. Todo quedó estático y sin sonido mientras veía a Shinobu tirado en el suelo y con una expresión cargada de miedo total.
Alzó su mano queriendo reconfortarlo pero otra se lo impidió y le apretaron muy fuerte.
No supo cuánto tiempo pasó hasta que el bullicio hizo su retorno y Kyo Ijuuin apareció entre la oscuridad articulando palabras sin sentido

—...Mi..saki no...no ¿que..preten..? ¿por qué lo hiciste?

—S...sensei... Shi..nobu.

—No...no hables Misaki.

El mangaka sacó su teléfono y de forma torpe marcaba por ayuda.

—no llores....—Misaki volvió a decirle a Shinobu que se había hecho bolita por el piso.

Pronto la gente empezó a acumularse entre ellos y a Misaki le dió mucho sueño.

Por alguna extraña razón los soltaron sin decir nada pero a Miyagi poco le importó el motivo y bajó de la camioneta para echar a correr y así alcanzar a Misaki y Shinobu que salieron casi juntos del hotel.
El corazón le latía con desenfreno, por un momento le pareció que todo se detuvo por segundos esa noche y corrió más fuerte de lo que sus piernas le permitían.
Por la velocidad a la que iba algunas cosas cayeron del bolso interno del saco de Miyagi sin que él se diera cuenta. Mas atrás el tío Kenzo intentaba darle alcance y le gritaba al profesor pero este jamás se detuvo.

Mucha gente se movía en una misma dirección o al menos eso le pareció a Miyagi que volteó a todos lados antes de decidir qué rumbo tomaría. Misaki y Shinobu pudieron caminar por una de las tantas calles y solo hasta que oyó a gente hablar se decidió por la intersección que estaba frente a él.

<Es una pena ...es muy joven para que le ocurra esto>

Miyagi tuvo un dejavú al escuchar esas palabras y recordó el día que su sensei murió. Alguien pronunció eso mismo cuando en la preparatoria se informó que Amy Sensei había fallecido de una extraña enfermedad a sus 30 años. El pecho de Yō comenzó a doler, cruzó la calle y poco después el sonido de las ambulancias a los lejos le hicieron que respirara entrecortado.

Mientras más se acercaba podía apreciar los autos detenidos y las figuras que estaban en el piso, el mangaka tenía lágrimas por todo su rostro, con una mano sujetaba su teléfono y con la otra...

—¡¡MISAKI!!

Miyagi quiso empujar a Ijuuin, pero alguien lo detuvo.

—¡¡MISAKI!!

—No sensei... no lo mueva—Haruhiko Usami le sostuvo muy fuerte mientras Yō se retorcía—¡No intente liberarse porque soy capaz de golpearlo!

—¡¡MISAKI!!—gritó una vez más queriendo que su novio lo mirara a los ojos.

Todo el cuerpo de Miyagi temblaba, su Misaki parecía dormido si no fuera por la sangre que estaba a su alrededor. Ijuuin se movió para hacer espacio, la gente hablaba, un sollozo le hizo mirar hacia la acera donde Shinobu lloraba y también tenía sangre en su ropa.

El rubio le miraba atónito temiendo por su reacción pero Miyagi no podía liberarse porque entre Haruhiko y Fuyuhiko lo sostenían.
Yō parecía una bestia con los ojos llenos de furia y dolor. Siempre que tenía unos breves momentos de felicidad con Misaki algo ocurría y esto era lo peor.

Él no podría con esta situación, Miyagi no podía perder a la persona que amaba con todo su corazón. No podía quedarse solo por segunda vez.