Despedida.

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Los días transcurrieron en el departamento de Miyagi quien cumplió su promesa de estar al pendiente de Misaki día y noche; de forma escrupulosa y caballerosa lo atendía al grado de no permitir que moviera siquiera un dedo.
Esto sin duda lo agradeció mucho Takahashi pero también le preocupaba que Miyagi terminara fastidiado y cansado.
Ambos acordaron casarse después de la boda de Yuu e Ijuuin y con respecto a Iason y Natsuko no quisieron tocar el tema porque las autoridades ya estaban haciendo su trabajo y Fuyuhiko tanto como Akihiko se encargaban de ese asunto.

Misaki poco a poco fue recobrando la movilidad de su cuerpo en general y eso le animaría bastante si no fuera por cierto asunto "incómodo" que le afectaba pero no era capaz de externarlo.
El profesor veía como su novio se paró del sillón por su cuenta sin usar las muletas y sin permitir que le ayudara.

—Misaki, eres terco ¿lo sabías?

—No soy terco Miyagi, soy tenaz que es muy diferente y aunque sea arrastrándome pero yo iré a esa boda para entregar a Yuu.

—Ya te dije que yo puedo hacerlo.

—Es mi deber como mejor amigo de Yuu entregarlo a Sensei el día de su matrimonio.

—¿No soy digno de llevar a Yanase al altar?

—Eres digno de hacerlo pero se lo prometí desde hace mucho. Hasta le dije que si Sensei lo deja plantado yo me casaría con él.

—Ajá y yo ¿que?

—Podemos ser uno de esos matrimonios polígamos y..—Misaki calló al verlo muy serio—Es broma Miyagi.

—No quiero que ningún otro hombre te toque Misaki. Ni porque sean los mejores amigos del mundo.

—Ya te dije que es broma.—Misaki desvió la mirada al ver los ojos molestos del profesor—¡Uff! Esto es muy complicado. No pensé que sostener mi cuerpo fuera como si estuviera cargando un costal muy pesado.

—Te ayudaré mi amor.

—¡No!
Miyagi se movió muy rápido para agarrarlo de la cintura por si Misaki se doblaba del esfuerzo y el castaño lo apartó con sus brazos.

—L..Lo siento Miyagi.

—¿Por qué no quieres que te toque?

—¡Buenas tardes!
El grito de Aikawa les hizo mirar por las ventanas y ahí estaba la editora muy sonriente.
Miyagi fue abrir la puerta sin dejar de observar a su novio.

—Aikawa san le recuerdo qué hay un timbre a lado de la puerta y que puede usar con toda confianza.

—Je je discúlpeme Sensei. ¡Misaki! que alegría verte de pie.

—Si es muy bueno, desde hace unos días lo estoy intentando solo y ha dado resultados. Ya puedo caminar, lento pero lo hago.

—Eso me alegra mucho y quiere decir que ya estás listo para lo que acontece dentro de unas horas.

—¿Qué ocurrirá dentro de unas horas Aikawa san?—preguntó Miyagi

—La despedida de soltero de Yuu. Pensé que Misaki se lo dijo.

—No, no estaba informado de eso—dijo Miyagi cruzando los brazos.

—Pues verás... no quería decirte porque estoy seguro que te negarías y...

—Estas en lo correcto Misaki.

—Oh vamos Sensei, permita que Misaki vaya; será una salida sencilla a un bar en las afueras de Tokio.

—¿En las afueras de Tokio? Así menos lo dejo ir.

—¿Por qué no puedo ir Miyagi?

—¿Cómo que por qué Misaki? No me agrada la idea de que vayas en este estado y menos a beber.

Atrapado en un momento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora