La daga pasó a mi lado como una bala- —siempre fuiste malo hasta con tu supuesto don gitano — ¿Y dime que se siente no ser nadie? Porque no eres un gitano. No tienes ningún don no eres gitano. —Se veía furioso las víboras no
—fuiste tú quien mato a la madre de Balder— Si la mate me tenía cansado siempre reprochándome por no amarla. Ella sabía que a la única que había amado era a tu madre, pero la muy perra prefirió a mi hermano, pero él tampoco la amo. Me sentí triste por lo que dijo.
—Tu obsesión por mí es porque mi padre eligió a mi padre, ella debió ver que eras un cerdo asqueroso sin corazón
—Puedes hacer lo que quieras, pero vas a llegar donde tu nuevo dueño y voy a disfrutar ver cómo te arrancan a tu hijo bastardo de tus brazos, y como el árabe te doma. Sus palabras iban cargaba de veneno.
—Prefiero morir antes que ese imbécil me toque —él sonrió maligno — Pues comienza a rezar gitana porque cuando la tormenta cese iremos a donde el árabe y voy a disfrutar verte.
Él se colocó lejos de mí las víboras bajaron la guardia. Me sentía cansada sentía un terrible dolor en el vientre. Estaba mareada. No sé en qué momento me quede dormida.
Sadiq
Tengo un mal presentimiento estamos a horas del pueblo donde vive Ali. Las tormentas de arenas no han cesado es como si alguien jugara con ellas. No sé cuánto tiempo paso llegamos al pueblo cabalgamos a la mansión de Ali que se alzaba con fuerza —Vamos a tocar— dijo el gitano. El amigo de zita se nos unió había llegado con el padre de la gitana. Hasta ahora me había fijado que no sabía su nombre. Toque la puerta después de unos minutos salió una mujer toda cubierta saludo en árabe. — ¿Ali se encuentra? — No señor mi esposo no se encuentra.
— ¿Sabe cuándo vendrá? —No mi señor no ¿Quién lo busca? —Soy su socio y teníamos algo que hablar —Mentí para obtener información. —Es importante el negocio depende de que lo encontremos de lo contrario los socios van a desistir —Bueno, señor él hablo sobre que iba a recibir una mercancía de esclavos en el páramo que lleva a las dunas es a un día de aquí. —Dijo nerviosa.
—Gracias, señora él le dará las gracias. — camine hasta mi hermano no sé dónde es ese famoso paramos, pero seguro mi hermano si él conoce el desierto duró tres años como forastero
—Debemos ir al páramos donde comercializan esclavo ¿Sabes dónde queda Fadil? Él asiente —estuve hace unos ocho años allá está a un día de aquí.
—Dejemos unos cuantos siervos por si él regresa para que nos den aviso.
Zita
sentía como me sacudían abrí los ojos el dolor en mi vientre era más intenso sentía el cuerpo pesado me sentía afiebrada, sentí una punzada bajo en vientre. Me asuste
— ¡Conballo! —Grité el dolor aumento estaba nerviosa — ¡Conballo! —grité asustada sentí como se paró la carreta me estaba temblando —¿Qué quieres gitana?
—Ayúdame me duele... Dije —No caeré en tu juego dijo para girarse— entre en pánico —No, te juro que no estoy mintiendo.
—¿Qué se supone que tienes? Mi vientre mi bebe dije nerviosa —No es tiempo que des a luz... —recordé las palabras de la niña —No vayas, no salgas las arenas susurraron, pero no puedo escucharlas —me asusté vi unas imágenes, pero no reconocí nada. Solo un bebé —El bebé está próximo a nacer
—No me pasara nada le dije, pero mi corazón latía fuerte —No, él te está esperando fuera. Las arenas no te protegerán si sales —dijo—me separe de ella asustada.
—Dios Conballo voy a parir no es tiempo se me adelanto el parto. —Eso no puede ser cierto no tienes el tiempo correcto —Él se acercó a mí desato mis pies me ayudo a pararme por mis piernas bajo sangre al ver la sangre.
—¡Oh Dios mi hijo estoy perdiendo a mi hijo! — dijo llorando la gitana. El gitano asustado la ayudo a sentarse nuevamente los sudores le habían entrado
—No dejes que mi hijo se muera Conballo por favor — dijo sus labios estaban tomando un color morado. — Iremos a unos indios que están cerca. Subió sobre la carreta nerviosa, él pretendía dársela al Árabe, pero no que muriera, si eso llegara a pasar que Dios lo amparara porque su hermano lo iba a matar.
Después de una media hora llegaron a uno especie de cantina. Bajo a buscar a la gitana ella temblaba los sudores y su vestido estaba manchado de sangre. La levantó para sacarla de la carreta.
—No dejes que muera mi hijo... —Dijo débil varias gotas de sangre cayeron en las arenas... provocando que la tormenta arreciará.
Ayúdame entró la señora que estaba dentro de la posada los miró fue y camino hasta ellos. A ver a la joven
— ¡Por Allah!—¿¿Que tiene es niña? —Está perdiendo al bebé. Lo guío por unos pasillos hasta un viejo depósito en un castre.
La reviso. —Nilda ayúdame con esta forastera está perdiendo su hijo. Haz un té de las hojas que son para expulsar al bebé.
Balder
Zita le pasaba algo no sé qué esas tormentas de arenas no eran normal no nos permitían avanzar con facilidad. Pareciera que anuncian una desgracia. Cuando leí las cartas de zita hace tiempo ella estuvo al borde de la muerte. Pero creo que ya eso pasó ¿O no? Tendrían que elegir entre ella y otro...
Nos detuvimos por unos minutos para tomar agua... me acerqué al árabe nunca he hablado nada con él. Pero necesitaba hacerle una pregunta.
Si tuvieras que elegir entre zita y tu hijo ¿A quién elegirías? Debes de elegir bien estamos en las arenas y esas tormentas anuncian desgracia.
Elijo a ambo
Por otro lado las dos mujeres luchaban por hacer que la gitana bebiera el té. Una vez lo lograron.
—La mujer tomó el té, lo que no se es que si él bebe vendrá con vida— dijo ella mirando afuera — ¿Por qué lo dices? Ves esas tormentas de arenas no son normales. Dijo mirándolo con sus ojos tan negros con dos pozos sin fondo.
— ¿Qué quieres decir con que las tormentas no son normales?—Esa niña con la que andas es una marcada por los espíritus del desierto. No sé qué busca usted con ella, pero en cuanto termine será mejor que salga de mi casa no quiero tener problemas con esos espíritus. —Entro dentro aterrada con la idea que lo que pesaba no fuera cierto.
Al entrar la gitana temblaba, pero ya estaba despierta. —Salve a mi hijo... por favor... no quiero que muera —Ha estado llamando a un tal Sadiq madre...
—Debe ser el padre de su hijo. Vamos gitana las contracciones van a iniciar. Al pasar los minutos los gritos de dolor se escuchaban por toda la posada. La posadera sabía que algo iba mal, la gitana sangraba y eso no era normal —Hay mucha sangre madre algo va mal... dijo a la jovencita asustada. La madre estaba igualmente de asustada —Salve a mi hijo... vamos gitana debes pujar.
—Ya no puedo...— la mujer sabía que era cierto los labios de la gitana se tornaron púrpuras.
—Vamos busca más te vamos a sacarle el bebé. —Hicieron que la gitana tomará más del brebaje. Al pasar unos minutos la gitana impulso a la criatura las manos de ambas estaban manchadas de sangre. La mujer estaba asustada él bebe estaba muerto. Eso solo significaba problema. La mujer no dejaba de sangrar- el viento fuera soplaba fuerte
—Madre... él bebe... —ella asintió con la cabeza ella le pasó él bebe a la mujer mayor miro a la criatura— ¡Allah! —dijo la señora golpeó dos veces la espalda del recién nacido todavía estaba caliente. El niño dio un pequeño suspiro.
—Corre busca dos vasijas plásticas con agua tibia para ponerle al bebé. — Así lo hicieron colocaron al bebé en una pequeña canasta lo pusieron cerca de la madre la chimenea hacia su trabajo.
—No creo que pase la noche madre, al parecer no era tiempo que naciera. Madre la tormenta... Creo que es hombre... las dos sabían ese hombre no era bueno. Se quedaron cambiandole las compresas a la gitana y el agua al bebé para que entrara en calor para la mañana él bebe había abierto los ojos. La madre también, pero débil—Agua... le pasaron agua apresuradamente —Mi hijo...
—Él bebe está delicado no sabemos... —Sálvelo por favor... —no se lo dé al hombre que me acompaña...
—Él, la está pidiendo lo hemos evitado la noche... —Dígale que él bebé murió... llévelo a su padre... o a Dulnia —dijo la mujer se puso pálida al escuchar el nombre de la chaman. Le dijo el nombre del pueblo y la tribu la señora optaron por el pueblo... le encomendó la creatura a su hija rogando que los espíritus no se la tragaran
—¿Dónde está la criatura? ... Pregunto entrando al almacén miro en ambiente.
—Murió el brebaje era para desintegrarlo.
Sadiq
Nunca en mi vida había presenciado una tormenta tan furiosa. Estamos casi llegando al paramo. Dos camino uno que lleva al pueblo nos detuvimos a darle agua a los camellos. El amigo de mi gitana ha estado nervioso toca las arenas constantemente.
Eran pasadas de las doce del día escuchamos unas pisadas nos pusimos en guardias la caravana iba apresuradamente. El hombre descendió y se acercó a mi hermano. Interactuaron. Luego salieron igualmente de apresuradamente.
Deseos de eso continuamos el amigo de zita quería ir con los extraños pero el padre le dijo que no, pero él se quedó mirando la caravana. Unas horas después llegamos páramo.
Conballo
Con un demonio la gitana no se ve nada bien... llegué al páramo antes del mediodía. En la posada me dijeron que Ali estaba en las caballerizas. La señora vino conmigo para que cuidara a zita. Llegue donde él estaba y él estaba con todas sus siervos. Le expliqué que había sucedido dijo que era lo mejor que el niño haya muerto. Dijo que la gitana se pondría bien. Ahora es cuando creo que no estoy tan seguro que esté bien se veía débil. Él la subió en una carreta. Estoy en la cantina...
—Conballo— escuche la voz de mi hermano me gire andaba con unos acompañantes camino furioso hasta mí golpeó mi cara fui a parar al piso
— ¿Dónde está mi hija?
—Lo siento hermano... dije — ¿Qué es lo que siente?
—Ella está con Ali... pero... Pero él bebé murió...
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Pasión Gitana en las Arenas del Desierto Arabico (#2 Trilogía Pasión Y Cultura)
RomanceSadiq un hermoso y carismático Árabe odia otro país que no sea su hermosa Arabia, se ve obligado a emprender un viaje por obligación, por amor a su familia. Se ve en la obligación de ir a un país que según el no tiene su misma cultura. Conocerá una...