Pasión Gitana en las Arenas del Desierto Arabico (#2 Trilogía Pasión Y Cultura)

Epílogo

— Lo siento señor Sadiq hicimos todo lo que pudimos, todo lo que estaba en nuestras manos pero, el corazón de su señora esposa dejo de latir la señora Ferren muerta. —No, NO eso no puede ser cierto.

—Lo siento señor ella entro en un paro cardiaco y su corazón se paró, para no volver a latir. Hora de la muerte 11; 35 de la mañana. Lo siento —Mi más sentido pésame señor.

Caí al suelo llorando. No puede ser mi esposa mi gitana. —Me dejaste solo. No puede ser gitana dije llorando sentí como me agarraron. — Lo siento hermano debes dejarla ir solo la estabas reteniendo. —Iré hacer los trámites del sepelio. Dijo dándome unas cuantas palmadas en la espalda.

Dos años después

En todo este tiempo mi familia ha estado conmigo apoyándome en todo lo que necesito. Hadarah ya sé porque mi hermano la ama como lo hace. Todo está más tranquilo. Él abuelo de mi hijo se instaló aquí, también el joven Balder no querían apartarse del pequeño. Mi hermano tuvo que regresar como administrador de los pozos porque en realidad no tenía fuerza...

—Papa... —La voz de mi pequeño Nassim me saco de mis pensamientos como siempre. Me gire hacia el para tomarlo en brazos. A sus tres años era todo un hombrecito, tiene el mismo color de ojos de la familia. — ¿Qué sucede pequeño Nassim? —Baba dice que tendremos que ir a la casa de la tía Hadarah, pero mi primo Adil dice que no podemos llevar juguetes...— termino haciendo ese puchero que tiene a todos enamorado. Sus primas que ya tienen diez ella lo consienten como no hay otro.

Supongo que es porque hay juguetes allá... si pero yo quiero...

—No podrás llevarlo allá hay muchos juguetes — ¿Papa y mi madre? Cada vez que me pregunta eso mi corazón tiembla

—Nassim deja a tu padre en paz. Harás que se ponga viejo antes de tiempo, cerré los ojos al escuchar la voz de mi gitana hablar. El bajo corriendo y salió de la sala. Lucia tan hermosa como siempre.

Todavía recuerdo ese espantoso día.

Flashback

— Lo siento señor Sadiq hicimos todo lo que pudimos, todo lo que estaba en nuestras manos pero, el corazón de su señora esposa dejo de latir la señora Ferren muerta. —No, NO eso no puede ser cierto.

—Lo siento señor ella entro en un paro cardiaco y su corazón se paró, para no volver a latir. Hora de la muerte 11; 35 de la mañana. Lo siento —Mi más sentido pésame señor.

Caí al suelo llorando. No puede ser mi esposa mi gitana. Me dejaste solo. Me levante y fui a su habitación estaba desconectada hacia unos minutos la habían desconectado —No me dejes gitana... dije abrazando su cuerpo lloraba desconsolado. Sentí el movimiento pero no le preste atención.

—Déjenme despedirme de mi esposa... —dije llorando — No... sabia... que era tu esposa... —escuche una débil voz. Me quede estático pero luego sentí como paso su mano en mi cabeza.

—Me gusta que me abraces pero quiero agua. —Mi cuerpo estaba temblando. Le toque el rostro para saber si no estaba alucinando. Ella me miraba extrañada. Sali corriendo por el pasillo.

—Doctor. Doctor grite todos en el pasillos me miraban

—¡¿Dónde está el doctor? —El doctor salió de una de las habitaciones

—Que sucede seño? —ella está viva dije riendo nervioso. El doctor me miro sorprendido. —Mi esposa está viva.

—Eso es imposible murió hace unos minutos yo mismo estaba ahí—dijo el doctor. La enfermera paso a mi lado corriendo. —Por Allah doctor venga—grito la enfermera. Salimos corriendo a la habitación.