capitulo 12

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Desaparición entre las arenas. La secuela de la conversación con la señora Fátima — ¿Qué diría si le digo que la gitana está aquí? —Le diría que eso es imposible. —Acaso fue imposible que su hermano y la señora Hadarah estuvieran juntos.

—No. No. Después de un año. No ahora que tome la decisión de casarme. Miro por mi alrededor en busca de la cigana camino entre la multitud pero mis ojos van hacia donde hay una tormenta de arenas las veo las señoras Amina y Fátima junto a ella está la gitana que me quita el paz.

—Zita.... Susurre ella sonrió pero las arenas las rodearon. Y desaparecieron —Es hermosa ¿no es así tío? Me gire hacia la voz que escuche ahí estaba Aasiyah con su mirada. Eso me da a entender que ella sabe quién es.

— ¿La conoces? —Le pregunte con curiosidad. Ella sonríe
—si ellas nos están enseñando a bailar el baile de los ciganos. Sus palabras me descolan eso quiere decir que la persona que vi.... Era zita

—Ella está en la tienda de la señora Amina. —las palabras de la niñas me lo confirma. — Aasiyah vámonos ya quiero ver a mi esposa. — las palabras de mi hermano me devuelven a la realidad.

Tomo la mano de mi sobrina camino detrás de mi hermano como un sonámbulo. —Quisiera saber si vas seguirás pensando casarte con esa mujer....escuche la voz me mente se bloqueó. No puedo seguir pensando en la gitana estoy comprometido.

Nos subimos en la carroza los niños iban jugando y hablando de las atracciones del circo. Mi hermano evitaba a toda costa mi mirada.
— ¿Sabes que tarde o temprano tendremos que hablar? — los ojos similares a los míos me miraron sin ninguna expresión.

—No tengo nada que hablar continúo Sadiq usted tomo su decisión y yo continuo creyendo en esa fabula. Tú te vas a convertir en un ser ambicioso quizás con mucho dinero, cuando te cases con esa mujer pero un amargado. Iba hablar pero las palabras no salían de mis labios.

El resto del caminos los mayores no quedamos en silencio. Mientras que los niños hablaban entre ello. Después de lo que pareció una eternidad llegamos a la casa Fadil tomo a sus hijos y salió apresurada sin mirar atrás.

Entre a la casa y subí a mis aposentos entre me acosté en mi cama pensando lo bella que se veía con esas vestimentas árabes —por Allah sería un pecado decir que no se hallaba hermosa. Parecía una princesa del oriente sus ojos eran lo que más brillaban. Me desvestí y me acosté. Mi último pensamiento fue ver a mi gitana bailando para mí.

A la mañana siguiente me desperté con unos ánimos renovado. Pase por la sala de juegos y escuche risas y murmullos me acerque y vi a mi hermano y esposa ahí. Sentí una opresión en el pecho. Los niños jugaban entre ellos. —Buenos días familia. Todos respondieron.

—¿No irán hoy a sus clases? Pregunte curioso.

—No. No irán quiero pasar el día con los niños—no sé por qué sentí una decepción.

—Le diré a Rasul que le vaya a llevar el recado a la señora Amina.

—El tío puedo llevar lo iba de salida el pobre Rasul esta tan viejo que creo que sus huesos están tiesos. —Habla Aanisa la primera hija de mi cuñada. Trague grueso.

— ¿No es si tío habla Hassan? Mirándome con sus ojos tan azules que parecen negros

—Sí, iré a decirle luego iré a al pozo no me esperen. — No te íbamos a esperar vamos para la casa de las dunas. Salí de la sala hacia las calles del pueblo. Camine mirando todas las tiendas de ventas. Mientras meas me acerco a la tienda mi corazón late más rápido Después de casi quince minutos llegue la tienda. Toque las puertas mis manos estaban sudando. Me extraña que no abran siempre lo hacen rápido cuando iba a tocar nuevamente las puertas son abiertas esmeralda contra zafiro—hasan dice en árabe todo mi cuerpo se calentó. Ella baja la mirada. Porque hace eso. Se pone a un lado para que pase. Me quedo frio ¿dónde quedo esa gitana tan osada? Entro a la estancia.

Pasión Gitana en las Arenas del Desierto Arabico (#2 Trilogía Pasión Y Cultura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora