Capitulo 4

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Gypsy

Temblé al escuchar a la señora afirmar lo que dijo mi amigo. —Niña perdida tengo entendido que hoy vas a bailar.

—Me retiro, las dejo sola. —Hablo mi amigo para abandonar la tienda. Cuando sale la señora se retira su saco que tría colgado. —Bailaras para el joven. — Me quedo sorprendida porque eso solo lo sabía yo.

—Sí, se lo prometí, pero en realidad no sé muy bien bailar la música de los árabes engreídos. — ella sonríe

—No somos engreídos, es un don que tenemos de nuestros ancestros. —La miro extrañada dijo. — ¿usted dijo no somos?

—Si niña, soy árabe. —Reí a carcajadas — si claro, y yo doy rusa.

—Tú viste como el jarrón se quedó flotando en el aire, ¿y aun dudas que sea árabe?— Veo que saca un pequeño jarrón de su saco lo pone en el piso sierras sus ojos, del recipiente salen arenas y se van formando imágenes. Puedo distinguir un desierto personas bailando en las arenas. ¡Esto no puede ser es arabia!

Estoy espantada —¿Quién es usted y que quiere se mí? Le pregunto asustada.

—En mi tierra me llaman sacerdotisa de las arenas del disiento, en estos lados adivina. Ya te lo había dicho en otra ocasión pero no préstate atención niña perdida. Ahora te voy a enseñar como las mujeres árabes bailamos.

Me enseño los pasos del baile que las mujeres le hacen a sus esposos. Me conto que tiene esposo e hijos y que quiere regresar con ellos

— ¿Qué busca por estos lados tan lejos de casa? —pregunto curiosa mientras ella me maquilla.

—He venido porque las arenas me han guiado hasta aquí por alguna misión. Me han guiado hasta ti.

Ella saca de su saco una ropa, y si, es es una vestimenta árabe me la extiende. —Ve vístete que el joven está por llegar. — dijo para luego salir me visto pero no se colocarme el velo salgo y la veo de pies mirando hacia afuera moviendo las manos sus ojos están dorados.

— ¿Qué hace? —Ella se espanta.— Estaba dándole un mensaje a mi esposo. ¿Qué sucede porque no te has terminado de vestirte?

—No se ponerme el velo. —Ella niega.

—Esto no se llama velo, se llama hiyab, y es mejor que te lo aprendas, en arabia si una persona no pertenece a la familia no puede ver tu rostro ni poner sus manos sobre ti es considerado una falta de respeto.— Asiento por sus lecciones.

—Ya es hora siento que el joven llego.

— ¿Cómo lo sabe? —solo abemos dos árabes en el campamento, siento su sangre me llama es más caliente.— Sonrío por sus palabras.

Sadiq

Llego al circo voy caminando por los distintos sitios del circo.  Pero uno llama mi atención esta apartado de los otros, me acerco porque tiene un toque árabe. Entro sin tocar es como si me llamara, cuando entro puedo ver alfombras, jarrones árabes pero un jarrón con dibujos llamo mi atención. Parece que esos dibujos tenian vida propia, me acerque a este lo toque y todo mi cuerpo se enfrió sentí una paz vi imágenes de mi patria me deleite en ellas

—Me pasa lo mismo cuando lo toco, por estar lejos de mi patria —una voz suave me saca de mi momento de tranquilidad. Me gire, y veo una mujer con vestimentas árabes. —A usted la he visto pero no puedo recordar de ¿Dónde?

—No se martirice joven árabe— Continuo con las manos puesta en el jarrón —Le compro este jarrón— por la forma de sus ojo doy por hecho que está riendo

Pasión Gitana en las Arenas del Desierto Arabico (#2 Trilogía Pasión Y Cultura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora