Pasión Gitana en las Arenas del Desierto Arabico (#2 Trilogía Pasión Y Cultura)

capitulo7

Llegamos a nuestro destino era más o menos como un campamento, todo estaban contentos, yo me quedaba mirando el inmenso desierto mientras me abrazaba, a mí misma.

—Zita tu padre quiere que vayas a su encuentro a la tienda donde él está. Afirmo con la cabeza, apresuro mis pasos hacia donde está la tienda. Hay muchas tiendas. Cuando estoy por entrar sale Conballo, mi piel se me puso rígida por su mirada. Cuando continúa su camino entro a la tienda, veo al jefe sentado en posición de indio y los ojos cerrado, siempre me he preguntado ¿Cuál es su don?

—Siéntate gitana— miro unos almohadones tomo lugar en uno de ello, el abre los ojos, y sus ojos tienen un brillo sus ojos esmeralda están casi del color transparente.

—Dios.... —Dije sorprendida me moví nerviosa de mi lugar. Sus rasgos están endurecidos.

—No sé por qué te sorprendes Gypsy, te has criado dentro de pueblo gitano.

—Disculpe....—me calla para continuar hablando

—Pero aun así no eres una gitana, estas con los gitanos pero tu corazón pertenece a otro lugar, o mejor a un hombre — me sorprendo por sus palabras.

—Sé que siempre has sentido que no encajas. Y también te pregunta cuál es mi don. Mi especialidad es el de los corazones rotos pero solo dirigido a los enamorados

—Profecía .....— gimo conozco cuan peligroso es ese don, quien lo posee fue porque una vez le rompieron el corazón no en esta vida si no en varias. Aunque no soy muy creyente en eso.

— ¿para qué me llamo jefe? —pregunto nerviosa, no se porque me conto eso, hasta ahora creo que nadie conoce su especialidad.

—Te mande llamar para decirte que vas a dormir en esta tienda. Me tense al instante iba hablar pero me detuvo

—Mi hermano anda suelto por el campamento. Y en el desierto hay muchos forasteros de ambulantes. Sé que mi hermano no te ve como una sobrina.

—Pensé en dormir con Bardel —En estas tierras no se permite que los hombre y las mujeres hagan eso. Quiero que te cases y no quiero problemas. —Cuando escuche la palabra casar mi cuerpo tembló.

— ¿Por qué?

Todo el tiempo no voy a estar en el campamento llegara el momento en que parta de estas tierra. Y no quiero dejarte a merced de cualquier cerdo. Asiento no muy convencida. Me levanto para salir

—Gypsy.... yo si ame a tu madre — me paro en seco mi cuerpo siente una furia.

Que dijiste dije con los dientes apretados. Sus ojos brillan con intensidad.

—Sabes cuál es mi don, cuando era un joven, estaba enamorado de mi mejor amiga-

— ¿Y QUÉ TIENE QUE VER ESO CON LO QUE ESTÁS DICIENDO?

—Ella no era gitana, pensé que era mi amiga, pero solo tenía curiosidad por nuestro pueblo, yo me enamoré de ella, pero ella no sentía nada por mí. Todos esperaban que tuviera el mismo don que mi madre el de adivinar. Pero cuando ella no me correspondió el don del corazón roto vino a mí, mi madre lo vio en unas de su cartas, pero ya era tarde.

— ¿Y por eso no amaste a mi madre? Estabas podrido por dentro y tenías que esparcir tu podredumbre por todo tu alrededor—zanje con rencor y lágrimas en los ojos.

—Yo la amaba hija, tanto que mi castigo es verte todos los días en ella. Tanto como te amo a ti.

No es cierto...

—Piensas que todo ese conocimiento sobre mi don es casualidad, pensé que tú lo heredarías pero no heredaste el de tu madre. Atraes a los hombres como abeja en un panal pero solo uno llegara a tus huesos.