Amira...
Anoche por voluntad propia, me entregué a Viktor, jamás pensé que sería de esta manera, por mi mente pasaba una y otra vez un momento donde yo sufría y no gozaba de placer, debí admitir que Viktor tiene muchas facetas y la que descubrí anoche me gustó mucho.
Duerme con un brazo encima de su cara, su abdomen está descubierto, y puedo ver cómo su respiración sube y baja. Sé que debería odiarlo, pero no puedo, tal vez el villano también pueda ser héroe, y él me lo está demostrado.
Anoche pude escuchar cada detalle de su organización, como su vida gira entorno a las armas, a la venta de información y a los negocios ilegales. Si mi hermano supiera que no es nada lo que él hace comparado a lo que Viktor realiza, me diría ese el cuñado soñado. Iluso, Viktor ha pagado algunas de las deudas de mi hermano, pero lidiar con los Jamaiquinos no es fácil, aveces pesa más el orgullo y el respeto que el dinero.
Me levanto y voy al baño, me peino y enjuago mi boca con pasta dental, salgo de la habitación haciendo el más mínimo ruido pues el ruso se ve que duerme placenteramente. Bajo las escaleras y me topo con Shaw quien al verme mueve su cabeza en saludo. Afuera puedo ver movimiento, pero no salgo, me voy a la cocina y Marsy me recibe con una enorme sonrisa. Creo que ella sabe lo que anoche pasó.
--Buenos días Marsy!! - Le digo mientras me siento en el comedor de la cocina.
--Buenos días señorita, has pasado una buena noche?; - me dice guiñando un ojo.
No puedo evitar sonreír y decirle que si fue muy obvio, a lo cual ella sonriente me dice que sí.
--Se lo dije, él está embelesado por usted señorita. El señor Kozlov no es de traer chicas a casa, o de mandar a prepara la cena o el desayuno, siempre come fuera, pero con usted en casa, prefiere comer acá.
--No lo sabía, sabes que le gusta desayunar?! -Le digo mientras ella me sirve un poco de café.
--Como podrá notar, él se cuida mucho, siempre come muy sano, frutas picadas, su café negro con una cucharadita de azúcar, las jaleas que hay en casa son naturales, come tostadas y huevo. Siempre merienda a su hora, come una barra de multigrano, y bebé algún batido con proteína.
--Como?; No come tocino, ni cereal, ni pancakes con jarabe de maple?! - Le digo asombrada.
--Nunca lo he visto comer nada de eso.- Me dice Marsy mientras saca las cosas de la alacena para hacer el desayuno.
--Yo haré pancakes ahora!- Le digo, mientras me levanto y busco lo necesario.
Marsy me ayuda, y preparo pancakes con jarabe de maple, frutas picadas, tocino crujiente, huevo, jugó de naranja y café. Alistó la bandeja que llevaré a la habitación de Viktor y lo sorprendere con el desayuno. Marsy me sonríe y se alegra de que haya cambiado mi forma de pensar con respecto al ruso.
Subo con Marsy que me ayuda con la bandeja dónde están las bebidas, abro la puerta y no veo a Viktor en la cama, pero lo escucho que está en el baño, así que me apresuró a colocar las bandejas en una mesa que está enfrente de un sofá al lado de la ventana.
Viktor sale del baño, y no puedo negar que su belleza me atrae muchísimo, besé algunos chicos en mi adolescencia, de esos besos rápidos de niños, pero con él es distinto, no me ve como una niña, ahora me ve como una mujer. Y anoche me lo confirmó.
Sonríe al verme sentada, y frente a mí un desayuno distinto al que suele tomar, así que arruga el entrecejo mientras observa el tocino y los pancakes.
--Eso desayunaremos hoy?!- me dice alzando una ceja y señalando el tocino, que por lo visto no es de su agrado.
Sonrió al ver que es un poco rutinario con sus desayunos y que no sabe disfrutar de los placeres de la vida, como lo es sentir ese crunch del tocino en la boca, o saborear el jarabe de maple con los pancakes. Le ofrezco el café y el gustoso lo toma. Se sienta a mi lado y me besa, su aliento fresco invade mi boca y sus manos acarician mi rostro mientras él me besa apasionadamente.
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LA PAGA [Completa]
RomansaNunca he sido una chica normal, siempre fui la del rincón , la nerd, la introvertida y sobre todo la invisible, hasta que él se cruzó en mi camino y justo por accidente , así como lo oyen por accidente, sin imaginar que todo aquel evento cambiaría m...