||08||

1.5K 157 30
                                    

-¿Tzuyu?- Sana regresó después de un par de minutos a su habitación. Había estado en la cocina preparando algo para que Tzuyu comiera. Sin embargo, en cuanto entró, se encontró con que está se encontraba durmiendo plácidamente en su cama -Bueno… Supongo que es mejor dejarla descansar- Dejó la pequeña bandeja con comida en su escritorio y se acercó hasta la cama, se sentó junto a la taiwanesa, tomándose el atrevimiento de tocarle el rostro con cuidado.

La miraba atentamente, absorta en su belleza. Era hermosa, de eso no había duda. A pesar de estar un poco pálida, su belleza seguía siendo inigualable.

Y eso muy en el fondo le dolía que las cosas fueran así, porque era una chica incluso menor que ella, tan joven y hermosa, y estaba metida en temas tan complicados como las drogas y el exceso de alcohol.

No sé lo decía directamente, pero le dolía verla así casi siempre. Quería ayudarla, hacer algo para que por qué lo menos dejará de drogarse, pero no sabía que hacer y tampoco esperaba que Tzuyu fuera a estar de acuerdo con eso.

-Ugh- Sana salió de sus pensamiento cuando escuchó a la taiwanesa quejarse, en un principio pensó que estaba despertando, pero no era así, seguía estando completamente dormida, parecía que estaba teniendo un mal sueño pues se movía constantemente de un lado al otro mientras hacía muecas y soltaba pequeños quejidos por lo bajó.

-Hey- Dijo con voz suave -¿Qué sucede?- Tratando de calmarla colocando nuevamente en su rostro, pero en vez de conseguir lo que quería, está acción solo consiguió que los movimientos se volvieran más bruscos.

El miedo empezó a invadir a la japonesa cuando al pasar de los segundos Tzuyu continúo quejándose y moviéndose.

-Tzuyu- Después de pensarlo durante unos momentos y al ver que el estado de la taiwanesa no mejoraba. Se decidió por hacer lo que su madre hacía con ella cuando tenía pesadillas o estaba asustada.

Rápidamente se despojó de sus zapatos y con cuidado se metió junto a Tzuyu, abrazándola con cuidado contra su pecho. Los segundos continuaron pasando y para sorpresa de Sana, el cuerpo de la taiwanesa empezó a relajarse, llegando a quedarse nuevamente quieta a los minutos.

-Eso es- La ánimo mientras una sonrisa se formaba en su rostro al sentir la tranquila respiración de Tzuyu chocando contra su cuello.

Estaba tan cómoda en esa posición que incluso ella empezó a adormecerse con el paso de los minutos. Quedándose dormida momentos después de cerrar los ojos.

Nadie pudo ser testigo de este hermoso momento pero ambos cuerpos se acurrucaron el uno con el otro. Consiguiendo la tan esperada tranquilidad que querían.

(…)

-¿Ummm?- Sana parpadeó repetidas veces cuando escuchó su celular sonar. El timbre de la casa también estaba siendo tocado casi que en exceso lo cuál había logrado despertarla de su bello sueño. Con todo el cuidado del mundo volvió a levantarse al ver que Tzuyu seguía profundamente dormida a su lado -¿Si?- Preguntó mientras llevaba el celular a su oído, restregándose un ojo en el proceso.

-¿¡Dónde demonios estás!?- La japonesa tuvo que alejar un poco el celular de su oreja al escuchar el gritó de Jihyo.

-En la casa, ¿Qué te pasa?- Preguntó mientras fruncía el ceño, ¿Qué horas se suponía que eran?

-Estamos afuera con Momo, sal de una vez antes que de tumbemos la puerta- Le ordenó antes de volver a colgar el celular. Sana ladeó suavemente la cabeza y dejó su celular sobre el escritorio. Tomó la bandeja con comida y caminó con cuidado hasta salir de su habitación e ir a abrir la puerta antes de que en verdad la tumbarán.

TOXIC •SATZU•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora