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A Tzuyu le resultaba bastante irónico recordar como antes era Sana la que siempre estaba buscando un momento para poder verla, hablarle o simplemente estar a su lado… Entonces, ¿Cuándo fue que las cosas cambiaron tanto?

Ahora era Tzuyu quien siempre se escabullía en las noches en la habitación de Sana para poder estar con ella aunque solo fueran 5 minutos.

Estaba bien con solo verla estudiando o haciendo trabajos. Solo con eso sentía que tenía suficiente y que tenía una buena recompensa después de arriesgar su integridad.

De todos modos, debía admitir que se estaba sorprendida de lo dependiente que se estaba volviendo de la japonesa. Su compañía, sentía que necesitaba verla todos los días y eso por más que la hiciera sentirse más humana, la asustaba de sobremanera.

Tzuyu se conocía muy bien a sí misma y sabía las consecuencias que le traería el haber dejado que Sana rompiera todas sus defensas...

Todos sus demonios iban a acabar con Sana lentamente.

-¿En qué piensas?- La suave voz de su novia, acompañada por el ligero peso que sintió sobre su cuerpo la hizo abrir los ojos e instintivamente pasó sus brazos por la cintura de está.

-En lo bien que se siente tenerte así- Casi parecía estar buscando un refugio en el cuello de la japonesa, quién ya estando acostumbrada a estas tiernas acciones por parte de la más alta, se dejó ser, dejando que pasará perezosamente la nariz por todo su cuello y rostro.

-Te has vuelto tan cursi- Y no era una queja, por supuesto que no, estaba tremendamente agradecida con algún ser espiritual por darle la oportunidad de ser ella la única que podía ver a la imperturbable Zhou Tzuyu actuando como si fuera una niña que necesitaba amor las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

-¿Y eso te molesta?- Por otro lado estaba la inexpresiva e incomprendida Tzuyu, quién estaba bastante lejos de saber si lo que hacía estaba bien para su novia, si la molestaba, si se sentía sofocada por estar siempre encima de ella, o si quería que dejará de actuar tan melosa. 

-Me gusta- Esas dos palabras calmaron la interminable lucha en el interior de la taiwanesa -Pero me siento un poco extraña cuando recuerdo como me tratabas en un principio.

-Es tu culpa que ahora sea así.

-¿En serio es por mí que has cambiado tanto?- Sana se levantó ligeramente del cuerpo de la taiwanesa para poder mirarla a los ojos y confirmar que estaba hablando enserio.

-¿Por quién más?- Le devolvió la pregunta mientras internamente se burlaba de ella misma por ser una gobernada.

-No lo sé- Hizo una pequeña mueca antes de hablar con un tono un poco más serio -A lo mejor puede que sea por una de las tantas chicas que andan detrás de ti… Aún cuando saben perfectamente que yo soy tu novia.

-En el instituto solo habló con Shuhua y Jackson- Los nombrada solo a los dos porque esos eran los momentos en que se veía con Sana. Ya si se ponía a mencionar a todas las chicas con las que hablaba en sus fiestas improvisadas nunca terminarían y lo peor, seguramente la haría enojar.

-¿Ah sí?- Levantó una ceja -Hace unos días te vi hablando con otra chica.

-¿Si?- Confundida, ladeó la cabeza, intentando recordar a que chica se refería -Oh, te refieres a esa chica que estaba pérdida. Solo me preguntó por la oficina de la directora y luego se marchó.

-Parecían bastante cercanas- Tenía prohibido acercarse a la taiwanesa cuando estaba en el instituto, pero eso no le impedía que la “observará” de lejos y bien que tuvo la oportunidad de ver como no solo había sido una conversación como la estaba pintando su novia.

TOXIC •SATZU•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora