||FINAL||

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Si se pudiera elegir el tipo de relación que tendrás con el amor de tu vida, ¿De qué tipo sería?

Están las relaciones tranquilas, en donde todo, de alguna manera, sale bien.  

Sana siempre pensó que su relación sería así, a lo mucho, tendrían algunas peleas de vez en cuando como cualquiera; Sana quería salir constantemente con esa persona, caminar cogidas de la mano, divertirse en todo momento que compartieran juntas, quedarse mirando las puestas de sol, hacerse bromas, hablar por horas sobre lo que el futuro depararía, mirar películas hasta caer rendida entre sus brazos, tener un beso bajo la lluvia, regalarle peluches en su aniversario o simplemente disfrutar del tiempo juntas, y ya en un futuro, ir a vivir juntas, apoyarla en sus proyectos, animarla cuando algo no saliera bien, darle mimos hasta que la aburriera, pasar todo el día como una pareja enamorada que fuera la envidia de los demás y por sobre todo, amarla hasta que no existieran palabras para explicar cómo se siente. Ese fue el cuento que se creó en su mente desde que era pequeña y fue la narrativa que adhirió a Tzuyu en el momento que empezaron a salir. Ya no era más un espejismo el cómo se vería el amor de su vida, ahora podía darle un rostro a todos esos momentos que compartirían juntas. Todo lo que soñó, se imaginó cumpliéndolo cuando Tzuyu cambió por ella, cuando se mostró cariñosa. Sabía que si se lo pedía, le daría, todos y cada uno de los escenarios que se creó en la mente.

Lo intentaron, tal vez con demasiada fuerza cuando literalmente todo el mundo les gritaba que no deberían estar juntas. Ninguna estaba preparada para una relación, y menos de ese tipo. Donde las peleas eran constantes, los celos, las manipulaciones, el dolor, los engaños. Todo fue un cumulo de cosas que Sana nunca pensó que le pasarían con la persona que consideraba el amor de su vida, por eso nunca supo cómo reaccionar. Ahora admite que lo hizo muy mal, en todo momento, nunca fue la novia que se suponía debió ser para una persona como Tzuyu.

Todo empezó mal en realidad, nunca debió permitir ese tipo de comportamientos cuando empezaron a salir, cuando empezó a sentirse como una carga o que no era lo suficientemente buena, debió ponerle un alto a todos esos actos, incluso después, cuando empeoraron, ella no hizo nada para defenderse. Dejó que la siguieran tratando como si de un objeto se tratará, claro, esto tampoco la libra de la culpa. Sana también hizo cosas cuestionables.

Si tenían que ser sinceras. Su relación de ensueño se definiría como un tiempo juntas en donde ambas tuvieron el mismo nivel de culpabilidad, actuando tan mal que ahora ya no había marcha atrás. Dejaron pasar tantas cosas que ahora, llegadas a este punto, no existe una manera en que pudieran estar juntas.

Ambas tenían problemas y necesitaban sanar por separado.

Aunque Sana lo supiera, se sentía angustiada por no tener respuestas. Era consciente de que debía mantener la distancia con quien fue su novia, pero no podía evitar el sentimiento de preocupación y culpabilidad al saber que fue herida por protegerla.

Le resultaba abrumadora la situación, no podía concentrarse en nada y sus estudios estaban indeterminadamente cancelados. No quería salir de su fortaleza, el único lugar donde podía sentirse segura. Recibía visitas de sus amigas, de sus padres, de la psicóloga y por muy extraño que suene, la persona que más le producía seguridad en esos momentos era su hermana.

Aiko le tuvo paciencia, aún con todo el daño que le hizo, se aseguraba de cuidarla, le llevaba la comida a la habitación, trataba de hablarle sin presionarla y fue una de las primeras personas a las que le permitió que se quedará en su habitación para cuidarla. No hacía nada, ni le hablaba, solo se quedaba parada cerca de la puerta y la observaba durante largos minutos hasta que Sana quedaba rendida. Después de eso se aseguraba de arroparla bien y se marchaba a su habitación en completo silencio. Era su hermana después de todo, no podía dejarla sola en toda esa situación y menos cuando sus padres no tenían la intención de ayudarla. Estaban más preocupados por hablar y contarles a todos lo que paso, haciéndose pasar por víctimas para evitar cualquier comentario que hiciera a Sana parecer como la responsable, sentía ganas de golpear a las señoras que iban a casa y después de escuchar lo que pasó, soltaban frases como “Sé lo busco”.

TOXIC •SATZU•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora