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Paciencia es una virtud con la que algunas personas cuentan. Sin embargo, también tienen un límite. Y si Tzuyu estuvo a punto de cruzar esa línea desde un principio, Sana estaba a punto de cruzarla ahora. Todo por culpa de Mark, el chico que podía considerar su único amigo hombre. La estaba sacando lentamente de sus casillas.

Sana creyó ingenuamente que después de aclarar las cosas, todo volvería a la normalidad. Que equivocada estaba, Mark continúo presionando para que siguieran en contacto todos los días, insistía en acompañarla al instituto, a su curso, frecuentemente iba a comer a casa y la llamaba todas las noches.

Tal vez no fue lo suficientemente directa con sus padres pues no cambiaron en nada sus intenciones. Ambos seguían insistiendo en que estuvieran juntos la mayor parte del tiempo. Sana creía que era para mantenerla alejada de Tzuyu, no encontraba otra razón para que fueran tan insistentes.

Y es que les estaba funcionando su jugada. Tzuyu empezaba a cansarse de la situación que la rodeaba en los últimos días, de no poder salir tranquilas y sin interrupciones, dé que incluso después de haberles gritado que solo amaba a Tzuyu, no las dejarán en paz y que disfrutarán de su amor.

Al contrario, la presión sobre Sana se incrementó. No la dejaban sola, cuando no era Mark, sus padres buscaban cualquier excusa para encerrarla en la casa. Incluso se aseguraron de cerrar su ventana y estar custodiando su habitación cada hora para verificar que Tzuyu no estuviera allí con ella.

Empezaba a molestarse con todos, en especial con Mark, el chico claramente se estaba pasando de la raya.

-Me encantaría llevarte hoy conmigo y decirle a todos que eres mi novia- Sana sonrió enternecida por el comentario de Tzuyu. Sabía que su novia estaba tensa por aquella fiesta y no estaba segura de la razón, pero no quería presionar el tema. Pese a que ya había aprendido la lección después de la pelea que tuvieron, aún prefería no molestarla con preguntas que terminarían por asfixiarla.

-Puedes decirles- Murmuró sobre los abultados labios de Tzuyu antes de dejar un corto beso en ellos -Tal vez no pueda acompañarte, pero estaré pendiente por si me necesitas- Colocó su mano derecha en la nuca de Tzuyu y la atrajó a ella, dándole un beso más largo.

Poco les importaba estar en la salida del instituto y que todos las vieran. Al contrario, se sentía bien hacerles saber que estaban juntas, así que ninguna se molestaba por aparentar lo contrario. Además, se asegurarían de alejar completamente a las personas que aún seguían coqueteándoles pese a saber que estaban en una relación seria.   

Sana sonrió en medio del beso cuando sintió su labio inferior ser atrapado entre los labios de Tzuyu, mordiéndolo y estirándolo suavemente antes de volver a besarla.

Amaba que su novia fuera tan sexy incluso con un simple beso.

La llevaba al cielo con sus experimentadas acciones.

-A este paso, me quedaré sin mi labio- Se quejó, arrugando un poco la nariz cuando sintió un beso en su mejilla -¿Tienes una obsesión con él?- Preguntó burlona, bajando inconsciente su mirada hasta los labios de Tzuyu, que formaron una sonrisa ladina después de unos segundos.

-Así como tú con los míos- Tzuyu quiso volver a besarla y perderse de nuevo en la sensación de sus besos, pero el rugir de una moto la hizo detenerse a medio camino -No me puedes estar hablando enserio- Conocía ese sonido después de tantas veces que la interrumpió cuando estaba con Sana.

Sabía quien estaba allí.

Exasperada se alejó de Sana y miró en la dirección que el chico se acercaba con un casco en la mano.  

-Hola a las dos- Mark parecía estar de buen humor. Todo lo contrario a las dos chicas que lo miraban desde sus lugares.

-¿A ti qué demonios te pasa eh?- Tzuyu en esta ocasión, no hizo ni el intento por disimular que no le estaba molestando la presencia del chico allí. Su cuerpo por inercia se tenso, sus puños se cerraron con fuerza y sus ojos chispearon con aquella emoción que indicaba peligro -Te la pasas cortándome el rollo.

TOXIC •SATZU•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora