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Sana se sentía como en el cielo cuando veía el mar a su alrededor. En un principio pensó que le daría bastante miedo viajar en un yate y más cuando una de sus amigas más locas estaba aprendiendo a conducir con una profesora a la cual sinceramente no le tenía mucha confianza.

Pero para su sorpresa y la de todas, el viaje hasta el momento transcurrió de manera bastante tranquila. Y es que Elkie, a pesar de parecer una niña inmadura la mayor parte del tiempo, parecía ser bastante buena enseñando, o también podría deberse a que Jeongyeon fuera buena estudiante, no lo sabía.

-¿En qué piensas?- Los delgados y delicados brazos de Tzuyu pasaron por su cintura, abrazándola por la espalda con cariño, Sana sonrió suavemente cuando sintió el mentón de Tzuyu posarse sobre su hombro. Haciendo la acción mucho más adorable.

-En lo bien que me hará relajarme un poco- Giró un poco su rostro para dejar un beso en la mejilla de la taiwanesa.

-Entonces, ¿Te gusta mi regalo?

-Ni siquiera deberías preguntarlo. Me encanta- Se acurrucó sobre los brazos de Tzuyu, casi ronroneando ante el cálido tacto.

-Eso es lo importante- Tzuyu dio una mirada rápida a su alrededor, especialmente centrándose en las amigas de Sana -Tus amigas también parecen divertirse.

Sana río suavemente a la par que asentía.

-Creo que todas necesitábamos un descanso de todo- Miró de reojo a las demás. Todas estaban en su mundo, ya fuera junto a su pareja, o simplemente perdidas en sus cosas, como Nayeon, que no dejaba de tomarse fotos para seguramente presumir que estaba en un yate privado en sus redes sociales. Otras como Dahyun y Momo estaban recostadas sobre algunas camas en la cubierta, recibiendo algo de sol en completo silencio, y por último el Minachaeng, que estaba observando como si fueran dos niñas pequeñas el mar, seguramente a la espera de algún animal salvaje que pasará cerca y pudiera fotografiar.

-Ya no parecen odiarme tanto- Bromeó Tzuyu.

-No le hagas caso a lo que dicen. A veces se les sueltan algunos tornillos- Sonrió en grande cuando sintió un beso en la coronilla.

-¿Con que excusa te has escapado de tu casa?- Preguntó con genuina curiosidad.

-Les dije que pasaría el fin de semana en la casa de Jihyo.

-¿Confían mucho en ella?

-Es como una madre para nosotras- Río cuando vio por el rabillo de su ojo como Jihyo regañaba a Chaeyoung por no haberse puesto protector solar -¿Ya ves?

-Lo veo- Tzuyu miró detenidamente la interacción por unos segundos -Me hubiera gustado tener una madre así- Murmuro por lo bajó.

-¿Qué has dicho?

-Nada- Negó a la par que hacía a Sana dar la vuelta, mirándola con una suave sonrisa -Tengo varias actividades planeadas para todas cuando lleguemos. Seguro se divertirán.

-Sabes que odio el agua, ¿Verdad?

-No podría olvidarlo después de que tuve que lanzarme a una piscina llena de algas para poder ayudarte.

-¿Entonces qué planeaste para mí?

-Tenemos de todo- Se encogió de hombros -Puedes hacer lo que desees.

-¿Vas a estar conmigo?- Sana pasó juguetonamente sus brazos por detrás del cuello de Tzuyu para acercarla un poco más a su cuerpo.

-Es un fecha especial- Arrugó la nariz al sentir un pequeño pellizco en su piel -No me voy a separar de ti, a menos que me lo pidas.

TOXIC •SATZU•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora