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Sana sabía perfectamente que no existía otra cosa que pudiera hacerla más feliz. Sentía la respiración irregular de Tzuyu chocando contra su rostro. La sensación es electrizante, los suaves labios combinados con un ligero sabor amargo por el alcohol hacían un contraste exquisito. Siente como los pelos se le ponen de punta por el beso tan tierno, se notaba que ninguna de las dos quería que terminara, pero...

Lastimosamente no podía durar para siempre y sintió que ya lo extrañaba cuando la más alta decidió ponerle fin, alejándose de ella, no sin antes dejar un más que tierno beso en la comisura de sus labios.

Si Sana pensó que su corazón no podía más, fue porque no se esperaba lo que vería cuando abrió los ojos y se encontró de llenó con la mirada de Tzuyu. Por unos escasos segundos, esa mirada dejó de ser dura e insensible y se convirtió en una tierna y cariñosa. Fue realmente muy corto el tiempo en que pudo presenciar tan maravilloso acto, ya que a los milisegundos nuevamente fue remplazada por su mirada habitual.

Pero eso no iba a ser suficiente para que el sentimiento de felicidad que floreció en su pecho desapareciera, claro que no, esa mirada que tanto había esperado estaba ahí y ella fue la afortunada de poder verla. Le estaba demostrando, de alguna manera, que podía tener esperanzas. Tzuyu podía quererla, aunque fuera un poco.

Una enorme sonrisa apareció en su rostro, se acercó de golpe al cuerpo de la taiwanesa para abrazarla. Sin embargo, a medio camino, terminó siendo ella quien sentía el cuerpo de Tzuyu chocandola.

Fue de una manera tan brusca que la hizo perder el equilibrio y terminó cayendo de espaldas al suelo. Provocando que varias personas que se encontraban bailando detuvieran su acción y se girarán a mirarla.

-¿Tzuyu?- Levantó la cabeza después de quejarse por el golpe, encontrándose únicamente con la espalda de está.

-¿¡Qué demonios te pasa!?- Tzuyu le devolvió el empujón a la chica frente a ella.

-¡Joder! ¡Que estamos bailando!- Le devolvió el gritó -Ir a comeros la boca a otro lado- Volvió a empujarla con fuerza.

-¿Qué has dicho?- Estuvo a punto de acercarse a la chica de flequillo, pero fue detenida por otra chica quién la interceptó. Obstaculizándole el paso.

-Sana, ¿Estás bien?- La nombrada dió un pequeño brincó cuando escuchó la voz de Mark.

-¿Qué haces aquí?

-También me invitaron- Se encogió de hombros antes de mirar en la dirección que estaban las dos chicas aún insultándose -Deberíamos salir de aquí, en cualquier momento se pondrán a pelear.

-No puedo- Obviamente se iba a negar a la idea de marcharse y dejar a su novia en ese lugar.

-Para de una vez- La pelea rápidamente cambio a ser entre las dos desconocidas.

-Vámonos- Intentó tomar la mano de la más baja para que, como le había dicho, se fueran, pero está se negó, dándole una mirada de muerte antes de girarse y encarar a Tzuyu.

-Lo siento. Ella ya está un poco ebria- Se disculpó, consiguiendo que ahora la molesta mirada de está se posara sobre ella.

Tzuyu soltó un pequeño suspiro antes de girarse hasta donde estaba Sana.

-Está bien. Lo dejaré pasar por esta vez- La desconocida sonrió agradecida por la respuesta a la par que se daba la vuelta y se llevaba a rastras a la otra chica -¿¡Qué miran!?- Su fuerte y molestó tono de voz hizo que rápidamente las personas que la miraban regresarán a lo suyo.

-Tzuyu- Sana no tardó mucho en acercarse y revisarla con la mirada -¿Estás bien?

-Sí- La taiwanesa hizo una pequeña mueca mientras movía su cabeza de un lado para el otro, pensando en lo que debía decir en ese momento -Tú...- Se aclaró la garganta cuando sintió su voz quebrarse ligeramente. Miró a su alrededor y se sintió un poco inquieta, por lo que decidió tomar la muñeca de Sana con cuidado y empezar a guiarla fuera de la casa.

TOXIC •SATZU•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora