Capitulo 2

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El fin de semana paso en un pestañeo de ojos y en menos de un minuto ya me encontraba sola con Verónica en la cocina desayunando para ir a la escuela. Mis padres tomaron su vuelo en la madrugada dejándome a cargo de despertar a Verónica y darle un buen desayuno el cual siempre es sano, es lo único bueno y sano que logro cocinar.

- Apúrate o llegaremos tarde. - Me regaña Verónica al ver como estoy masticando lento. - Toni hablo en serio.

- Bien gruñona, nada malo te pasara. - Digo riendo.

Tomo la tostada que estaba comiendo en mi mano mientras camino hasta mi cuarto para tomar mi mochila y las llaves del auto, claro sin olvidar mi teléfono y mis audífonos que por nada del mundo puedo olvidar, me ayudan a ignorar a la gente. Bajo las escaleras con mis cosas y Verónica esta lista, mirándose en el espejo de la puerta de la casa acomodando su cabello.

- Ya vamos. - Dijo abriendo la puerta y ella continua mi paso. Apretó las llaves del auto para saber donde esta hasta que por fin suena en el garaje, al abrirlo me enamoro de mi nuevo auto.

 Apretó las llaves del auto para saber donde esta hasta que por fin suena en el garaje, al abrirlo me enamoro de mi nuevo auto

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- Espero que para mi cumpleaños papa me regale un buen auto así como el tuyo. - Comenta Verónica.

- Si claro, sube y no comas nada, lo quiero limpio. - Le apunto con el dedo mientras me subo al lado del conductor y ella copiloto. - Aun no puedo creer que reprobaste tu licencia de conducir, es demasiado fácil. - Digo prendiendo mi auto el cual no hace ruido de motor, perfecto.

- Entonces déjame conducir este. - Dice sonriendo a lo que doy una fuerte carcajada.

- Lo hare, el día que muera. - Respondí.

- Sabes que no me gusta que hagas bromas con eso. - Dijo ella.

- Que lo haya intentado no quiere decir que luego no pueda bromear con eso. - Conteste tranquila doblando en una esquina. 

- No, pero se que aun lo intentas. - Respondió Verónica cruzada de brazos. 

- No hablemos de esto. - Hable rápido y en un parpadeo ya estaba en la puerta de la escuela.

- ¿Estarás bien? - Me pregunto Verónica luego de estacionar mientras ambas nos quitábamos el cinturón de seguridad.

- Es la secundaria, hay atletas, los fumadores de hierba, nerds y similares. Vamos a sobrevivir. - Respondí bajando del auto.

El día de hoy venia con un pantalón negro algo roto, unas vans negras, un top blanco, una campera negra y unos lentes negros también. Comencé a caminar junto a Verónica y sentía todas las miradas en nosotras, claramente a Verónica era a quien le sonreían porque mi cara seria no iba a cambiar en ningún momento.

- ¡Chicas esperen! - Me doy vuelta para ver a una rubia corriendo pero en su trance se le caen las cosas, rápido se pone de rodillas tomando sus libros y papeles sueltos y Verónica va a ayudarla.

Famosa TopazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora