Capitulo 3

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JAZZMINE

Me puse a pensar... estaba en la piscina de el hotel,no había más gente,estaba solo yo. Ya era un poco tarde. Dudaba de si entrar o no a el agua. Una metáfora enrealidad,entrar a el agua era entregar todo por mis amigos y por la banda,y quedarme ahí parada sin saber que hacer es como estoy básicamente ahora.

Mi vida no puede girar entorno a cinco chicos. ¿Realmente quiero estar en la banda o solo me encariñe? ¿Por qué estábamos todos así?,se suponía que este viaje sería lo mejor de el mundo.

Deje esos pensamientos de lado. Estaba en la orilla mojando mis pies,a unos metros,en una reposera deje mi camiseta. Estaba solo con unos shorts y el traje de baño. Comenzaba a hacer frío. Por las ventanas veía adentro,la gente estaba llendo a cenar,y decidí que era hora de hacer lo mismo.

Me levante apoyando mis dos manos en el borde de la piscina para impulsarme. No logré dar ni dos pasos,una figura,un chico que apenas pude ver se atravesó en mi camino.

El chico llegó corriendo,para cuando se dio cuenta de mi presencia era tarde. Intente empujarlo por impulso pero los dos caímos a la pileta. El frío de golpe me dejó sin aliento.

—¿¡Que crees que haces!?—grite escupiendo agua.

El se acomodó un poco el cabello,negro que con la humedad de el agua se tornaba más oscuro. El me observo y comenzó a reír. Estábamos en una parte baja de la piscina,me acerque a el hasta tenerlo de frente. Estaba furiosa.

—¿Que fue eso?—pregunte ahora más tranquila,pero con mi rostro rojo de enojo.

—No te vi—su voz era dulce y transmití serenidad. Eso me estresa más,su despreocupación.

—¡Venias corriendo hacia mi!

Me di cuenta que estaba en una piscina de noche y llena de agua fría. El cabello se me pegaba a el rostro. Salí de la pileta temblando. El aún seguía ahí,se acomodo un poco,se hundio más en el agua y echo su cabeza hacia atrás.

—Hacia la piscina,no hacia ti,tu estabas en el medio—dijo después de unos segundos.

—Si pero...—busque una repsuesta lógica en mi mente—¿¡pero no ves acaso!?

Salió de la piscina mientras yo me ponía mi camiseta,a todo esto mi camiseta y mis shorts ya estaban mojados,me sentía pegota y era una sensación poco agradable.

—Exajeras,es solo agua—me miraba divertido.

—Tengo que ir a cenar en menos de diez minutos.

—¿Acaso tienes horarios? El comedor es veinticuatro horas y...—bromeo con una sonrisa.

—Lo hacemos juntos—lo interrumpi.

Las comidas eran como descansos,aunque aveces repasabamos nuestra agenda,el simple hecho de estar sentado sin presión para nada era muy relajante.

—¿Quienes?—pregunto curioso.

El no se había molestado tanto,aún estaba empapado. Las gotas de agua caían por su cuerpo como mantequilla en una sartén caliente y el ni se inmutaba. Yo estaba congelada.

—¡Ya!—bufé irritada.

—Bien...—hizo una pequeña pausa—Yo...¿Te acompaño adentro?

—Acabas de tirarme a una piscina con este frío,a esta hora y ¿ahora eres amable?—me cruze de brazos.

El se me quedo mirando asombrado y me señaló con un dedo—Esa es una anécdota increíble, la puedo titular "la chica que lanze a una piscina"—hizo un gesto con las manos como de un cartel mientras pronunciaba esto último.

El Guitarrista. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora