dieciocho

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[unos días después]

Narra Gala.

Aún sigo un poco en shock por la situación. Quién me iba a decir a mi que acabaría saliendo con mi mejor amigo y con la persona que lleva gustándome desde hace varios años, pero nunca me había atrevido a dar el paso.

Estos días en los que llevamos juntos, pues como cualquier pareja pasamos horas y horas juntos. Si no estamos en su casa, estamos en la mía, salimos a dar un pequeño paseo con Rome pero aún no hemos hecho oficial nada en redes ni nada de eso, aunque yo creo que la gente se está dando cuenta.

El entrenamiento de hoy se divide en dos partes: la primera, que ya ha acabado y por eso estoy ya en casa porque en la segunda parte que va a ser dentro del gimnasio pues no voy a estar. Las chicas han decidido quedar para ir a hacer unas compras y comer algo.

Almuerzo aún con el polo blanco del Real Madrid, los tejanos grises y las zapatillas deportivas. Al acabar, me decido por darme una ducha y cambiarme de ropa para ir vestida más casualmente y más presentable.

Después de unos cuarenta y cinco minutos más o menos, en los que me ha dado tiempo a ducharme, a vestirme y a arreglar el bolso me monto en el coche y voy a recoger a Sara.

- holi Sarita - digo bajando la ventanilla, ella suelta una risa y entra en el coche.

- buenas guapi - dice dándome dos besos.

- ¿Cómo llevas los rodajes? - le pregunto por una nueva película que está interpretando.

- muy bien, pero cuando hay que repetirlos es muy pesado y encima con los niños. - dice soltando un suspiro.

- seguro que todo está saliendo muy bien.

- al menos esperemos que tenga apoyo.

- seguro que si, y si no tiene, si tengo que ir doscientas veces a verla iré. - digo y las dos soltamos varias carcajadas sonoras.

Llegamos al centro comercial y allí nos encontramos con Maca, María y Paddy.

- ¿aún no ha llegado Daphne? - pregunto.

- no, ya sabéis como es. - contesta María.

Esperamos a Daphne mientras hablamos de los entrenamientos de Paddy.

- ahí llega. - indica Sara y todas volteamos a verla.

- uf lo siento chicas. - dice soltando un suspiro.

- no pasa nada. - dice Maca.

Empezamos a recorrer el centro comercial de punta a punta, entrando a tiendas de ropa, de maquillaje ... Hasta que paramos para comer algo en un McDonald's.

- Gala, ¿Cómo va todo con Marco? - pregunta Maca y las miradas recaen en mí.

- muy bien.

- ¿ha habido ya temita? - pregunta Paddy.

- mm no.

- pues perdona que te diga pero tenéis una tensión sexual que se ve a kilómetros. - Contesta María y todas mueven su cabeza en señal de que si.

- eso sí, siempre con precaución. - dice Daphne y todas reímos.

Después de que me pregunten por mi vida sexual con Marco, que claramente que me da vergüenza hablar de este tema, terminamos de comer nuestras respectivas hamburguesas y bebidas.

Nada más terminar de comer seguimos dando las últimas vueltas y compramos un par de cosas. Antes de irnos, María me entrega una bolsa.

- ábrela. - me dice con una sonrisa.

- miedo me da.

Abro la bolsa y me encuentro con un conjunto de ropa interior precioso.

- oficialmente es para que te lo pongas en una noche loca con Marco.

- María te pasas. - digo notando mis mejillas arder.

- me lo agradecerás. - dice con una sonrisa.

Después de despedirnos me monto en el coche junto a Sara y la llevo a su casa.

Llego a casa y me encuentro allí a Marco, cosa que ya no me extraña nada. Suelto las bolsas a un lado y me acerco a por un vaso de agua mientras veo a Marco intentado ver lo que hay en las bolsas.

- Marco no olfates las bolsas. - le digo.

- quiero ver lo que has comprado.

- ¿enserio? - pregunto.

- ajam.

Conque esas tenemos, si quiere jugar con fuego vamos a jugar.

- vale pues ahora vengo.

Subo con las bolsas a mi habitación y me quito la ropa para ponerme el conjunto de encaje rojo que me ha regalado María, esta mujer no sé si hace brujería o algo por el estilo.

Me miro al espejo de mi habitación y me veo jodidamente bien, me gusta como me queda, me siento como empoderada. Le echo el último vistazo y bajo a bajo. Me encuentro a Marco de espaldas a mi pero en cuento siente mis pasos se da la vuelta y su boca se abre.

- dios. - susurra sin quitar la vista de mi.

- limpiate la baba, amor. - indico y él traga saliva.

- te ves como una diosa. - dice antes de atacar mis labios.

Me sube a la encimera de la cocina mientras no dejamos de besarnos. Es la primera vez que nos besamos así demostrando deseo.

- Marco aquí no vamos a hacer nada. - digo y es suficiente para que me agarre de los muslos y quedemos cintura con cintura. Como podemos vamos hasta mi habitación y allí me suelta con tremendo cuidado en la cama.

- Me estas poniendo muchísimo. - dice haciendo que a mi me salga una sonrisilla.

- no eres el único eh. - digo y los dos reímos para después volver a besarnos deseosamente.

Sin dejar de besarnos, Marco repasa con su lengua mis labios, muerde mi labio inferior una y otra vez. El calor empieza a aumentar y la ropa empieza a sobrar hasta quedar totalmente como dios nos trajo al mundo. Marco empieza a dejar besos húmedos en el cuello, llega a mi pecho y allí se toma su tiempo, los lame, los besas y los muerde, va dejando besos por mi abdomen y piernas hasta llegar a mi zona íntima. Sin previo aviso, mete varios dedos que me hacen gemir, y luego mete su lengua. Luego de estar unos minutos así, se coloca un condon y entra en mi de una estancada, cuando lo siento completamente dentro de mi echo la cabeza para atrás y empezamos a movernos al compás de nuestros cuerpos. Dejo pequeñas mordidas y besos por su cuello al igual que en el mío, sale y entra en mi cada vez más rápido. En mi habitación lo único que se escucha son nuestras respiraciones aceleradas, gemidos y jadeos por parte de ambos.

- por dios Marco. - digo y el sabe que es lo suficiente para saber que el orgasmo está llegando a mi.

- voy a llegar. - susurra.

Después de unas estancadas más los dos llegamos al orgasmo a la misma vez. Marco sale de mi y nos dejamos caer rendidos en la cama intentado controlar nuestras agitadas respiraciones mientras no dejamos de sonreír.

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