veintinueve

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Narra Gala.

La despedida de soltera fue brutal. Me lo pasé increíblemente bien, por las noches fuimos a una discoteca que se encontraba justo en el centro donde ponían música actual, además no había muchas aglomeraciones y fue muy bien la verdad. Los dos días que estuvimos allí me lo pasé a lo grande, tanto es así que al llegar a casa llegue afónica, tuve que tomar algunas pastillas y medicamentos para mejorarme pero lo volvería a repetir una y otra vez y más con mi gran compañía.

Llevo toda la noche sin pegar ojo. No he podido dormir más de una hora y media seguida y mira que lo he intentado pero ha quedado en fracaso, y ha quedado en eso, en un intento.

Son las siete de la mañana cuando el despertador suena, mira que hay veces que siempre me entran ganas de darle una patada y mandarlo a la mierda porque me despierta de mi sueño, pero esta vez no ha sido así, así que apago la alarma para que no vuelva a sonar y me pongo de pie.

Me miro al espejo que se encuentra enfrente de mi y doy gracias a que las maquilladoras me van a maquillar y así no se van a notar las ojeras que tengo. Suena la puerta del hotel en el que estoy y voy a abrir para luego encontrarme con mi madre.

- ¿cómo van esos nervios? - me pregunta.

- estoy que me va a dar algo en cualquier momento - respondo.

- bueno es normal, pero ahora te voy a pedir el favor de que desayunes algo. - dice y saca de su bolso un bote de colacao y una manzana. - Aquí tienes cometelo.

Entre que yo por la mañana estoy con el estómago vacío y no me suele entrar nada porque sino me entra fatiga y ganas de vomitar,   y entre que tengo unos nervios del quince, estoy perfectamente para comer si. Pero sé que si no me lo como mi madre no me va a dejar tranquila y hasta que no me lo coma no va a parar. Así que sin rechistar me tomo el colacao y me como la manzana.

Me doy una ducha algo relajada dentro de lo que cabe porque puedo jurar que estoy temblando y tengo que agarrarme varias veces a las paredes para que no me caiga. Cuando salgo me pongo la ropa interior y el albornoz que mi madre ha dejado preparado.

Salgo del baño después de peinar mi cabello un poco y al salir ya veo a las maquilladoras y a la peluquera. Me siento en una silla y a pasar por chapa y pintura.

Me miro al espejo cuando han acabado de peinarme y maquillarme, y me veo muy bonita. El pelo me lo han semirecogido en una especie de cola.

La puerta se abre y aparecen mis damas de honor, que no pueden serotras que mis chicas: Sara, Paddy, María, Maca y Daphne.

- ¿dónde está la novia más bonita del universooo? - cuestiona Paddy y yo suerto una carcajada.

Todas se acercan para fundirnos en un gran abrazo.

- es hora de ir poniéndonos el vestido, Gala - dice mi madre.

El vestido es de un blanco puro con escote cuadrado, hombreras pronunciadas y manga larga, fiel al estilo de novia tradicional. Un precioso y sencillo diseño de inspiración renacentista en el que destaca un aplique de seda blanco natural que cae desde el hombro derecho hasta el suelo. Un velo en el pelo sujeto a los hombros y a mi peinado, en el que destaca un tocado de encaje colocado a la altura de la coronilla, sandalias altas de plataforma de color tierra y unos simples pendientes brillantes, como broche de oro, un ramo silvestre en tonos verdes, rojos empolvados y granate.

- ay por dios - susurra Sara cuando ya estoy lista.

Miro a mis damas de honor y a mi madre y en sus caras veo pura emoción además de lágrimas.

- no me hagáis llorar todavía por dios - murmuro.

- es que hay estas tan preciosa pequeña - dice Maca.

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