Dulce Ronroneó

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-Emilio ¿qué es todo esto? –

Joaquín miró los múltiples folletos regados por toda la mesa, eran tantos que se amontonaban en pequeñas montañas en la redonda superficie. Tomó uno curioso por saber qué es lo que tenía en su interior, pero Emilio lo detuvo antes de poder abrirlo.

-Antes de que los veas siéntate para que pueda explicarte- Joaquín tomó asiento en la silla que el alfa había arrimado a su lado, notaba un burbujeo cosquilleándole el estómago como si fuera una sensación propia de él, sin embargo, sabía que era la emoción de su pareja que se reflejaba en su cuerpo.

- ¿Y bien? -

-Esto es algo que aún no pensaba decirte, pero, por lo que me comentaste de las palomas hace unos días, ya no pude prolongarlo más- Emilio tomó un folleto al azar y se lo dio- Hace unos meses Soohyun me pidió ayuda para regalarle algo a su esposo Camilo, pero no tenía idea de que, así que, después de pensarlo entre los dos, decidimos que una mascota sería buena idea, a él le encantan los animales-

- ¿Y quieres que les ayude a escoger uno? - Preguntó confundido mientras veía las fotografías de diversos perros de al parecer un albergue- No sé exactamente los gustos de Camilo-

-No amor, el cumpleaños de Camilo fue hace ya dos semanas- Joaquín lo miró sin entender nada, por lo que prosiguió con su explicación- Soohyun no quería comprar un perro, quería adoptarlo, así que la acompañe a un albergue de animales. A los dos nos dolió ver la situación en la que estaban, por un momento casi cometo la locura de adoptar a todos, pero nos desquiciaríamos cuidando a tantos perros y gatos, así que después de planearlo bien decidí donar mensualmente a diversos albergues dinero y alimento para poder mantener dignamente a los animalitos que viven en ellos-

- ¡¿En serio?!- Joaquín abrió los ojos desmesuradamente sin poder creer la noticia que Emilio le daba- ¿A esto te referías con "podemos contribuir en otras cosas"? – Preguntó repitiendo las mismas palabras del tigre.

-Sí, pero necesito tu ayuda, quiero que elijas a los albergues más necesitados para que yo haga las donaciones, por eso te traje todos estos folletos, pero si quieres, puedes investigar más en Internet y agregarlos a la lista-

- Son muchos folletos, ¿Cuántos albergues piensas mantener? – Joaquín tomó varios en sus manos, impresionado por la cantidad de albergues que Emilio había encontrado.

-Cuantos quieras-

-Emilio no creo ser bueno para esto, te dejaré en banca rota si me dejas elegir los que quiera- Dijo preocupado por no creer elegir sólo unos cuantos, al final su débil corazón cedería a la idea de ayudar a todos.

-Amor, tenemos dinero de sobra hasta para hacerle un castillo a cada animal que tú quieras- Emilio le quitó los folletos que tenía agarrados y llevó su mano hacia sus labios para poder besar el dorso de esta.

Joaquín no pudo contener las lágrimas de la emoción, había deseado tanto poder ayudar a los animales abandonados y ahora gracias a Emilio podría hacer hasta más de lo que se imaginó.

Se levantó de su silla rápidamente para poder sentarse en el regazo de su pareja. Emilio lo recibió con los brazos abiertos ayudándolo a acomodarse sobre él. El alfa cerró los ojos y se dejó llevar por la emoción del momento cuando sintió el abrazo lleno de amor y gratitud que su omega le proporcionó.

Joaquín empezó a hipar cuando el llanto aumentó, trataba de calmase, pero cuando volvía a imaginar las mejoras que tendrían los albergues con las donaciones no podía evitar derramar lágrimas, por fin podría hacer algo más que lamentarse por la situación de los animales.

-Te amo tanto- Dijo entre hipidos incapaz de formular una oración más elaborada. Emilio dejó húmedos besos en la mejilla de su pareja, su tigre repentinamente empezó a ronronear feliz de poder complacerlo. Joaquín sintió las vibraciones tranquilizarlo, se acurrucó mejor sobre el pecho del alfa y correspondió el llamado ronroneando igualmente, sintiéndose pleno y completo en compañía de su pareja.

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