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-Mira Hyung, Dy me pidió darte esto de su parte- Ethan sacó un recipiente de metal de su mochila y se lo entregó- Dijiste que te gustaba mucho la leche en polvo, así que cuando fuimos al supermercado lo vio y se acordó de ti- Joaquín sintió sus mejillas arder al ver que Ethan le había regalado una lata de leche para bebés de seis meses en adelante, inclusive tenía un gatito que se mostraba en la superficie como parte del logo de la marca. A pesar de eso, él apreciaba el detalle de sus amigos, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que ellos hayan pensado que tenía un gusto por la fórmula para niños lactantes.

Deseó haber llevado una mochila al igual que el alfa para no tener que cargar con la lata mientras caminaban. Sin embargo, la salida había sido de improvisto. La madre de Dylan había ido a visitarlo, por lo que Ethan aprovechó tener tiempo libre para ir al parque y despejarse un rato. Durante los últimos meses había dedicado su tiempo fuera del trabajo para cuidar de su pareja, contrario a lo que creían, los malestares no desaparecieron, para el quinto mes Dylan recayó y los vómitos empeoraron, además, nuevos problemas se agregaron a la lista, como los dolores que atacaban su espalda baja diariamente.

Ethan hacía todo lo posible por facilitarle las cosas a Dylan, tener un embarazo no era fácil, así que siempre procuraba mantener feliz y cómodo a su omega.

-Et, te agradezco el regalo, pero la leche en polvo que tomo es diferente-

-Pero si es para gatos híbridos, mira- Ethan tomó la lata y señaló donde se encontraba el pequeño animalito.

-Si, pero esto es para híbridos bebés- Recalcó- Yo tomó leche en polvo para gatos adultos-

- ¡Oh! - Dijo apenado- Lo siento, creo que Dy se dejó llevar por el estampado de la lata, es engañoso.

-No te preocupes, aun así, me gusta el detalle- Sonrió ampliamente a su amigo quien le correspondió inmediatamente el gesto.

-Además- Agregó- Tal vez en un futuro próximo necesite esta fórmula para bebés-

- ¿Qué quieres decir? -

Ethan lo miró curioso, sin embargo, por el olor a roble que le picaba la nariz en señal de emoción, Joaquín podía decir que él ya había deducido que es a lo que se refería.

-Emilio y yo decidimos tener un bebé-

- ¡Por fin! - Exclamó a lo alto asustando a unos niños que jugaban cerca- Mi niña va a tener a alguien con quien jugar-

- ¿Niña? -

- ¡Ups! - Se rascó la nuca apenado- Creo que acabo de revelar la sorpresa, por favor, si Dy te comenta algo, hazte al sorprendido-

-Eres pésimo guardando secretos, por suerte para Dylan, él se enteraría al instante si cometieras una estupidez-

-En mi defensa, no me gusta guardarle secretos a mi pareja-

Era cierto, a Ethan le gustaba contarle cada detalle de su día a Dylan, la actividad favorita del alfa era poder recostarse sobre el regazo de su pareja y sentirlo acariciar sus cabellos mientras le platicaba de su día. Dylan solía ser un poco más reservado, pero era algo que no le disgustaba en lo absoluto, respetaba su privacidad completamente.

- ¿Ya tienen pensado en algún nombre? – Preguntó mientras se sentaba en una banca bajo un árbol de cerezo, cuyas ramas se veían desnudas por el invierno.

-Aún no hemos pensado en uno, Dylan esperará al baby shower para tomar ideas- Joaquín jugó con las hojas que reposaban en la banca mientras pensaba en el futuro. En su estómago se alojaron el agradable calor de la emoción acompañado de un revoloteo cuando imaginó un escenario en donde Emilio y él discutían por el futuro nombre de su cachorro. Suspiró nostálgico al observar a los niños jugar en el pasto, deseaba tanto poder hacer una familia que temía con la misma intensidad encontrarse con diferentes trabas en el camino.

Suspiró melancólico, esperaba que en su futura cita con la ginecóloga sólo surjan noticias positivas, no sabía lo que haría si le llegara a decir que no podría embarazarse

Dulce Ronroneó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora