✨Cuarenta y dos✨

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- ¿Has pensado sobre la boda? – 

Emilio le preguntó mientras se acomodaba en el sillón. Joaquín hizo una mueca al recordarlo, realmente no se había puesto a investigar nada referente a ello. La realidad es que le parecía innecesario, él tenía la marca de su alfa que demostraba su unión y para él era más que suficiente. Las bodas eran tan sólo un capricho que había impuesto la sociedad para marcar a un omega como impuro o no. Era mal visto que un omega sea marcado sin antes tener la aprobación de las dos familias, además, se debía organizar una ceremonia donde los líderes de ambas manadas aprobaran la unión de las dos personas. 

Afortunadamente poco a poco se iban perdiendo aquellas costumbres, inclusive, en muchas ocasiones la presencia de los líderes era sólo simbólica, demostrando que quienes tenían la autoridad de elegir eran los prometidos. Lamentablemente los padres de Joaquín fueron crecidos bajo la ideología de que un omega no podía tomar sus propias decisiones. Aún podía recordar la vez que sus padres casi se desmayan cuando vieron la marca fresca en su cuello. 

-No, no he pensado sobre eso- Respondió mientras acariciaba el dorso de la mano que reposaba en su muslo- ¿Y tú? -

-Pensé en el registro ante las autoridades para que no exista algún problema al momento de realizar los papeleos de nuestro hijo, pero no en todo lo demás- Emilio tomó la mano que lo acariciaba y la entrelazó con la suya- ¿Tú realmente quieres esto? - 

-Me emociona la idea de unir nuestros apellidos, pero no lo que implica, es como darle el gusto a los demás y eso me disgusta- Respondió- No he podido olvidar cuando mi padre casi me echa de la casa por nuestra unión- 

Joaquín frunció la boca. Pese a que todo había quedado en el pasado, nunca pudo desaparecer la desagradable sensación de ser rechazado por sus progenitores, sobre todo porque Joaquín siempre había sido el niño amado de sus padres. 

-Cariño no pienses en ellos- Emilio besó sus nudillos- Piensa en lo que tú quieres y en lo que te haga feliz- 

Joaquín se acurrucó en el costado del alfa y buscó comodidad en él. Si era sincero consigo mismo, no le emocionaba la idea de estar rodeado de mucha gente en una ceremonia que se suponía debía ser especial para su alfa y él. Deseaba hacerlo lo más íntimo posible, quería sentirse completamente tranquilo y feliz en aquel día. 

- ¿Podemos ser sólo nosotros y nuestros amigos más cercanos? - Preguntó con los ojos brillosos- Me gusta la idea de una boda donde no tengamos que preocuparnos por complacer a los demás- 

Emilio le acarició la mejilla y miró con amor aquel rostro soñador que le sonreía con ternura.

-Está bien- Sonrió- Sólo nosotros- 

Joaquín acortó la poca distancia entre los dos y lo besó. Sus labios lo recibieron como un reconfortante abrazo después de un día cansado, sintiendo inevitablemente un cariño tan grande que desbordaba de su corazón

Dulce Ronroneó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora