Dulce Ronroneó

✨ Nueve ✨

Joaquín se despertó por su molesto estómago que se movía y sonaba impidiéndole dormir. Dio vueltas en la cama intentando nuevamente reconciliar el sueño, pero la sensación de hambre cada vez era más fuerte. Hundió su cabeza en la almohada y se quejó con su cuerpo por no esperar hasta que la alarma sonara, pero no podía echarle toda la culpa a su organismo, el delicioso aroma a panqueques lo tenía salivando, espera ¿De dónde provenía ese aroma?

Se levantó de la cama y se colocó sus pantuflas de peluche para proteger sus pies del frío. Siguió el aroma hasta la cocina encontrándose con el responsable de que su estómago rugiera. Emilio tarareaba animado mientras preparaba el desayuno, el alfa se había despertado más temprano de lo habitual para sorprenderle.

Se acercó hacia él y lo abrazó por detrás, enredando sus brazos por la cintura del tigre. Emilio se sorprendió al principio, no se esperaba tener a su novio dormilón despierto antes de tiempo.

-Buenos días Minnie- Dijo mientras retiraba el ultimo panqueque de la sartén y apagaba la estufa.

-Buenos días- Joaquín depositó un beso en la espalda desnuda del alfa. No entendía cómo podía mantenerse tan calentito pese al frío que había, él por el contrario tenía que usar muchos pijamas de peluche para mantenerse cálido.

-Pensaba llevarte el desayuno a la cama, pero te despertaste antes de que tan siquiera terminara la comida-

-Tenía hambre, y sabes que no puedo no puedo dormir si mi pancita no está llena- Dijo sobando en círculos su estómago.

-Eres un gatito comelón- Emilio pasó su brazo por sus piernas y lo cargó llevándolo de vuelta a la habitación. Joaquín rio divertido cuando el alfa lo depositó en la cama provocando que rebotara. Su hyung tenía planeado regresar a la cocina, pero lo jaló del brazo provocando que perdiera el equilibrio y quedara encima suyo.

-Quisiera quedarme más tiempo en la cama contigo, pero no me vas a arruinar mis planes de llevarte el desayuno a la cama- Intentó levantarse, pero los brazos alrededor de su nuca lo mantuvieron en su lugar.

-No me has dado un beso de buenos días- Joaquín infló sus mejillas e hizo un puchero. El alfa acarició con su dedo pulgar sus labios abultados y se acercó para unir su boca con la de él. Un beso simple que se tornó parsimonioso, ambos labios acariciándose con delicadeza y ternura sin ninguna prisa, Joaquín suspiró en medio del beso amando la intensidad con la que se querían.

- ¿Crees que afecte si no voy al trabajo y me quedo contigo? - Preguntó acariciando la marca con su nariz.

-Quisiera quedarme igual contigo, pero también tengo que trabajar- Respondió Joaquín con un aire de tristeza.

-No importa, al menos tenemos un poco de tiempo para ambos antes de ir a trabajar-

Los dos al final terminaron comiendo un desayuno a medias sobre la cama mientras veían las caricaturas mañaneras acurrucados uno contra el otro. Joaquín tuvo que mentir diciéndole a su jefe que su auto se había averiado para que lo dejaran entrar tarde.