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Emilio suspiró al sentir las manos de Joaquín acariciar su espalda. Sin despegarse de sus labios, estiró sus brazos dejando que la camisa cediera a la petición de Joaquín, retirándola por completo. Los dedos curiosos del omega enseguida tocaron su piel recorriendo toda la extensión de los músculos de sus brazos, disfrutando de la sensación del tacto hasta subir y perderse en la ancha espalda. 

El alfa se separó de la cálida boca admirando los hinchados y jadeantes labios que se abrían en excitación. Bajó hasta su oreja y acarició con su lengua la piel sensible que rodeaba al lóbulo provocándole un tenue gemido que viajo hasta su miembro. 

El aroma a excitación de su pareja lo estaba consumiendo de poco en poco. Podía sentir la explosión de feromonas danzar alrededor de su nariz, sabía que estaba empapado, listo y dilatado para tomarlo, y aquello lo estaba volviendo loco. Joaquín movió sus caderas buscando placer, de sus labios salían gemidos necesitados, llamaba a su pareja en busca de la unión, el omega estaba más que dispuesto a ser penetrado por su alfa. 

Ni si quiera estaban en celo, pero sus cuerpos se estaban extinguiendo en un calor sofocante. Ese desborde de excitación ocurría cuando ambos celos se coordinaban y sucedían en el mismo periodo, provocando que todos los síntomas pertenecientes al calor del apareamiento aumentaran, y eso incluía los días previos. 

Acarició con sus pulgares los pezones hinchados del omega, se alzaban duros y rojos pidiendo ser cruelmente estimulados y tocados. Emilio mordió con suavidad uno de los montículos disfrutando del temblor del cuerpo ajeno. Succionó por toda la extensión y realizó ondulaciones por la protuberancia hasta lograr que se inflamara y se alzara más. 

Joaquín gimió a lo alto y se sostuvo con fuerza de los mechones del cabello de Emilio intentando calmar aquella sensación que lo quemaba y lo abrazaba cada que su alfa lo tocaba en esa zona. 

-Quítate esto- 

Joaquín tomó el boxer y lo jaló con fuerza liberando la dura erección que se alzaba gloriosa ante sus ojos. Emilio movió sus piernas y retiró la prenda para evitar que le estorbara. Tomó los muslos de Joaquín y los abrió por completo dejando al descubierto la necesitada entrada que se contraía y expulsaba lubricante incitando a su alfa a penetrarlo. 

-Mírate, te has mojado sólo para mí-  Emilio movió su pelvis provocando fricción entre ambos miembros. Jadeó cuando el omega lo apresó con sus piernas y ocasionó mayor presión. Emilio tomó el sensible pene del omega y pasó su yema por el glande, sintiéndose satisfecho cuando provocó un lloriqueo necesitado del contrario. 

-Arriba de mí ¡Ahora! - 

Joaquín obedeció sin rechistar. Empujó el pecho de Emilio contra las almohadas y se colocó sobre su pelvis. Dejó que el grueso miembro se deslizara en ambos glúteos y rozara sobre la piel de su entrada. Comenzó un suave vaivén que los hizo suspirar de fruición. El alfa movió sus caderas y lo acompañó en el ritmo que había marcado. 

-Emilio- Lo llamó con temblor en la voz- Estoy cerca- 

-Yo igual amor- 

Emilio lo sostuvo ayudándolo a alzarse. Joaquín dirigió la punta a su entrada y la introdujo dentro de sí. Ambos jadearon ante la sensación placentera de estar unidos. El alfa apretó con deseo y morbo la carne de las caderas del omega que se marcaban y se coloreaban de rojo como recuerdo de su encuentro. 

Joaquín comenzó a saltar marcando un ritmo rápido y profundo. La estimulación en su próstata se sentía tan bien que pronto empezó a moverse con premura. Pudo sentir la presión en sus muslos y el remolino que crecía en su estómago. Gimió a lo alto mientras echaba la cabeza hacia atrás del éxtasis que le provocaba sentir el grueso pene de su alfa abrirle por completo. 

-Demonios- 

Emilio jadeó cuando sintió su glande punzar. Tomó impulso con sus pies y estampó su pelvis contra los glúteos del menor que resonaron por toda la habitación. Intentó seguirle el ritmo, pero ambos estaban tan desesperados que los movimientos terminaron siendo burdos y sin un patrón específico, simplemente empezaron a moverse con euforia en busca de más estimulación. 

Joaquín dio un grito roto y arañó el pecho de su alfa cuando sintió el orgasmo golpearle con potencia. Emilio tomó sus piernas temblorosas y lo mantuvo quieto mientras seguía dando estocadas con fuerza. El omega se deshizo en gemidos y lloriqueó por la sobreestimulación post orgasmo. 

El alfa lo penetró a profundidad, estaba seguro de que las rechonchas nalgas del menor estarían rojizas por el choque de pieles, Emilio gruñó ante la expectativa. Gimió con fuerza cuando el orgasmo llegó a él y provocó que el nudo se hinchara por completo hasta ser apresado de la forma más exquisita por las paredes anales de su omega. 

Joaquín se derrumbó sobre él y estuvo extrañamente satisfecho cuando sintió el espeso esperma de su alfa llenarlo por completo. Sin poder controlarlo un extraño maullido salió de sus labios notificándole a su pareja cuan complacido estaba.

-Eso es nuevo- 

-Cállate y déjame disfrutar- 

Emilio rio con ligereza y acarició las orejas de su minino que se había puesto a ronronear de gozo

Dulce Ronroneó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora