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-Siento que voy a explotar-  Dylan se acomodó entre sus mantas y se acurró sobre las prendas de Ethan y él. Joaquín lo observaba sentado desde una silla en el rincón respetando el espacio donde estaba el nido de su amigo, no quería perturbarlo impregnando su zona de confort con olores ajenos, suficiente agradecido estaba con que Dylan lo dejara estar dentro de la habitación. 

-Sólo unos meses más, pronto estarás sosteniendo a nuestra bebé-  Ethan le dio un casto beso en sus labios y lo colocó sobre su pecho cuidando de que su estómago quedara cómodo encima de él. Hace poco habían ido a sacar las muestras de sangre para revelar la especie del bebé. Resultó ser un ochenta por ciento lobo, siendo este su animal predominante. Ethan se lo esperaba, ningún bebé ardilla ocupaba tanto espacio como para ensanchar tanto el estómago de un omega. Desde que Dylan cumplió el sexto mes había estado teniendo problemas en su columna por el peso excesivo, por lo que se pasaba la mayor parte del tiempo recostado en la cama. 

-Espero que mi primer hijo sea un gato, no creo estar preparado para tener en la primera vez un tigre blanco-  Ambos amigos rieron, definitivamente, era mucho mejor preparar al cuerpo con un bebé que no pese tanto. 

-No puedo creer que quieras tener un hijo, hace unos meses pensabas diferente- Ethan comentó mientras acariciaba el hombro de Dylan.

- No lo sé, Emilio y yo tenemos una relación lo suficientemente estable para ser padres- 

-Me alegro, yo aún me pregunto cómo haré para no terminar ahorcando a Ethan cuando me saque de quicio-  El alfa se carcajeó, sabía que su pareja lo decía en broma, sus peleas eran tan sólo juegos donde ambos terminaban riendo y divirtiéndose. Su futura hija no tendría de que preocuparse, crecería en un hogar donde no faltaría cariño y estaba seguro de que Emilio y Joaquín cuidarían a su cachorro de igual forma. El confiaba que sus Hyungs serían unos padres maravillosos. 

- ¿Ya fueron al ginecólogo? - 

- Si- 

- ¿Y qué les dijo? -  Joaquín se mordió el labio nervioso, la realidad es que la respuesta había sido tan ambigua que sólo los dejó con más dudas que con las que entraron al consultorio. 

-Dijo que dependía- Respondió- Al tener gen de felinos y roedores por mi parte, existe una gran posibilidad de que tenga más de un hijo, pero que no sería problema si todos son gatos, pero que, si son tigres, entonces todo se pondría riesgoso- 

- ¿Qué dijo Emilio? - 

-Emilio no quiere obligarme a nada, él dijo que lo que decidiera, me apoyaría- 

- ¿Pero aún hay la posibilidad de sólo tener uno verdad? - 

Joaquín asintió ante la pregunta de Dylan. Los tigres blancos de raza pura eran una especie de híbridos muy escasa, el número de crías por embarazo era de uno, siendo dos en casos inusuales. Aunque era alta la probabilidad de que los genes de Joaquín predominaran, aún existía ese porcentaje que les daría como resultado un cachorro de tigre, claro, siempre y cuando las cosas no se salieran de control y su cuerpo decidiera tener seis tigres. Tragó saliva espantado, ¡Qué la diosa lo salve! 

-Joaquín no estés asustado, afortunadamente existen las cesáreas, si todo sale bien en tu embarazo no tienes que preocuparte- 

-Lo sé, es sólo que hay tantas cosas que pueden suceder, no puedo evitar sentirme intranquilo -

-Ven aquí-  Dylan abrió los brazos hacia él. Joaquín dudo en aceptar la invitación, pero no quería que Dylan se sintiera rechazado. Se dirigió hacia él y entró al nido, por un momento pensó que su amigo se alteraría, pero, por el contrario, lo atrajo hacia su cuerpo y lo abrazó con fuerza. Joaquín se sintió extrañamente cómodo en aquel nido ajeno. Entonces su mente volvió a su infancia donde él y sus hermanos estaban abrazados a su madre mientras les cantaba una canción bajo la protección de aquel seguro espacio. 

Cerró los ojos y colocó su mano en la redondeada superficie, notando el movimiento del bebé que se movía inquieto por todo el vientre. Joaquín sintió una emoción profunda cuando escuchó con claridad el segundo latido en el cuerpo del omega, era tan hermoso que no pudo evitar posicionar su oreja sobre el estómago de su amigo.

-Ya verás, todo saldrá bien, y si existe alguna complicación sabes que nosotros estaremos contigo en todo momento-  Joaquín reconoció la sinceridad de aquellas palabras y se sintió completamente conmovido. Ethan y Dylan se habían vuelto personas tan importantes para él que no podía imaginarse una vida sin ellos ayudándolo

Dulce Ronroneó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora