Joaquín caminaba feliz entre los pasillos del edificio mientras sostenía entre sus regordetas manos el recipiente con la comida que había preparado especialmente para su Hyung. Emilio se había levantado demasiado temprano y Joaquín no pudo abandonar la comodidad de su cama, por lo que no le dio tiempo de preparar su desayuno antes de que se fuera.
Para disgusto del menor, Emilio era de las personas que se podían saltar las comidas si de trabajo se trataba y Joaquín no podía permitir aquello, su novio tenía que estar bien alimentado para que su tigre se siga viendo majestuoso y hermoso, además de suavecito y esponjosito. Él amaba acostarse sobre el abundante pelaje cuando Emilio permitía tomar al animal el control total de su cuerpo.
-Buenos días Noona, ¿puedo pasar a ver a Hyung? -
Joaquín le sonrió a la secretaria. Aby era una fiel empleada de su novio, además, ella amaba al minino y cuando él se quedaba a hacerle compañía a Emilio, solía llevarle cajitas de leche de varios sabores que Joaquín amaba y aceptaba gustoso.
-Joaquín, que bueno verte- La mujer le sonrió mientras acomodaba algunos papeles en su escritorio- Claro que puedes pasar dulzura, el señor Osorio ha tenido un día muy estresante, creo que le vendrá bien tu visita-
-Espero que le guste lo que le traje-
-Lo hará- Respondió mientras empujaba la puerta de la oficina para que pasara- Si necesitas algo no dudes en llamarme-
Aby le acarició sus felpudas orejitas a lo que Joaquín se restregó satisfecho en su mano mientras soltaba un tenue ronroneo, le encantaba recibir caricias de sus seres queridos, el gatito en su interior se acostaba y mostraba su pancita alegre cada que recibía mimos.
- Cuando tenga tiempo te llevo tu leche favorita y unas galletas -
- Que sea una cajita de vainilla por favor- Ella asintió y se retiró a su escritorio.
Joaquín entró a la gran oficina, los matices grises y negros daban un aspecto bastante frío al lugar. Pese a que la paleta de colores elegida mantenía el lugar elegante y el enorme ventanal que cumplía función de pared, iluminaba de manera impresionante la estancia, seguía pensando que aquella decoración no era su estilo, lo consideraba monótono y aburrido.
A él le gustaba los colores más alegres, en especial los colores pasteles, casi todas sus ropas eran de esas tonalidades, inclusive cuando iba a reuniones importantes con su Hyung este se encargaba de mandar a hacer un traje especial para Joaquín, que se acomodara a sus gustos y que así no él tenga que usar trajes con colores aburridos. A unos metros de él se encontraba un gran escritorio de madera negra, Emilio trabajaba en él, demasiado ocupado en lo que hacía que ni había notado su presencia. Su ceño se mantenía fruncido y la vena de su cuello resaltaba sobre su blanquecina piel, señal del estrés por trabajo.
-Mailo-
El nombrado enseguida despegó la mirada de su computadora al escuchar la dulce voz de su pareja, su pequeño le sonreía a unos cuantos metros de él. Emilio sonrió, su día había sido una completa mierda y el tener a su gatito de visita era la mejor forma de no colapsar. Por otra parte, su tigre se asomó curioso, despertando de su siesta y saludando al pequeño felino que se encontraba tras el humano.
-Cariño, ¿qué haces aquí? -
Joaquín caminó hacia su lugar y depositó el recipiente con estampado de ositos en la mesa.
-Hyung no desayunaste, eso no es correcto- Emilio abrió la tapa y se enterneció al ver el sándwich con las orillas perfectamente cortadas junto a una porción de verduras rebanadas en formas de corazones y flores. Su novio era como un ángel para él, quien lo procuraba y cuidaba cuando su día se volvía un completo caos.
-Ven aquí- Ordenó con suavidad.
Joaquín obedeció gustoso y se sentó sobre su regazo, recargó su cabeza sobre el hombro de su Hyung y cerró sus ojos mientras este lo rodeaba con sus brazos.
Emilio enterró su nariz en el cuello del menor, disfrutando del aroma a frutos rojos combinado con las flores silvestres, enseguida sintió a su tigre ronronear complacido, totalmente drogado por el aroma de su pareja, quien estaba soltando feromonas para bajar su estrés.
-Gracias- Murmuró mientras depositaba un beso sobre la marca en el cuello del menor.
-Mmm-Respondió adormilado puesto que su gato se había puesto a dormir al escuchar el ronroneo de su alfa.
Emilio sonrió mientras se dejaba llevar por la sensación de paz que sentía, el trabajo siempre representaba un dolor de cabeza para él, pero mientras tuviera Joaquín a su lado podría soportar todos los problemas y futuros conflictos.
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Dulce Ronroneó
Fanfiction╰┈➤ Emilio es un tigre que amá consentir a la bola esponjosa que tiene como pareja, un tierno gato de angora que adora pasar tiempo con su Hyung. ꒰ ͜͡➸ Créditos a @Forbidden_dreams_ ꒰ ͜͡➸ ADAPTACIÓN ꒰ ͜͡➸ Portada créditos a @Emilio_el_hetero (pr...