Class #482 •/Cole Sprouse/•

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Mi mente seguia un poco despegada de la realidad, mantenia mis ojos en la barra donde Cole habia colocado mi desayuno. Duke estaba en mis pies y yo los movia de vez en cuando para acariciarlo un poco. No queria regresar a mi casa, pero tampoco queria aprovecharme de Cole aunque a él parecia no molestarle para nada mi presencia. Mi celular habia sonado varias veces a lo largo de la mañana, era mi padre pero sinceramente no queria escucharlo, asi que cuando volvio a sonar lo mire una vez mas pero esta vez era Evan, conteste.

-Niña, ¿estas bien? Tu padre te esta buscando como loco, ¿donde estas? - su voz preocupada me hizo sentir un poco mal.

-Estoy bien, no... Yo... Evan yo no quiero volver a mi casa por ahora - baje la vista cuando vi que Cole centro su atencion en mi.

-Dime donde estas, por favor yo tambien estoy preocupado, ¿estas con Calum?

Senti un dolor en mi pecho apenas escuche su nombre, me sentia tan estupidamente traicionada.

-No.

-Pasa algo de lo que no estoy enterado, ¿verdad? - apesar de que no me estaba viendo asentí con la cabeza.

-Anoche.

-¿Tiene que ver con Cole?

-No.

Por primer vez.

-¿Con Calum entonces?

-Si - se me escapó un sollozo que hizo que Cole rápidamente se acercará a mí.

-¿Segura que estas bien? - agite la cabeza desesperada, no estaba nada bien.

-Hey, tranquila aquí estoy - susurro Cole quien de pronto estaba parado frente a mí mientras yo estaba sentada en el taburete. Sus manos se colocaron suavemente sobre mi hombros guiándome a su pecho donde podía resguardarme.

-... Creo que se donde estas, pero si estas bien entonces supongo que esta bien - Evan suspiró y en mi mente por inercia me lo imagine peinando hacia atras su rubio cabello con frustración - No le diré a tu padre donde estás, pero mantente segura y no dejes de contestar mis llamadas, también llámame si quieres salir de ahí, ¿De acuerdo?

-Si, Evan gracias, te llamaré cuando este lista.

Evan se despidió de mí, diciéndome varias veces que si necesitaba algo lo llamará, mientras Cole solo me mantenía pegada a su pecho y con una mano acariciaba mi espalda de arriba a abajo, cosa que me estaba encantado.

-¿Te dijo algo malo? - sacudí mi cabeza - ¿Te vas a quedar conmigo? - me separó de él y pude ver sus ojos brillar mientras esperaba una respuesta tomando mis mejillas con sus enormes manos.

-Si tu me lo permites...

-¡Claro que sí! - volvió a envolverme en un abrazo de esos que casi te sofocan pero que no quieres deshacer - Tienes que comerte el desayuno, he estado fingiendo que no te veo solo picarlo.

-No tengo mucha hambre - intente bajar la mirada al suelo pero el rápidamente capturo mi barbilla con sus dedos manteniendo mi cabeza hacía arriba.

-¿No te gustó lo que preparé para ti? -me reí, él sabía perfectamente que cocinaba delicioso.

-No es eso, es que de verdad no tengo hambre - volví a explicar atreviendome a acariciar su antebrazo suavemente.

Él miro fijamente a donde estaba mi mano brindando pequeñas caricias y luego me volvió a ver a los ojos.

-Oh comes ese desayuno ahora, o hago que te de hambre - acaricio mi mejilla apenas con las puntas de sus dedos mientras me obligaba a ver sus hermosos ojos.