En el St. Marcus High todos los alumnos eran buenos, obedientes, ejemplares... Excepto por algunos, aquellos alumnos con peor comportamiento y peor calificación eran enviados a una clase especial, una clase que ningún profesor quería... La clase #48...
Mis pantalones ajustados, mi peinado, los tacones rojos y mi chaqueta, dejaban en claro que yo estaba siguiendo su estúpido 'Spirit Day' y todo por culpa de Evan.
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Greg no dejaba de quejarse cada 10 segundos de lo estúpido que se sentía, aunque si les soy sincera, Greg no se veía para nada mal.
-Te ves bien, ya cierra la boca - trate de hacer que dejará el tema.
-No, no me "veo bien", me veo como uno de esos niños pretenciosos, estúpidos y...
-¡Sí lo hicieron! - el gran gritó de mi rubio amigo interrumpió la queja de Greg.
-A veces los odio - nos señaló el ojiazul.
-Todos sabemos que eso es mentira - lo abracé de costado, recargando mi cabeza en su brazo.
Él paso su mano a mi cintura y soltó una de sus peculiares risas.
-Ustedes hacen una linda pareja - la sonrisa pícara de Evan hizo que me sonrojara.
-Soy demasiado bueno para ella, ¿Verdad, Aus? - bromeó Greg.
-Demasiado - rodé los ojos aún riendo.
-Cómo sea, me tengo que ir a clases, niños - la sonrisa de Evan no desaparecía de sus labios - Los veo después.
-Adiós, Evs - deje un beso en su mejilla.
Comencé a caminar con Greg a nuestra aula, mientras el cantaba una canción de Elvis para tratar de hacerme reír y vaya que lo estaba logrando.
Entramos riendo demasiado alto, era normal en nosotros pues por el ruido de las bestias no se notaba nuestra escandalosa risa al entrar al aula; pero esta vez cuando pasamos por la puerta aún muriendo de risa, todas las bestias estaban perfectamente sentadas y en absoluto silencio, un jodido silencio que daba miedo.
Nuestras risas se apagaron y lentamente caminamos a nuestros lugares, confundidos. Al sentarnos volteamos a todos lados buscando la razón de su silencio sepulcral, pero no encontramos nada; ni un maestro, ni un puto domador, ningún verdugo o monstruo de 7 cabezas.
Suspiré y mi vista se fijo en los azules ojos de Greg, quienes igual que yo buscaban respuestas de el silencio de las bestias.
Como el silencio nomalmente me provocaba sueño; me recargue en Greg, dejé que el me acariciará el cabello y pasara un brazo por mis hombros para acomodarnos mejor. Estaba completamente relajada pues el toqué ligero y constante provocaba que mi respiración se hiciera pesada y mis ojos se cerraran.
-¿Te diste cuenta que Cole no esta aquí? - susurró muy muy bajo Greg y yo aun adormilada solo atine a negar con la cabeza - Solo están sus amigos.
No le di importancia al comentario de Greg, solo no quería pensar en Cole después de lo de ayer.
Me quedé dormida, hasta que Greg me sacudió un poco y desperté alterada, vi como todas las Bestias estaban aparte de calladas, tensas, como si temieran que algo les pasará.
