Class #482 •/Cole Sprouse/•

2: Las Bestias

Hoy iniciaba clases, tome mis carpetas de mi casillero y las acomode en mi bolso, no tenia ganas de nada, iba tarde a clases, pero era la Clase #482 probablemente nisiquiera tenían un maestro, así que caminé a paso lento hasta el que era el último edificio de todo el plantel. Estaba mas alejado de los demás, se miraba como si fuera a caerse sobre las cabezas de los "estudiantes" mejor conocidos como "Los criminales de la #482" supongo que por eso no se tomaban la molestia de remodelar aquel edificio, se decía que algunos alumnos sostenían relaciones sexuales en los labiratorios que quedaban algo mas apartados, pero era solo un rumor o eso espero.

Básicamente en el edificio S estaba lo que nadie "decente" quería.

También se decía que la mayoría de los estudiantes de la #482 eran hijos de mafiosos importantes, de cualquier parte del mundo, desde Narcotraficantes Mexicanos, hasta mafiosos italianos. Aquí se guardaba todo lo que el St. Marcus no quería que nadie supiera.

Estaba asustada, bastante asustada, no sabia con que tipo de criminales podía toparme o que podían hacerme, tenia miedo, miedo puro.

Tropecé un par de veces en el camino y al llegar a el aula mi mano titubeo antes de tocar, toqué levemente la puerta y como no recibí una respuesta toqué mas fuerte, pero nada. Así que la abrí y me encontré con un infierno, un pequeño infierno que constaba en al rededor de 20 "alumnos", algunos besándose como si fueran a tener relaciones ahí mismo, otros fumando lo que quiero pensar eran solo cigarros, 2 estaban peleando y por lo que escuché los demás estaban levantando apuestas para ver quien ganaba. El profesor estaba escribiendo algo en el pizarrón, tenia los pantalones manchados de algo azul...

No pedí permiso, seria inútil, solo entre y busqué un lugar, el único que estaba libre era enseguida de los fumadores que era hasta atras pero en medio y lo agradecía porque era la zona mas "tranquila". Traté de anotar lo que ponia el profesor en el pizarrón pero me fue inútil la gran multitud que observaba la pelea de "Toro" y "Perro" no me lo permitía, era un poco extraño que justo donde estaba sentada con los fumadores el círculo que rodeaba a esas 2 bestias se abría permitiéndonos ver perfectamente como sus puños aterrizaban en sus caras y cuerpos, provocando estruendosos ruidos que jamás había escuchado antes.

-Detenlos, creo que Toro tiene la mandíbula rota... - sonó la orden firme que me hizo voltear para ver a un chico rubio que estaba a mi lado observando la pelea.

Inmediatamente dos chicos que estaban a su lado izquierdo se levantaron y detuvieron a las 2 bestias que para esto ya tenian sangre en su ropa, se veían como si fueran a matarse y eso me asusto demasiado, escupian sangre y gritaban obscenidades.

-¡Por Dios! - un gritó asustado salió de mi garganta cuando los volvieron a soltar y estos volvían a golpearse como si no hubiera mañana.

-¡QUE LOS DETENGAN JODER! - gritó el chico a mi lado haciendo que otro pequeño grito saliera de mi garganta.

Rápidamente me cubrí la boca con ambas manos y cerré los ojos fuertemente, seguía escuchando a la pequeña multitud gritar porque habían perdido o por haber ganado. No quería abrir mis ojos, sentía una mirada muy potente es mí.

-¿Quién carajos eres?- escuche que me preguntaron.

No contesté, seguí en la misma posición tenia mucho miedo, nunca había estado en un lugar así.

-¡¡DIME QUIEN ERES!! - gritó haciéndome saltar y abrir los ojos, ahora todo estaba en silencio.

Lo vi a los ojos y él a mi, era intimidante, su cabello estaba algo largo y sus ojos me miraban intensamente con seguridad,
una mirada fría y dura me hacia sudar frío.