❛𝐌𝐢𝐨❜ [ᴊᴏᴏᴋʏᴜɴ] ~ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ~

CAPÍTULO III

Jooheon POV

Luego de finalizar la reunión con el Sr. Kang. Hyungwon, Hyunwoo y yo nos dirigimos al restaurante donde se llevaría a cabo el almuerzo con mi padre. Es hora de que me ponga firme con él. Diga lo que diga mi madre, estoy seguro de que va a estar de acuerdo conmigo. Una cosa es ayudar a mi padre y otra muy distinta mantener a su perra.

Cuando llegamos al restaurante vemos que mi padre ya esta allí esperándome, pero le da la espalda a la puerta de entrada por lo que no puede vernos llegar. Hyungwon y Hyunwoo se sientan en una mesa cercana desde donde pueden escuchar todo discretamente. No tengo nada que ocultar y tienen que estar cerca por si los necesito.

—Como quisiera poder quedarme en esta mesa con ustedes— les digo mientras ellos se sientan.

—¡No! Está es la mesa para la gente genial. Los perdedores con mierdas familiares se sientan en aquella otra— me dice Hyunwoo indicando la mesa donde mi padre esa esperando.

—Te odio tanto— le digo entrecerrando los ojos.

—No, no lo haces. Me amas y tú lo sabes. Ahora vete. Ve con tu padre y demuéstrale quien manda. ¡Llámame si me necesitas y le daré una buenas patadas donde no le da el sol!— me dice Hyunwoo y yo le sonrió.

Sigo caminando y me siento frente a mi padre. Sin saludos, ni apretón de manos.

—¿Qué quieres?— le digo

—¿Esa es la forma de saludar a tu padre? ¡Solo quería verte!— me dice y yo levanto una ceja.

—Ok. También necesito un préstamo—

En ese momento, la mesera viene a entregarnos el menú, pero lo cierto es que no pueda aguantar toda una comida con él.

—Café negro por favor— le digo y ella me sonríe. Mi padre frunce el entrecejo.

—Padre, hace dos meses te dí quinientos mil dólares. ¿En qué te los gastaste?— mi mirada fría y sin revelar sin ningún sentimiento se fija en él.

—Intenté comenzar un negocio, pero lamentablemente no resultó— mi padre miente descaradamente.

—¿Cuanto quieres de mi ahora?— le pregunto sin cambiar mi tono de voz.

—Estaba pensando en un millón— me dice.

Inhalo y exhalo profundamente antes de responder. Escucho las risitas incrédulas desde la mesa de Hyunwoo y Hyunwoo. Cómo yo, ellos no pueden creer el descaro de mi padre.

—Déjame ser claro. No vas a ver un centavo más de mi parte, al menos no gratis. Está es mi oferta. En alguna parte de tu vida fuiste bueno para los negocios y un gran gerente. Estoy abriendo un nuevo hotel en Río de Janeiro. Te ofrezco que seas el gerente general del hotel y te ganes el dinero con el que mantienes a tu juguete honestamente. Tendrás que irte a vivir allá y hay que ver si ella decide seguirte. Por supuesto, voy a tener gente controlando cada uno de tus movimientos hasta que me demuestres que puedo confiar en ti y no te gastarás lo que ganas apostando. Esa es mi única oferta. Tómala o déjala. Si no lo aceptas no verás un centavo más y te aviso que todos mis hombres ya tienen orden de no dejarte entrar a ninguna de mis compañías ni acercarte a mi casa— le digo mirándolo fijamente. Por el rabillo del ojo veo como Hyunwoo comienza a hacer las llamadas correspondientes. Él me entiende y sabe que no estoy mintiendo al decir que mi padre tiene prohibido acercarse a mis propiedades.

—¡No Jooheon! ¡No puedes hacer eso! ¡Ella no va querer mudarse!— me suplica.

—Ese no es problema. Puede que yo tenga una responsabilidad filial contigo, pero no tengo porque mantener a esa perra— le digo y veo el color abandonar su rostro.