Changkyun POV
Observo a Hoseok y Kihyun mientras charlan alegremente disfrutando de la brisa del medio día en la terraza del restaurante donde elegimos tener nuestro almuerzo.
No se si es debido a la pesadilla de esta mañana, pero los recuerdos de los primeros meses vividos con ellos vuelven a mi mente. Ellos son mis hermanos, literalmente.
Cuando llegue a esta ciudad, estaba en un estado deplorable. La adrenalina de la huida de mi casa se había extinguido y los seis meses de golpizas y violaciones diarias cayeron sobre mí.
Apenas si recuerdo muy poco de esos días. Sentía mi mente envuelta en una niebla. Comía cuando sentía hambre, dormia cuando tenía sueño, pero pasaba los días observando el techo de la habitación del hotel donde me hospedaba.
Una noche, decidí salir a tomar aire y unos ladrones quisieron robarme. No me resistí, no podía, no entendía lo que estaba pasando, era como si le pasará a otra persona. Hasta que uno de ellos me agarró por detrás queriendo sostenerme. En ese momento empecé a gritar con toda la fuerza que mis pulmones me lo permitieron. Cuando el otro cubrió mi boca con su mano, lo mordí tan fuerte que sentí el sabor de su sangre.
En ese momento, Hoseok y Kihyun aparecieron junto a mí haciendo que los ladrones huyeran del lugar.
Les llevó un tiempo calmarme y tuvieron que internarme por una semana en un hospital psiquiátrico hasta que me recupere lo suficiente para hablar.
Todo esto me lo contó Hoseok después. Ya que al despertar, no supe cómo había llegado al hospital ni cuánto tiempo había pasado. No tardaron en darse cuenta de que no me gustaba que me toquen y los médicos les dijeron que era mejor respetarme y darme espacio. Yo no había mostrado tendencias suicidas así que me dieron de alta bajo el cuidado de Hoseok.
Ellos me llevaron a su apartamento y se ocuparon de mí. Yo no entendía porque lo hacían. Cómo podían querer ayudar a un extraño loco que recogieron de la calle.
Kihyun venía a mi habitación todas las tardes y charlaba conmigo. Más bien hablaba solo porque yo nunca respondía ninguna de sus preguntas, solo escuchaba.
Él me contó que su madre había muerto cuando Hoseok tenía siete años y él dos. Desde ese momento, su padre los crío, pero falleció de cáncer de pulmón cuando Hoseok tenía 21 años. En ciertos aspectos, su realidad era parecida a la mía, solo que, en su caso, Hoseok pudo tomar las riendas de la empresa y hacerse cargo de su hermano Kihyun. No como yo. No como mi tío.
Finalmente, a los dos meses de estar al cuidado de ellos, y luego del fracaso con el primer intento de hacerme hablar con un terapeuta, el Dr. Baek llegó a nuestras vidas y comencé a hablar.
Las primeras sesiones fueron en la casa de Hoseok y Kihyun con ellos presentes, ya que les pedí que estuvieran allí para que conocieran mi historia. Si iba a recordar toda esa mierda, prefería hacerlo de una sola vez y no tener que repetir lo mismo a cada uno de ellos por separado.
Les conté mi vida, les dije mi verdadero nombre, les hablé de mis padres y como crecí. Hablé del accidente automovilístico y les hablé de mi tío. Cómo durante los primeros seis meses él me aisló de todo incluso no dejándome asistir a mi último año de secundaria y haciéndome tener tutores en casa. Luego, una noche y sin la menor provocación, entra a mi habitación y comienza a golpearme para luego violarme. Algo que se repitió cada noche durante seis meses hasta que no pude soportarlo.
Kihyun quiso correr a abrazarme, pero yo me aparté haciéndome una bola contra la pared y abrazando mis rodillas. Hoseok dió un fuerte golpe con el puño en la pared mientras que el doctor tratara de que se calmaran. Desde ese momento, Im Daniel Miller pasó a ser Yoo Changkyun. Hoseok me adoptó como su hermano, y así figuro en los registros familiares. La historia oficial es que soy hijo del padre de ellos y una de sus amantes, por eso nadie me conocía hasta ahora.
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❛𝐌𝐢𝐨❜ [ᴊᴏᴏᴋʏᴜɴ] ~ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ~
FanfictionJooheon y Changkyun crecieron manteniendo el mismo estilo de vida. Sus padres eran ricos, obcenamente ricos. Pero cuando los padres de Changkyun murieron, su vida dió un giro de 180 grados. A mediados de sus veintes, uno es el dueño de las compañías...