Cuando te des cuenta

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Era de noche cuando por fin regresamos con calma a la tierra.

Grace tomó mi mano y me trajo de vuelta de aquello que parecía un terrible sueño hecho verdad. No sabía cómo reaccionar a todo lo que pasó y me tomó muchísimo tiempo asimilarlo, pero después de varios minutos, por fin lo logré.

-Grace, estoy maldito- ella me abrazó. Mi padre, si así podía llamar al hombre que tanto daño me había provocado, me había maldecido y no encontraba la forma de retener toda esa información en mi cabeza; parecía una película, algo visto desde afuera, pero todo había sucedido, Grace estuvo ahí para confirmar que todo lo que vi en realidad sucedió, hace medio milenio, pero ocurrió.

-Lamento que todo esto haya ocurrido, Ezra, no tenía ni idea de que...bueno...-¿Una pariente suya me había maldecido? Creo que nadie habría visto eso venir.

-Bueno, ahora entendemos él porque de nuestras conexiones, Grace, y creo que es lo más importante, aunque, -vacilé- ¿Cómo encuentra uno la manera de decirle a la mujer que ama que estamos malditos y que yo me enamoré de ella siendo un gato porque estaba predestinado para esto?

Era una tarea difícil que no sabía cómo llevar a cabo. Ella seguro me tomaría por un loco y entonces toda la relación que hemos forjado se vendría abajo. Ya encontraría la manera, de eso se encargaría el Ezra del futuro.

A pesar de haber sido humano en una vida, creo que mi alma llevaba mucho tiempo en cuerpo de gato, pues no recordaba muchas de las cosas que hacen los humanos, como andar en dos pies o hablar correctamente. Era muy difícil encontrar a una descendiente directa de Monik en otra vida, supuse, y que una luna llena cayera en Noche de Brujas. Debía armarse un combo especial para que yo pudiese retomar mi forma humana y estar al lado de la mujer que amaba de esa forma pues, nuestras almas iban a seguir encontrándose, pero quizá en algunas vidas no pude llegar a amarla como un hombre.

Grace me ofreció la propuesta de aventurarnos, más adelante, en más vidas pasadas y averiguar cómo fueron; en cuantas pude ser humano y en cuantas otras no nos ayudaron o no pude convertirme. Pero decidí que era información que no quería saber, no quería conocer distintos rostros de Natalia porque amaría cada uno de ellos, y sería lamentable no poder verme a su lado. Estaba feliz con la Natalia que me tocaba en esta vida, lo que quería averiguar era otra cosa.

-Grace ¿cómo podemos romper la maldición?

Ella se quedó helada.

-Ezra, no tengo la más mínima idea pero, te prometo, que juntos averiguaremos cómo romperla.

-No basta con sólo el beso del verdadero amor ¿Cierto?

Por supuesto era mucho más complejo que eso.

Una maldición a dos personas que ha sobrevivido tantos años no puede romperse así de fácil, supuse que debía hacer otro gran sacrificio, pero ya no tenía siete vidas, sólo tenía una. Debía encontrar la manera y pronto.

Grace y yo nos fuimos a la cama a descansar. La inmersión espiritual nos había dejado tan agotados que yo me levanté cerca del medio día, perdiendo la mitad de la mañana para realizar mi rutina. Pero aún así salí hacia casa de Bigotes para despejar mi mente y contarles sobre lo sucedido.

-Y desde entonces vivimos malditos. Creo que el felino que me inspiró a transformarme, aquel que mencionaste la otra vez Biggs, en realidad era yo mismo. Loco ¿no?

Todos estaban anonadados con la historia que les acababa de contar. Ariel incluso comprendió que no había nada que ella pudiera hacer para librarme del fatídico amor que sentía por Natalia, simplemente estaba en nuestro destino.

-Ezra, viejo, no sé qué decirte. Has cambiado por completo el significado del amor y el sacrificio y ahora vienes con esta historia... estoy perplejo- Kurtz estaba más pegado a Kitty que de costumbre, intentando asimilar que lo que sentía por ella era natural y fluía sin problemas, a comparación de mi maldito, literalmente, amor por Natalia.

-Lamento no tener más historias sobre tu yo pasado, Ez, tal vez podrías inspirarte en ti para saber cómo librarte de tu maldición y poder vivir una vida en paz con ella.

Una idea brillante se me vino a la cabeza.

-Bigotes, eres un maldito genio- tomé a ese viejo gato barrigón entre mis brazos y le di un beso. Me despedí de todos antes de salir disparado por la puerta.

Grace se sobresaltó cuando me escuchó entrar bruscamente por la puerta.

-Tomaré tu propuesta, Grace, creo que podemos viajar a mis vidas pasadas para saber si alguno de tus parientes sabía qué hacer para romper la maldición

Los ojos de la bruja me miraron con suspicacia.

-Eso sería fantástico, Ezra- a ella le fascinaban los viajes en el tiempo. A veces solía auto inducirse en sus vidas pasadas, pues ella era de las que no deseaban la inmortalidad, como varias de sus parientes, por lo que creía tener un alma que vivió en diferentes cuerpos. Es por eso que estaba encantada con mi petición.

-Oye, tengo una duda a todo esto

-¿Qué sucede?- Grace siguió cortando los vegetales para la comida. Estaba perdiendo peso por la falta de carne, la bruja me mataba con su vegetarianismo- ¿Cómo fue que Monik pudo tener descendientes? Era fría, proveniente del submundo ¿En qué momento de su vida se enamoró y tuvo hijos?

-Oh Ezra, esa es una historia muy vieja que apenas puedo recordar pero, se dice que ella se enamoró de un rey, en este caso tu padre, y mató a su propia hermana de manera indirecta. Algo que no levantara la mayor sospecha de que ella pudo haber sido y, cuando el rey estaba desconsolado por haber perdido a su segunda esposa, Monik entró en acción y se enamoró de ella.

- ¿Por qué no pudo hacerlo desde el principio? ¿Qué Saith se enamorara de ella sin tener que matar a su hermana?

-Ezra, las brujas somos muy poderosas, pero no podemos hacer que una persona se enamore así de la nada de otra persona. Influimos, claro, hacemos hechizos, embrujos para influir en algo, mas no podemos hacer que el corazón sienta lo que no quiere.

Tenía sentido lo que decían. Los hechizos que ella daba a la gente influían en el pensamiento y después la persona se encargaría de llegar al corazón, Grace no hechizaba el corazón de las personas.

-Y déjame decirte, hijo, que de haber sabido qué clase de mujer era ella, no tendría su retrato colgado en mi estudio como una reliquia familiar. Vale muchísimo pues fue pintado por algún artista contratado por tu padre, por eso se ve como una persona buena, pero en realidad era una bruja de las malas, malas.

Ese retrato estaba desde hace mucho tiempo, casi tan viejo como mi alma.

Grace y yo comimos, planificando los días y horarios en los que realizaríamos los viajes astrales, así no interferirían con nuestra rutina. Yo debía concentrarme en acabar el libro y en forjar una buena relación con Natalia para contarle de lo nuestro, aunque dudaba mucho de hacerlo ¿En realidad era tan necesario? Pensaba que podía vivir con el martirio de cargar sólo con ese peso, sin necesidad de traumarla y alejarla de mí, pero no sabía si ella sería indispensable para romper con nuestra maldición.

¿Estaba dispuesto a no volver a verla nunca?

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