Enfrentar la cruda realidad de la partida de Natalia con Sergei de vuelta a Rusia me tomó muchísimo tiempo.
Ese mismo día en que se fue llegué a casa con la mirada tan perdida que Grace no necesitó preguntar qué había pasado, además de que Rachelle no tardó en contarlo, después de que doblé la esquina para ir hacia casa, ella tomó el teléfono y se comunicó con mi madre.
Pero a pesar de todo Grace no me presionó, ella sabía que las cosas entre Natalia y yo habían estado mal y eso la hizo tomar una decisión terrible y, aún con todo eso, mi madre sabía muchas cosas que yo ignoraba y me dejó tranquilo en mi depresión. Era la segunda ocasión en que ella me veía tan mal por la misma mujer, y yo no podía hacer más que estar tirado en mi cama, escribiendo cartas de desamor con un destinatario que nunca las recibiría.
Por supuesto ella había descubierto cosas que la impactaron demasiado, lo hizo por su propia cuenta y eso fue aún peor, no me dio tiempo de explicarle la situación, no me dio tiempo de decirle lo que estaba pasando y que ambos estábamos destinados a estar juntos, que habíamos vivido situaciones similares en el pasado pues nuestra alma seguía viajando por el tiempo para reencontrarse. No me dio tiempo de decirle nada, la única esperanza que me quedaba era que ella comprendiera todo lo que había escrito en el libro que llevaba su nombre. Si lo tomaba como una historia romántica más, ya nada habría que hacer.
Además había pasado muchos meses dedicado a mi depresión que no me di cuenta del tiempo y, aunque quisiera salvarnos por separado, dejar que nuestras almas por fin descansara, Natalia era vital en la entrega de los poderes, su alma se curaría de la maldición, sino estaba ahí no habría nada que curar y el equinoccio ya había pasado.
Los días pasaban grises y yo lloraba al recordar el gris de los ojos de Natalia, quizá por eso amaba tanto los días nublados, me recordaban a ella en todos los sentidos y, aún estando en la primavera, no había mejora en el clima ni en mi estado de ánimo, tanto que Bigotes, Kitty, Kurtz y Ariel fueron a darme una visita a mi casa. Era la primera vez que ellos iban a verme a mí como un humano a mi propia casa, eso me tomó por verdadera sorpresa.
-Ezra, amigo ¿Qué sucede? No te has aparecido por mi casa en mucho tiempo- no tenía ganas de hablar con nadie, a duras penas hablaba con Grace y eso era porque ella me obligaba a no decaerme tanto, incluso me obligaba a comer. Un cuerpo tan grande como el tuyo necesita alimentos, no me importa que tan mal te sientas, debes comer. Y contra toda voluntad lo hacía, pero no estaba de humor para hablar con nadie, ni con la editorial que llevaba días buscándome. Grace había mentido por mí y les había dicho que estaba en un viaje de autodescubrimiento, alejado de toda tecnología y que, de hecho, estaba pensando en mi próxima historia. Ellos entendieron y me dieron tiempo de "volver", pero debía hacerlo pronto.
En cierto punto eso era cierto, mi mente no estaba aquí, estaba auto descubriendo lo que había pasado con Natalia, sumergido en una depresión muy grande que se sentía como un abismo tan negro en el cual no veía la luz que me guiaría por el camino. Los ojos se me llenaban de lágrimas con cada recuerdo, con cada palabra que escribía en aquel cuaderno de memorias, con cada día gris que no hacía nada más que empeorar mi ánimo y más si llovía durante la tarde o la noche, cuando las gotas golpeaban la ventana simulando las lágrimas que brotaban de mis ojos como un torrente.
La amaba tan profundamente que las heridas me llegaban hasta el alma y sólo ella podría sanarlas con su presencia y, parecía ser, que en esta vida eso no sucedería.
-Es cierto, hijo, todos estábamos muy preocupados por ti ¿Qué fue lo que pasó?- dejé de darles la espalda y me voltee para verlos de frente. Mis ojos estaban hinchados, casi como cuando Sergei me golpeó, pero esta vez fueron los golpes de la vida los que me dejaron los ojos de esa manera, de tanto llorar.
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Volver a Amarte
Любовные романыLa vida de un gato es aburrida: comer, dormir, repetir. Pero si eres el gato de una bruja las cosas cambian, sobre todo si una de sus clientas ha llamado tu atención y no en el sentido en que imaginas. Acompaña a Ezra en esta mágica aventura en la q...