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"—buenos días princesa

Me secuestraste

y tú ibas a robarme, yo lo llamaría prensar rápido"

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—En serio Elizabet, no te conviene ignorarme —dijo comenzando subir su mano llegando por debajo de su trasero. Pero ella seguía ignorándolo —¿Así jugaremos? De acuerdo.

Tras decir eso, Jughead se dio vuelta para salir de la habitación y bajar a la primera planta, al escuchar sus pasos desvanecerse Betty miró por encima de su hombro algo sorprendida y un poco decepcionada de que se había ido sin insistir aunque sea un poco para seguirle el juego, pero supuso que había sido un día largo y no estaba de ánimos para complicaciones.

Cuan equivocada estabas Elizabeth.

Tras unos minutos de puro silencio Betty estaba entrando en la tentación de caer dormida, quería esperar a Jughead y por lo menos dormir abrazados a falta del contacto íntimo, pero el peli negro nada más no subía, ni siquiera podía escucharse algún ruido proveniente de abajo, esa tranquilidad causó que los párpados de la rubia comenzaran a sentirse cada vez más pesados y su respiración se volvía tan lenta que era casi inaudible.

Ni siquiera se dio cuenta cuando cayó dormida.

No supo si pasaron segundos, minutos, u horas. Lo único que se dio cuenta, fue el sentir un objeto de metal frío rodear sus muñecas sobre su cabeza . La reacción fue casi inmediata provocando que sus ojos se abrieran exaltados y su respiración acelerara de un momento a otro por el susto. Pero era demasiado tarde. Al mirar hacia arriba observó como sus muñecas estaban esposadas con la cabecera de la cama, y frente a ella, estaba el peli negro sin camisa y una sonrisa bastante satisfactoria.

—¿Es una puta broma? —soltó confundía y a la vez molesta por haber sido despertada de esa manera.

Trató de forcejear contra las esposas pero fue claramente inútil, si lo seguía haciendo sus muñecas terminarían lastimadas.

—Jughead por favor —rogó.

—¿Qué sucede nena? ¿No te gusta estar esposada? —preguntó con una voz ronca al mismo tiempo que trataba de parecer inocente.

La verdad es que jamás la habían esposado, ¿alguna vez escucharon que en ocaciones durante el sexo la pareja puede sufrir un ataque al corazón y la que está esposada no podrá hacer nada? Eso es aterrador.

—¡Jughead! —gritó haciendo un puchero mientras pataleaba intentado fastidiarlo para que la soltara.

—Créeme que hacerme tus berrinches no servirán de nada pequeña Cooper —aseguró caminando alrededor de la cama.

Betty estaba por protestar de nuevo, pero el teléfono del peli negro volvió a sonar. Jughead revisó la pantalla para ver quien era pero su entrecejo se junto un poco confundido, levantó la mirada y sonrió mirando a la rubia que tenía una cara de pocos ánimos.

—Espérame unos segundos nena, trata de no irte muy lejos —dijo antes de darse vuelta y salir de la habitación para atender aquella llamada desconocida.

--𝓑𝓸𝓾𝓰𝓱𝓽  𝓵𝓸𝓿𝓮--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora