Capítulo 3

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—¿Queriendo recordar los viejos tiempos? —le preguntó Nila a Elián bajando del auto y observando el lugar dónde se encontraban

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—¿Queriendo recordar los viejos tiempos? —le preguntó Nila a Elián bajando del auto y observando el lugar dónde se encontraban.

Su amigo se encogió de hombros, pero la sonrisa en su rostro le daba la razón a lo que había dicho. Tomando su mano jaló de ella adentrándose al mercado nocturno de Madrid.

A diferencia de él y Joss, ella no pertenecía a la clase alta. Nila era de clase media baja y conocer a sus amigos fue un golpe de suerte del cual no se arrepentía.

—¿Te acuerdas de este lugar? —le preguntó Elián cuando pasaron del mercado luego de haber visto varios puestos.

—Uhmmm, no exactamente ¿Debería?

—Sí.

—No, no me recuerda a nada —le dijo mirándolo y cuando observó que una chispa de decepción en él agregó— Quizá deberías hacer algo para ayudarme a recordar.

Elián dio dos pasos lejos de ella logrando que se ría por lo asustado que se veía— ¿Ahora te echas para atrás?

—Te quiero, pero sé tus alcances fierecilla —le respondió Elián y ella corrió soltando sobre él y abrazándolo.

—Nunca olvidaría lo que pasó aquí —susurró en su oído—. Aquí empezó la mejor parte mi vida.

—Y de la mía —le dijo su amigo de vuelta con el mismo tono—, pero eso no quiere decir que no tomé precauciones contigo.

—Miedoso. Solo fue una vez —le recordó separándose de él.

—Una vez que dolió para toda una vida.

Nila bufó y miro el edificio frente a ella.

Su primer hogar y el lugar donde había conocido a Elián. Recordaba ese día con claridad.

Ella había estado jugando con uno de sus vecinos cuando lo vio por primera vez. Un niño con el cabello negro alborotado que miraba alrededor como si se hubiera perdido, de hecho se había perdido y Nila se había acercado a ayudarlo.

—¿Oye, estas perdido? —le preguntó a un Elián con nueve años sintiendo pena por él hasta que abrió la boca.

—Me escondí de mi mamá porque no me quiso comprar mi dulce y ya no puedo encontrarla—le había respondido.

—¿Qué dijiste? —cuestionó y él ilusamente repitió cada palabra que había dicho anteriormente con un tono altanero molestando a Nila que le dio un zape.

—¡Oye! Eso duele. No se le pega a las personas.

—Te voy a pegar cuantas veces quiera, y te va a doler más sino encontramos a tus padres. Malcriado —le respondió tomándolo de su muñeca fuerte para que no se escapara antes de empezar a gritar si alguien había perdido a un niño que se escondió porque no le dieron un dulce.

Amor [Extra] OrdinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora