Capítulo 5

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Nila estaba un poco harta de la situación que tenía en sus manos, y no, no era por las clases o por su extraña situación con Elián, no

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Nila estaba un poco harta de la situación que tenía en sus manos, y no, no era por las clases o por su extraña situación con Elián, no.

Su humor oscuro se debía dos simples cosas que no podía controlar. La primera y más sencilla era sus sueños, pesadillas, que quería olvidar que existían a ver si con ello desaparecían.

Ignora los sueños y no recordarás nada más. Se irán solos.

«Por supuesto que se irán solos», pensó sarcásticamente.

Hace años su madre la había llevado con un psicólogo por las constantes pesadillas que tenía y la hacía levantarse diciendo que era otra persona. A pesar de la ayuda que buscaron por todos los medios, jamás pudieron ayudarla, hasta que una mujer apareció en sus vidas como un ángel de la guarda.

Ella la había visto llorando en el parque, por lo que, se les acercó y preguntó el problema. Su madre al inicio estuvo reticente de contarle lo que sucedía, pero en medio de la desesperación a causa de su llanto lo hizo, le contó acerca de sus pesadillas y la mujer le dijo que por lo que ella creía era que esos eran recuerdos que tenía eran de su vida pasada.

Esa había sido una teoría que nunca habían dicho a pesar de ser la más cercana, por lo que, su madre desesperada para cortar el problema la hizo tomar las hierbas que la mujer le había recetado para poder descansar y refundir esos recuerdos en el olvido. Funcionó, pero solo los había tomado por unos meses hasta que los sueños desaparecieron por si solos.

«Y ahora están de vuelta».

Le frustraba no poder tener control de eso y no quería preguntarle a su madre por las hierbas, ya que, levantaría sospechas de lo que le sucedía y era lo que menos quería.

El otro asunto que la tenía con los pelos de punta era que cada que daba la vuelta tenía la mala fortuna de encontrarse con el idiota que la había "defendido" de María Cristel.

Claro, sus encuentros no iban más allá de miradas afiladas o comentarios puntillosos, en su mayoría iniciados por ella, antes de evadirse mutuamente. ¿Lo peor de todo? Nadie excepto María Cristel parecía saber quién era, y eso también la molestaba.

—Pensaré que estas planeando un asesinato si no cambias esa mirada —le comentó Joss mientras almorzaba junto a ella en el comedor de la universidad.

—Bueno, esa es una perfecta descripción para lo que quiero en realidad —Como no podía matarse a sí misma se conformaría con planear el asesinato de su pesadilla.

—Nila... —su amiga la llamó y la miró con una mueca—, deja de pensar en él.

Esa era Joselyn, sabiendo mucho más de ella que cualquiera, excepto su mamá.

—Lo haría si se hubiera desaparecido de mi vida o me ignorara cada que nos encontramos —le respondió— Pero no el pijo ese tiene que estar lanzado comentarios molestos cada dos por tres.

Amor [Extra] OrdinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora