Nila estaba vestida como una bruja, vestido negro largo y andrajoso con un sombrero puntiagudo.
No había descubierto de que estaría disfrazado Darío por lo que no podía escoger algo a juego, razón por la cual había elegido el disfraz de bruja, era algo sencillo y bastante común en Halloween.
Cuando llegó a la casa de Salvador, Josefina, la ama de llaves, fue quién le abrió la puerta con una sonrisa.
—¡Señorita Nila! Que gusto verla de nuevo —le dijo como saludo haciéndola ingresar a la mansión— Vaya que gran disfraz —la alabó.
—¿Eso crees?
Nila tenía sus dudas. A diferencia de lo que había visto por las calles su disfraz no era para nada revelador o coqueto.
—Cien por ciento segura —afirmo levantando sus pulgares— Hace una excelente referencia a como se veían las brujas antes.
—Bueno, muchas gracias. Creo que es perfecto para acompañar a Darío.
Josefino asintió con una sonrisa y Nila pensó que no diría nada más al respecto; sin embargo, la sorprendió cuando le preguntó— ¿Y si estuviera acompañando al joven Salvador?
—No entiendo.
—Quiero decir —empezó a decir mientras la guiaba dentro de la mansión— Si usted estuviera acompañando al joven Salvador a una fiesta y tuviera que vestirse de bruja ¿Su disfraz sería diferente?
—Eh... No, por supuesto que no —le respondió confundida, e incómoda, por la pregunta— ¿Por qué piensas eso?
—Solo era una pregunta...
Sí. claro, y ella había nacido ayer.
—¿Segura?
—Muy segura, señorita —le dijo antes de señalarle el patio trasero—. El niño Darío está por allá, estoy segura que va a amar su disfraz.
—¿De qué se disfrazo?
—Es mejor que lo vea usted misma —le respondió antes de dejarla sola.
Bueno, nadie soltó una palabra acerca del disfraz del hermano de Salvador, por lo que Nila estaba muy curiosa al respecto. Así que sin esperar un segundo más entró al patio encontrándose con una imagen que casi la hace llorar de emoción.
Mariel estaba vestida de una de las chicas super poderosas, burbuja para ser más especifica, mientras que Salvador estaba disfrazado de un lobo y Darío, el pequeño que había robado su corazón, estaba disfrazado de Peter pan.
Salvador estaba persiguiendo a su hermano menor a través del patio mientras Mariel trataba de detenerlo para que Darío escapara de las garras de su hermano.
Una familia. Ellos eran una hermosa familia.
Nila casi se sentía una intrusa observándolos, pero no podía, y no quería dejar de hacerlo, por lo que se quedó ahí en la entrada, casi oculta por una columna, hasta que Darío la vio y corrió gritando en su dirección.
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Amor [Extra] Ordinario
Novela JuvenilNila tiene todo lo que siempre quiso en su vida, o casi todo. Después de años sin saber mucho de su mejor amigo, Elián regresa a su vida de manera inesperada haciendo resurgir sentimientos que creyó enterrados. Sin embargo, no todo es felicidad. Sal...