Capítulo 16

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—¡Aléjate de él!

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—¡Aléjate de él!

—¡No quiero! Y tú no mandas en mi vida.

Nila escuchaba las voces desde el comedor y no le gustaba para nada la dirección en la que parecía ir la conversación, por lo que se acercó al lugar de donde provenían las voces y saber que pasaba.

—¡Solo te va a causar daño! ¡Entiéndelo!

Las palabras fueron dichas con certeza, pero también con resignación y desesperación, la postura del chico que veía a la distancia lo decía todo y aunque quería ver su rostro, porque de alguna manera sentía que lo conocía, no podía y no intentaría hacerlo. Lo había hecho antes y solo servía para terminar despertándose, ella no quería eso, quería ver cuál era el final de lo que sucedía.

—Él me ama —susurró de la chica mirando a la persona frente a ella— Sé que hay diferencias...

—¡Hay un mundo que los separa!

Nila tragó ante el grito del chico, le dolía el corazón de solo escucharlo hablar así.

—Por favor, por favor, entiende que solo no quiero que te hagan daño.

—Yo lo quiero.

—Quererlo no basta, no si arruinas tu vida por su culpa.

El tono de esa oración puso le puso los pelos de punta.

—Entonces espero que estés ahí para sostenerme si me equivoco, pero si no lo entenderé —le respondió la chica antes de dejarlo solo en aquel lugar.

El chico dio un grito de frustración que le rompió el alma a Nila, por lo que sin pensarlo se acercó para consolarlo.

—¿Por qué lo eliges a él? ¿Por qué? ¿Por qué lo amas a él? ¿Por qué no a mí?

Las preguntas fueron hechas en voz baja y con la voz quebrada por el llanto.

—Lo siento —susurró Nila a punto de tocarle el hombro al chico; sin embargo, antes de que pudiera hacerlo el sueño se desvaneció.

Nila miró a su alrededor observando las paredes de su habitación acostumbrándose de nuevo a ellas.

Hace días atrás había dejado de luchar contra sus sueños, sus pesadillas. Por lo que, aprendió a manejarlas al punto de poder quedarse y observar la mayor cantidad de tiempo posible en ellas; sin embargo, cada que despertaba el choque de ver su habitación era el mismo.

Sus sueños se desarrollaban en una era medieval y mientras ella estaba allí se acostumbraba al lugar, como si fuera su hogar, por lo que al abrir los ojos no y ver todas las cosas modernas que la rodeaban era algo impactante.

Siempre tenía que recordarse quien era, que hacía y cuál era su historia, al menos de esa vida porque ya no tenía ninguna duda de que sus sueños eran flashbacks de su vida pasada; sin embargo, aún no lograba descifrar el meollo de todo.

Amor [Extra] OrdinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora