Nila se separó de golpe de Salvador.
—No me mires así —le pidió el chico con su tono era duro, como si estuviera reclamándole algo.
¡Cómo si tuviera derecho!
—Yo te miro como se me da la gana
—Te aceptaría esa respuesta si no estuvieras mirándome como si fuera la peor persona en el mundo cuando solo te estaba ayudando —le señaló Salvador, pero ella no cambió su postura.
—¿Y cómo quieres que te mire por eso? ¿Cómo mi salvador? ¿O cómo la persona que utilizó su influencia para que me quedará aquí? —le cuestionó ofendida, era así como se sentía.
—No... Yo no lo hice por eso.
—¿A no? ¿Entonces por qué lo hiciste?
—¡Solo quería ayudar!
—Pues no lo parece. Lo que parece es que estas tratando de comprarme haciendo eso —admitió Nila y Salvador dio un paso hacia atrás alejándose de ella.
—¡Te quería ayudar! ¿No estás escuchando?
—Yo no veo tu ayuda. Lo único que veo es manipulación —le reclamó entre dientes.
—¿Eso es lo que crees? —La pregunta salió casi como en susurro, pero no por eso el tono molesto dejo de notarse en cada una de las palabras.
—Sí.
Salvador asintió respirando profundo antes de volver a hablar.
—Si eso es lo que crees, bien. Piensa lo que quieras, pero eso no cambia lo que hice. La ayuda ya está la tomes o la dejas es tu maldito problema —le dijo antes de irse y dejarla sola en el invernadero.
Nila dio un grito de frustración cuando se vio sola.
¡Era ella quien debía indignarse! De hecho estaba indignada. No le gustaba para nada lo que Salvador había hecho y aún más cuando el chico era un misterio para ella. No se conocían para nada.
«¿Y eso por qué es?» Le reclamó su inconsciente poniéndola de un peor humor del que ya estaba.
Se sentía molesta de que Salvador quisiera meterse de cualquier modo a su vida y ese método en particular no le gustaba, no cuando dentro suyo sabía que iba a deberle algo, de hecho ya le debía y no le gustaba la sensación de ello.
***
Nila salió de la universidad apenas acabo su última clase sin esperar a su mejor amiga, a quién había avisado que saldría antes y no podía esperarla. Una mentirilla para escapar de ella y las preguntas acerca de su estado de ánimo.
No se sentía cómoda yendo a su casa, ya que, estar en sus cuatro paredes solo la haría pensar de más en el tema de su beca y lo que Salvador había hecho.
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Amor [Extra] Ordinario
Genç KurguNila tiene todo lo que siempre quiso en su vida, o casi todo. Después de años sin saber mucho de su mejor amigo, Elián regresa a su vida de manera inesperada haciendo resurgir sentimientos que creyó enterrados. Sin embargo, no todo es felicidad. Sal...