Lo que haya armado de valor a Astreo para aparecer finalmente es algo que nadie sabría, pero finalmente estaba ahí, hablando con Selene hasta el ocaso, en que Eos se levantó y fue a los establos a esperar la llegada de Helios para darle su gran decisión y contarle del invitado que pasó el día con ellas, mismo que dentro miró a la luna y exhaló esquivando su agarre antes de diluirse aún incapaz de verse a la cara con el sol, que extrañado escuchaba el relato de Eos mientras soltaba los caballos del carro para que descansaran
-¿Astreo?- dudó y Eos afirmó- ¿estás segura que es Astreo?- insistió y ella volvió a afirmar- ¿Dónde está?- insistió ante el repentino silencio de la infante que después de su relato todo lo respondía por señas, como si de repente recordara que no podía hablar
-Adentro- habló finalmente- con Selene- explicó yendo a su lado- en el salón- avisó girando para ir allá- ¿Por qué todos me conocen y yo no?
-Porque así es ser infante, todos vinieron a verte y saben de ti, pero se vive en su propio mundo como para no darte cuenta quienes vienen- explicó con calma antes de entrar y ver a la luna alisando su túnica y recogiendo el cabello para salir en su recorrido- me dijeron que estabas acompañada- informó y con una sonrisa inconforme, Selene le afirmó
-Así es, pero se ha ido, supongo que a refrescar la noche o acomodar en el firmamento sus estrellas- dedujo llegando con él- te dejó saludos- mintió y ninguno de los dos lo creyó- he de irme- despidió y salió dejándoles a ambos- pórtate bien, Eos- dejó dicho al subir a su carro y azotar las riendas
Juntos la oyeron partir y mirándose por unos segundos alcanzaron a dudar que hacer, pero jocosa y osada como es la mente infantil, Eos dio el primer ataque
-Perseis es muy bonita- vaciló sin recato alguno, aunque según ella, lo tuvo, Helios solo soltó una corta risa- es verdad- aclaró yendo con él salón del trono dónde terminó sentada en el regazo ajeno- si no fuera porque es del mar, podría quedarse...- insistió
-Habría que preguntarle a la imperiosa oceánide si quiere quedarse, podrás hacerlo cuando vuelva- prometió desentendiéndose de ese tema que quería obtener ella- ¿te agrada o solo es bonita?
-¿A ti te agrada?- devolvió la pregunta sin responder siquiera pero con sus ojos violetas fijos en él para no perderse detalles y saber interpretar miradas
-Es menos molesta de lo que la recordaba- reconoció y exhaló volviendo la vista a la noche que ya cubría todo- pero sigue siendo tan terca, como bonita y eso la hace cansina- resumió quitándole un par de plumas de las alas- ¿Por qué estamos hablando de Perseis?- dudó finalmente divertido de ver el sobresalto de la aurora
-Porqué... porque... ah... es... ¿es amiga de Selene?- buscó algún motivo improvisado mientras se estrujaba los dedos a medida que hablaba- sí, eso y si es amiga de ella, podría ser amiga tuya también- mintió garrafalmente Eos girando hacia él para dejarse desemplumar y sacudir las alas con fuerza para que no quedara ninguna de las que estaba mudando
-¿Estoy obligado a ser amigo de todas las amigas de Selene?- insistió y ella negó, luego lo pensó mejor y afirmó- Son demasiadas, Eos y las mujeres en cantidad agotan y solo imagina, Selene sin contar una por una, tiene a Nix, a Asteria y extra a eso, tiene todo el séquito de las estrellas y todas las oceánides... qué honestamente no sé qué grupo es más grande, ¿Para qué necesito yo un ejército de amigas?
-Para que no estés solo- explicó y todo lo divertido que podía tener esa situación se diluyó al desaparecer la sonrisa y solo abrazarla sobre los hombros, como para que ella se le recostara en el pecho dejándose tibiar
-No lo estoy- mintió, pero en él sonó más real, aunque igual Eos giró a verlo necesitada de comprobarlo, así que le regaló la sonrisa más reluciente que tenía- yo también tengo mi corte, Leto, Éter y Hemera son los más cercanos y fuera de mi corte, también amigos que siguen surgiendo
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Rey y Mandatario [Pausada]
FanfictionZeus se ha coronado como rey del cielo, cree tener poder absoluto y haber encerrado a todos los titanes, pero a pocos días de su triunfo, sabrá que no. Su mayor rival, sigue libre y lo que es peor, es peligroso confrontarlo y, no está solo.