Incertidumbre y Espera

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¿Lo sabía? Dudó Selene desde su lugar y negó divertida de verle lanzar a los aires a Eos atrapándola, como si nada hubiese pasado, como si no hubiera incitado la furia de un rey, así que la respuesta era obvia, claro que lo sabía, por eso dejaba al rey en ridículo y en evidencia ante sus súbditos al retarle delante de todos a hacerles algo.

Era una provocación a que en lugar de amenazar, de gritarle cuál era su lugar, que tuviera las agallas de intentar ponerles en el Tártaro... porque sabía que no lo haría. La luna exhaló y se acercó justo cuando Helios atrapó a la aurora sonriéndole a la infante con la misma altivez que hacía todo y esa escena les hizo merecedores de la calidez de la luna, que les abrazó para sorpresa de ambos

-Hazte para allá y me atrapas- propuso la menor indicándole con la mano a que distancia la quería- lista- juró abriendo las alas y gritando eufórica cuando Helios la tiró hacia Selene para que planeara- ¿Ves? Ya vuelo- presumió a su hermana sin ser cierto

-Planeas- corrigió Selene, inconforme la aurora frunció el ceño- para volar tienes que mover esas alas- explicó lo mismo que intentaban que hiciera antes que todo aquello ocurriera- muévelas- pidió con ella aun cargada- por mí- chantajeó con puchero y pestañeos y aun así Eos negó- por Helios entonces- replicó y la niña se lo pensó unos segundos, pero negó de nuevo- Eos- reprochó con falsa molestia logrando que lo dudara- solo una aleteo, un chiquito- insistió y ya dudosa le negó lentamente- que mala eres conmigo- chantajeó bajándola

Y mientras ellas compartían su momento, Helios las dejó solas un momento, bordeó el templo y llegó a los jardines del mismo y cerrando el puño su creación empezó a cesar. Su fuego comenzó a apagarse y el cielo a oscurecer hasta sumirse el día en la noche perpetua. Notando aquello, ambas salieron en busca de su hermano seguras que contrario a lo ocurrido, debería estar amaneciendo, pero la luna ante la ausencia del sol empezaba a irradiar

Confundida Selene alcanzó a dudar de sus propios calculos, ¿acaso era de noche? estaba segura que no, pero... sin importar la hora que fuera, si el sol, no estaba en el cielo, era de noche, así de simple. Y si era de noche, ella debería estar emprendiendo camino, Selene bajo a Eos y alcanzó a dar unos pasos para ir por su carro cuando se sintió retenida, exigió explicación con solo subir las cejas cuando Helios la retuvo

-Guárdala- le pidió a Selene que anonadada parpadeó un par de veces- y que se quede así, si algo tiene que brillar, que brillen las estrellas- condicionó acariciándole la mejilla- hasta que no vengan a implorar que aceptemos el lugar que nos tengan, no verán sol, ni luna- le ordenó cargando de nuevo a Eos para volver adentro- deja que se den cuenta de nuestra importancia y valoren nuestra presencia- explicó cuando lo siguió- confiemos que capten antes de 7 días, porque si no, los daños empezarán a verse- reconoció sonriéndole a Eos cuando ella le puso los índices en la comisura de los labios y le indicó que sonriera, porque no le gustaba verle serio

-¿Lo dices enserio? Lo que pasaría sería grave- le recordó Selene quitándole a Eos para que dejara de ignorarla y se concentrara- Eos a la cama, es de noche, a dormir- impuso con seriedad dejandola en el suelo y la niña quiso protestar, pero al verle cambiar los ojos grises por amarillos casi anaranjado, huyó y pese a no tener sueño, se metió a la cama- ¿Qué hay de los afectados por nuestra ausencia? ¡Helios las consecuencias caerían sobre todos!- recriminó entre dientes con la vista fija en la habitación de Eos- ¡no me ignores!- advirtió la luna y el mar se meció con tal fuerza cómo para que Poseidón desde el templo de Zeus lo sintiera- sabes que tengo razón- altercó apoyandose en la mesa a la que iba Helios

-Lo sé y no te la estoy negando, pero ellos no lo han entendido...- resumió Helios tras exhalar al oírse casi gritado por ella, se sirvió una copa de ambrosía que le ofreció a ella, Selene negó y apático a su reclamo la bebió sirviéndose otra- no habrá daño colateral, no lo permitiría, pero necesito que entiendan las cosas como son- impuso forzándose por sonar calmado- No somos los refugiados amparados de su guerra, nos aseguramos que se nos vea como aliados de su supervivencia, por no decir pilares de la existencia y no como el enemigo al que puedes traicionar cuando quieras o humillar porque para eso, nos permitieron estar y deberíamos estar agradecidos- renegó molesto de solo imaginarse tal trato, logrando indignar también a la luna- no buscamos su piedad, Selene, no la necesitamos, ¡son ellos, los que dependen de nosotros para vivir!- renegó forzándose a bajar la voz alzándole el rostro- Y eso, querida hermana, tiene que quedar claro desde ahora, antes que ocupemos un lugar en su mundo e intenten imponernos sus condiciones- explicó exigiendole en silencio que no se opusiera- les doy tres días- prometió sonriéndole levemente y todavía preocupada e inconforme no gustarle poner el riesgo otras vidas, tardó en aceptar, pero finalmente lo hizo al enfurecerla recordar la insolencia y prepotencia de esos invasores, afirmó y sonrió

Rey y Mandatario [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora