Visiones del Aire

62 4 4
                                    

Nadie esperaba verlo, de hecho, nadie sabía que seguía libre, pero al alba, tras ver volver a su templo, Asteria, se sintió observada

Fue tal vez la primera en saber que alguien más había, pero desconocía la presencia ajena que desconocía, aunque cuando supiera quien era, incluso se sentiría absurda de no haberlo sabido, pero en su defensa, es que de verdad jamás pensó que él estuviera.

Lo vieron partir con su padre, deducían que había caído en batalla, pero era lógico que no pasara, casi como si fuera invocado por el resurgir del viento, su eterno secuaz emergía también, solo que sin forma y aún oculto a los ojos de los demás, hasta ese amanecer

Nunca le había agradado Perses, bueno, siendo justa, a nadie más que a ella, le agradaba Perses, pero a Asteria jamás le había importado, mientras ella se sintiera afín a él, afrontaría cuanto fuera necesario, además Perses seguía regresando a su lado y era por voluntad propia, como para no tener que acudir a su magia para tentarlo hasta que tuviera que llegar con ella, como si hacía con la mente de Zeus por diversión propia

Le hacía ilusión pensar que Perses contrario a lo que decían todos, pudiera sentir algo por ella, pero en ese amanecer los pensamientos dejaron de importar al sentir la zurda sobre su entrepierna que la hizo ahogar un gemido sobresaltado al sentirse invadida por dedos ajenos, pero que conocía tan bien

Tensa, por ser tomada sin previas caricias, sintió las piernas temblar antes de ceder ante él y terminar de rodillas en el suelo gimiendo para él, antes de sentir un brusco movimiento que le sacó un quejido adolorido y le dejó vacía, como para atinar a girar a ver, pero no vio nada y sin embargo, algo pasaba por los azotes que se escuchaban contra las columnas o las cosas que se derribaban con agresividad de repente y de un lado a otro, para sobresaltos suyos

Asteria se apresuró, buscó y buscó entre frascos hasta encontrar el polvillo de la oscuridad que tomó entre sus manos y sopló, dejando al descubierto las sombras de las dos figuras. Exhaló con apatía al verlos

-¡LELANTO!- gritó al susodicho que giró a verla antes de ser aventado al otro extremo del templo- ¿Qué haces? ¡Déjale!- le ordenó a Perses corriendo hacia él a retenerlo- ¿Qué crees que estás haciendo, Lelanto?- confrontó al titán que se materializó ante ella

-Aléjate de él- le ordenó el rubio y ella negó dejándose abrazar por Perses- ¡QUITALE LAS MANOS DE ENCIMA!- ordenó y el lugar entero se sintió denso, ningún ser que necesitara respirar, habría podido hacerlo en ese instante- no voy a permitir que profanes este lugar

-No hago nada que ella no quiera que haga- aseguró el pelirrojo antes de quedarse sin voz, por orden del aire que empuñó cerrándole la garganta al destructor que se abstuvo de mostrar sobresalto alguno, aunque la aprensión al cuello resultara angustiante

-Vi lo que estabas haciendo, le hacías daño- defendió Lelanto para bufido de la bruja y carcajada muda del destructor- ¡ALEJATE DE MI HERMANA!- le ordenó el tercero de esa familia, levantándose de su sitio- vienes aquí, a su templo, a perpetrarla de modo tan bruto y ¡TÚ TE DEJAS MALTRATAR!- reprendió a su hermana que queriendo o no, desapareció de su lado y a la voluntad de su hermano mayor, quedó a su lado tomada por el brazo, que Asteria tironeó para liberarse en cuanto se vio sujeta por él

-Tú no entiendes nada, no me hace daño- alegó la menor de esa familia- ¡ya suéltame!- impuso y se vio zangoloteada por su hermano en cuanto vio diluirse a Perses- ahora has hecho que se vaya, ¿Quién te crees tú para echarle de mi vida? Desapareces de repente, nos dejas solas y ¿Ahora quieres decirnos que hacer? No interfieras en mi vida, Lelanto, no soy una niña- alegó cuando la soltó contrariado de verla defenderlo y casi de inmediato Asteria lo vio tantearse el cinto- no te atrevas- advirtió, pero antes que pudiera evitarlo, le cayó la cube de polvillos plateados que era brillo de estrellas, que Astreo le había otorgado hace tanto y destellaban toda verdad- ¿Qué esperabas ver, hermanito? ¿Ibas a ser mi héroe salvador?- burló cuando la retuvo de los hombros revisándola por completo sin entender lo que ocurría- ¿Venías a liberarme de estar bajo su maleficio? Te tengo noticias, no lo estoy, mi devoción es voluntaria- confrontó y él la soltó retrocediendo sin dar crédito a lo que veía y la oía decir- vete a cuidar a Leto, me sé cuidar sola- despachó y desapareció de ahí

Rey y Mandatario [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora