El Actuar de Prometeo

49 6 2
                                    

Tregua, dícese de aquella palabra que simulaba una armonía, tensa y preocupante, que con cada día, se sentía amenazante, como para conservarse alertas, a la espera que algún día, un suceso lo arruinara todo y es uno que empezaba a susurrar al oído ajeno de quien no estaba de acuerdo con esa convivencia y que se optara por la neutralidad.

Seguidas fueron las visitas de Prometeo al templo de Helios queriendo saber que procedía ahora y con furia terminaba por abandonar el salón al oírle aún firme en la idea de no hacer nada y ordenarle más bien terminar de poblar la tierra, al ver que esa, era una tarea que seguía sin acabar y varios de esos seres ni siquiera los volvió a hacer

Frustrado Prometeo hacía y deshacía inconforme con cada nueva creación hecha y empezaba a arrepentirse del regalo que le llevó a Helios a cambio de una audiencia y solo encontrar rechazo a su petición, mientras veía a Atlas aún cautivo y al parecer, nadie pretendía hacer nada al respecto, renegaba día y noche en su propia mente por temor a ser escuchado y precisamente por no hacerlo, sus vigías celestiales decidieron dejarle a su suerte y en mente tan inquieta, resultaba peligroso, solo que no tenían como saberlo

-Tal vez él tiene razón- le hablaron de repente a Prometeo tras otra negativa de Helios- debemos convivir con el ser que destruyó todo a su paso para imponerse- continuó la voz ponzoñoza y ajena a la que el castaño le manoteó

-Calla, Perses, atormenta a alguien más- pidió frustrado y exhaló aliviado cuando obtuvo silencio por un par de pasos mientras regresaba a la tierra a seguir creando- ¿Qué vas a decirme ahora?- renegó sabiéndose todavía observado y más importante aún, acompañado, pese a sentirle diluido

-Qué jamás has considerado la idea de hablar con su alteza, le temes a la tregua de Helios porque no crees en ella, ¿Y si Zeus está conforme con ella?- insistió Perses y eso detuvo a Prometeo antes de retomar su marcha, volviendo la vista a Atlas- oh- creyó entender el destructor- es por él- tanteó la opción y el castaño solo bajó la vista dolido- ¡ja!- burló sin recato alguno para ofensa ajena- Atlas no se salvará de su castigo por más que lo intentes, otra batalla solo les pondrá al resto en su misma situación... y tú que presumes intelecto, tendrías que saberlo- concluyó y Prometeo bufó

-¿Por qué de repente pareciera que quieres esta tregua?- confrontó el creador deteniéndose abruptamente al verlo materializarse finalmente, en su rostro una sonrisa macabra y cínica era todo lo que Perses le sostenía- ¿De todos justo tú? El destructor del cosmos, ¿A favor de la tregua?- insistió demandante empezando a rondarle- habla ahora, Perses, ¿Qué quieres?

-Preferiblemente... que no preguntes estupideces, me aburre responder y... digamos que tengo intereses en lo que pueda lograr la corona... o tal vez... quiero un mundo tranquilo para Hécate- rio corto y seco de semejante mentira- no, eso no- descartó el mismo ante la apática mirada de Prometeo mientras rondaba el lugar divertido de la escena sabiéndose seguido por la mirada de Prometeo- lo que digo, es que... a mí me conviene que ciertos seres se confíen- reconoció sin problema de ponerle al tanto, casi como si supiera que aquello iba a terminar pasando por más que se evitara

-Tu miedo a hacer frente a Palas es latente- delató Prometeo altivo y la mirada de advertencia del pelirrojo no tardó- es eso, temes que Palas acabe contigo si actúas ahora- se convenció y el silencio fue toda la respuesta- es patético- juró con altivez cruzándose de brazos- ¿acaso una tregua no te debilitaría?- indagó intrigado, pero fingiendo desdén a la vez que lo veía volver con él

-Yo tengo mis motivos, tú tienes los tuyos- siseó Perses entre dientes apuntalado en los hombros del inventor que se tensó al tacto- pero, piénsalo, una tregua no es una mala sugerencia... cada vez que ellos se enfrentan, los que sufren, son tus creaciones- devolvió el ataque incorporándose altivo y cerrando todo espacio entre ellos- pero ya que estás tan curioso, una cosa te digo- concedió halándolo hacia él- Palas está alerta y...- miró al costado en leves segundos de debilidad- tienes razón- reconoció con molestia empujándolo lejos suyo, para sacarle espacio, sonrió al ver a Prometeo trastabillar, pero no llegar a caer- mi hermano- continuó empezando a rondar la planicie del bosque que recorrían- no es alguien para hacer frente en esa situación, pero un Palas confiado... es débil- concluyó

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 21, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Rey y Mandatario [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora